por: Rvda. Rebecca J. Brimmer, Presidenta Ejecutiva Internacional
Este invierno Israel ha sido bendecido con lluvias abundantes mucho más que en un año promedio. La temporada de lluvias en realidad fue miserable. Fue un invierno frío y húmedo, parecía que nunca terminaría. Experimentamos inundaciones y murieron varias personas. Sin embargo, cuando llegó la primavera nos sorprendió ver las abundantes flores silvestres que cubrían La Tierra. Nada nos sorprende y deleita más que ver florecer los desiertos de Israel. En la árida región del Mar Muerto surgieron alfombras de flores. En todos los años que hemos vivido aquí, solo recuerdo un año como éste. ¿De dónde vienen estas flores? Todos aquellos años cuando todo lo que veíamos eran escenas áridas del desierto, las semillas estaban allí… esperando… esperando… esperando. Todo lo que se necesitó fue una increíble temporada de lluvias de invierno para que estallaran con vida y nos dieran esta increíble fiesta visual. Es difícil creer que aquello que nos parecía miserable produciría una cosecha tan hermosa.
Durante un tiempo reciente de oración con nuestro equipo, de repente vi esto como una imagen espiritual. ¿Con qué frecuencia hemos llorado por la sequía espiritual en nuestro mundo moderno? En muchos sentidos nuestro mundo moderno se ha alejado tanto de los caminos de Dios. El Señor me recordó el hecho de que debajo de la tierra seca del secularismo y del comportamiento pecaminoso se encuentran las semillas de la verdad bíblica. Muchas de nuestras naciones han sido conocidas como naciones cristianas. Incluso hoy en día se citan nuestros valores judeocristianos. Sin embargo, en muchos lugares y de muchas maneras, parece que aquel suelo, alguna vez verde, se ha secado como el agrietado suelo del desierto. En Estados Unidos se han hecho intentos para sacar a Dios de la esfera pública quitando la oración de las escuelas, los Diez Mandamientos de los edificios públicos e incluso a Cristo de la Navidad. Hemos legalizado la matanza de bebés y redefinido el matrimonio. ¿Podría ser que Dios está usando esta crisis mundial actual para despertar las semillas secas de la fe en nuestros corazones? ¿En nuestros países? Algunos dicen que esto es una plaga de Dios, otros tienen opiniones divergentes. De todos modos estoy convencida de que en medio de esta crisis Dios está trabajando para llamar nuestra atención. C.S. Lewis dijo: “Te sugiero que es porque Dios nos ama que nos da el regalo del sufrimiento. El dolor es el megáfono de Dios para despertar a un mundo sordo. Mire: somos como bloques de piedra en los cuales el escultor talla la forma del hombre. Esos golpes de su cincel que tanto nos duelen, son los que nos hacen perfectos».
Me gustaría que consideremos tres pasajes de las Escrituras.
Muchos alrededor del mundo están levantando oraciones basadas en esta Escritura. Uno de nuestros directores aquí en Israel lo mencionó en un tiempo de oración pidiéndonos que lo leamos en contexto. El escenario es un tiempo espiritual intenso, cuando el templo estaba siendo dedicado; La Escritura describe la gloria de Dios llenando la casa, de hecho era tan intensa, que los sacerdotes ni siquiera podían entrar: “Y todos los israelitas, viendo descender el fuego y la gloria del Señor sobre la casa, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y alabaron al Señor, diciendo: «Ciertamente Él es bueno; ciertamente Su misericordia es para siempre»” (v. 3). Trajeron regalos al Señor y durante siete días gloriosos tuvieron una fiesta de dedicación.
“Y el Señor se apareció a Salomón de noche y le dijo: «He oído tu oración, y he escogido para Mí este lugar como casa de sacrificio»« (v.12). ¿No es maravilloso? ¡Qué gran impacto espiritual para Salomón! Lo siguiente que dijo el Señor debió haberlo sorprendido: “Si cierro los cielos para que no haya lluvia, o si mando la langosta a devorar la tierra, o si envío la pestilencia entre Mi pueblo, y se humilla Mi pueblo sobre el cual es invocado Mi nombre, y oran, buscan Mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces Yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra. Ahora Mis ojos estarán abiertos y Mis oídos atentos a la oración que se haga en este lugar, pues ahora he escogido y consagrado esta casa para que Mi nombre esté allí para siempre, y Mis ojos y Mi corazón estarán allí todos los días” (vv.13–16, énfasis agregado).
En este momento cuando el mundo está experimentando pestilencia, Dios nos está llamando. ¿Escucharemos? ¿Obedeceremos?
El primer paso es alejarnos de las actitudes arrogantes, sabiondas y farisaicas. El hombre moderno ha actuado como si no tuviera necesidad de Dios. Se ha promovido que la ciencia y el conocimiento tienen todas las respuestas. Esta pandemia nos ha demostrado nuestra insuficiencia. Necesitamos que Dios traiga sanidad a nuestros cuerpos y a nuestra tierra. El primer paso es la humildad: el reconocimiento de nuestra propia insuficiencia, el reconocimiento de una total dependencia de Dios.
Dios nos está invitando a comunicarnos en oración con Él. Ahora es el momento de dedicarnos a la oración. Los líderes cristianos alrededor del mundo están pidiendo oración. El mes hebreo de Nisán, que Dios llama el primer mes, comenzó recientemente. La Pascua cayó el 15 del mes de Nisán, y el primer día de este mes el rabino principal de Israel hizo un llamado al mundo judío para ayunar y orar por la liberación de Dios de esta peste. Seguramente Dios está contento de que muchos de nosotros estamos hablando con Él.
Es hora de discernir lo que Dios está diciendo. El rey David consultaba al Señor repetidamente y Dios le daba dirección. Ahora más que nunca necesitamos saber lo que Dios nos dice que hagamos. Él hablará pero para oír debemos escuchar con la intención de prestar atención a Sus palabras.
«Se vuelven de sus malos caminos …» (2 Cró. 7:14). La palabra para arrepentimiento en hebreo es tshuvá (תשובה) y literalmente significa «voltear». No es solo decir que lo sientes. Es dar un giro de 180 grados y quedar frente a Dios. Es dejar el pecado detrás de ti. Cuando Jesús (Yeshúa) le dijo a la mujer atrapada en adulterio «Vete; y desde ahora no peques más» (Juan 8:11), estoy segura de que esto es lo que estaba diciendo: arrepiéntete y no peques más.
“Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares” (vv.1–2). Estas son hermosas palabras de seguridad para tiempos de dificultades. El salmo continúa describiendo el problema, y suena notablemente como la angustia que las naciones están experimentando hoy. “Bramaron las naciones, se tambalearon los reinos; dio Él Su voz, y la tierra se derritió” (v. 6). El salmo termina con las palabras: “Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra. El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob. Selah” (vv. 10–11).
¿Está gritando Dios a las naciones con el megáfono del sufrimiento que describió C.S. Lewis? ¿Estarán las personas “quietas” en su soledad de distanciamiento social? ¿Buscaremos el rostro de Dios con humildad y arrepentimiento?
Dios hace muy claras Sus intenciones: Él está buscando ser exaltado en toda la tierra. Yo oro para que las naciones escuchen Su voz fuertemente.
En esta escritura, Hageo está hablando de un templo recién construido. Parece que muestra cierta decepción porque éste era una pobre sombra del Templo de Salomón con toda su gloria. “¿Quién ha quedado entre ustedes que haya visto este templo en su gloria primera? ¿Y cómo lo ven ahora? Tal como está, ¿no es como nada ante sus ojos?” (v. 3). Cuando Hageo se refiere a la gloria, estoy segura de que recordaba 2 Crónicas 7 y el relato de la dedicación cuando la gloria de Dios se manifestó con tanta fuerza.
Luego, el profeta alienta a la gente a ser fuerte repitiendo esta frase tres veces en el versículo 4. Lo dice al liderazgo (tanto político como religioso) y a la gente. Algunas traducciones dicen: «Sé valiente«. La palabra hebrea es jazak (חזק) y puede significar «fortalecer, prevalecer, endurecer, ser fuerte, hacerse fuerte, ser valiente, ser firme, crecer firme o ser determinado».
Los versículos 4 y 5 continúan: «“ …y trabajen, porque Yo estoy con ustedes”, declara el Señor de los ejércitos. “Conforme a la promesa que les hice cuando salieron de Egipto, Mi Espíritu permanece en medio de ustedes; no teman”.» Dios les dice que sean fuertes, valientes y que no teman, específicamente porque iban a suceder cosas terribles, difíciles y aterradoras. Él les dice que trabajen. No los quiere paralizados de miedo. Veamos lo que viene a continuación: «Porque así dice el Señor de los ejércitos: “Una vez más, dentro de poco, Yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme. Y haré temblar a todas las naciones; vendrán entonces los tesoros de todas las naciones, y Yo llenaré de gloria esta casa”, dice el Señor de los ejércitos. “Mía es la plata y Mío es el oro”, declara el Señor de los ejércitos. “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera”, dice el Señor de los ejércitos, “y en este lugar daré paz”, declara el Señor de los ejércitos» (Hag. 2:6–9). Rara vez estamos en una situación que sacude a todas las naciones como lo estamos presenciando ahora.
El pueblo judío, como los cristianos, están examinando sus corazones y tratando de entender lo que Dios está diciendo. La siguiente publicación se ha estado compartiendo en Facebook, la persona que lo publicó en inglés escribió: «Está traducido de una publicación anónima en hebreo y dicen que el hebreo es tan hermoso como una canción».
“Hemos tomado la naturaleza a la ligera; y ahora no se nos permite salir de casa.
Hemos faltado al respeto a nuestros padres; y ahora no podemos verlos en persona.
Hemos tratado a nuestros maestros con desprecio; y ahora las instituciones educativas están cerradas.
Hemos malgastado nuestro dinero en cosas que no necesitamos; y ahora los centros comerciales se han cerrado.
Tenemos más autos de los que necesitamos; y ahora los caminos están vacíos.
Hemos dejado de conectarnos realmente con los demás; y ahora estamos en aislamiento.
Le hemos dado importancia a la belleza externa; y ahora nuestras caras están cubiertas de cubrebocas.
No podemos continuar como si no hubiera un mañana, porque si lo hacemos, el mañana no llegará.
Todos necesitamos hacer una pausa y analizar nuestras vidas, porque el regalo de este virus es que hemos recibido una segunda oportunidad.”
Dios está tratando de llamar nuestra atención. Los tres pasajes de las Escrituras anteriores enfatizan la gloria de Dios y la necesidad de reconocerlo y exaltarlo. Tomemos este tiempo para humillarnos ante Él, buscarlo, estar quieto en Su presencia, arrepentirnos y apartarnos de nuestro pecado. Según 2 Crónicas 7:14, estos son los requisitos previos para que Dios sane nuestra tierra.
El corazón de Dios anhela que las naciones sepan que Él es Dios. Las semillas de la fe pueden ser enterradas bajo corazones secos y desérticos, pero permanecen. Que la incomodidad de nuestro tiempo sea como las lluvias de invierno que hicieron florecer el desierto. Que brote la fe en Dios. Que Él sea conocido en toda la tierra. El profeta Habacuc dijo: «Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas cubren el mar« (Hab. 2:14).
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