Hace un mes, todas las sirenas de Israel no bastaban para advertir del descenso de los bárbaros de Hamás sobre las comunidades de la frontera sur de Israel. Ahora, la niebla ha envuelto el futuro del mundo entero y sólo queda una horrenda realidad: ‘Estamos desorientados y conmocionados’.
Ahora nos damos cuenta de que hay muchas cosas esenciales que no sabemos. No sabemos si existe un límite para la crueldad humana después de haber presenciado en directo, a través de las cámaras de los propios terroristas, las atrocidades cometidas contra niños delante de sus madres; contra madres delante de sus hijos.
No sabemos si la pesadilla de un ejército de asesinos que, al grito de «Yehud, Yehud» [palabra árabe que describe a los judíos] y «Allahu Akbar» [«Alá es más grande»] mataron a 1,400 inocentes, jóvenes vibrantes, ancianos, familias enteras, uno a uno; ha terminado realmente.
Porque vemos que estos gritos de terrorismo y asesinato invaden ahora las ciudades occidentales, y no sabemos si habrá fuerza y voluntad para contrarrestarlos. No sabemos si los judíos tendrán que evacuar, como han evacuado las ciudades que limitan con el Líbano de Jizbolá y la Gaza de Hamás.
Ya no sabemos si Israel, al que creíamos capaz de defenderse eficazmente con medios tecnológicos y militares de vanguardia; es tan fuerte como pensábamos. No sabemos si el sufrimiento extremo de las familias de los 240 rehenes, entre ellos 30 niños; despertará la conciencia del mundo occidental y suscitará una demanda colectiva de liberación, que hasta ahora; no ha sido escuchada.
No sabemos si el mundo comprenderá que estamos librando una guerra de supervivencia contra monstruos que desprecian palabras como «paz» y «ayuda humanitaria». Que en el mejor de los casos, utilizan a su propio pueblo como escudo humano; y declaran que agradecen su sangre derramada por ellos mismos.
No sabemos cuánto durará la furia callejera antisemita, esta virulenta mezcla de cultura demente, ignorante; y de odio islamista asesino, que va en ascenso.
Pero una cosa está clara: después del Holocausto, cuando parecía imposible que los judíos encontraran la fuerza para construir el Estado de Israel; estos judíos siguieron amando la vida, mientras sus enemigos amaban la muerte. Estos judíos se complacen en dar al pueblo el cumplimiento del sueño. Los judíos luchan para ganar. Los jóvenes israelíes en el frente saben que están librando una batalla histórica por todo el pueblo judío, incluso mientras lloran a los caídos.
A su alrededor, como en la Segunda Guerra Mundial, se enfrentan dos bloques; uno bueno y otro totalmente malvado. Por un lado, está el Eje de Irán, Rusia y China; cada uno empeñado en la dominación y el exterminio de la libertad. En el otro lado están Estados Unidos, Israel y Europa; decididos a defender su libertad. Como el día después del Negro Shabbat (Black Sabbath), el sol volverá a salir y la luz regresará.
Publicado el 8 de noviembre de 2023
Publicado en noviembre 10, 2023
Fotografía por: One People/jns.org
Todos los logotipos y marcas registradas en este sitio pertenecen a sus respectivos propietarios. Todos los demás materiales son propiedad de Puentes por la Paz. Copyright © 2024.
Website Site Design by J-Town Internet Services Ltd. - Based in Jerusalem and Serving the World.