NOTICIAS

Cinco pisos bajo tierra: Testimonios de rehenes en cautiverio

noviembre 29, 2023

Uno de los rehenes, Erez Kalderon, de 12 años, en la foto, fue devuelto a su familia tras permanecer secuestrado por Hamás durante más de 50 días.

Cuando una de las rehenes devueltas fue dada de su alta en el hospital; uno de los médicos que la trataron relató: «Estaba triste y empezó a comprender su nueva realidad. Se dio cuenta de que su casa ya no existía, pues había sido completamente quemada. Me dijo: ‘Hablar de ello no me sirve de nada. Día tras día, sólo oigo malas noticias’. También expresó su dolor por la pérdida de su cocina, de su viejo libro de recetas y por no poder cocinar para sus hijos y nietos; algo que le encantaba hacer. Preguntó repetidamente si algún día podría despertarse sin pensar, en lo que habían sufrido allí».

¿Qué dijo sobre sus experiencias en este cautiverio?

«Ella mencionó, que no sufrieron malos tratos físicos pero que carecían de medicación y de una alimentación adecuada. Su dieta consistía principalmente en arroz, hummus enlatado y judías, a veces con queso salado y pita, pero nada más. Nada de frutas, verduras ni huevos. Como anciana, perdió 12 kilos».

¿Quiénes eran «ellos»? ¿Se mantenían juntos?

«Eran un grupo, según ella lo entendidó; pero sí los golpearon con palos cuando los capturaron. No es fácil pasar 50 días cinco plantas bajo tierra, en una habitación a la que se accede por un largo pasillo.»

¿Habló ella de las condiciones en las que estaban secuestrados?

«Me dijo que no se bañaron durante 50 días y que se ocuparon de limpiar la letrina. Era todo lo que podían hacer, ya que no tenían suficiente agua”. Es triste oírlo menciona el médico, «al principio, les costaba dormir por la noche debido al estrés y al miedo. Entonces sus captores les dieron somníferos, que dividieron en cuatro partes, para ayudar a dormir al mayor número posible de los rehenes«.

¿Dormían en colchones o en el suelo?

«Las condiciones para dormir eran malas. Dormían en camas apiñadas y hacinadas. Lavaban la ropa en la habitación, y secarla era difícil. No les daban luz, sólo dos horas al día. Cuando pedían un lápiz o un bolígrafo para escribir y pasar el tiempo, sus captores se negaban, temiendo que pudieran pasar información escribiendo. Así que no tenían… material de lectura y pasaban el tiempo hablando entre ellos».

¿Qué les dio fuerzas para sobrevivir a unas condiciones tan terribles?

«Su fuerza provenía de estar juntos y de cuidarse mutuamente y de sus personalidades. Uno de ellos me contó que el primer día se sentaron y compartieron sus terribles experiencias, aportando cada uno lo que podía. Por ejemplo, había un hombre que sabía mucho sobre la historia de Israel, así que pasaban dos o tres horas al día escuchando sus interesantes conferencias sobre historia. Algunos cocinaban y se ocupaban de la comida, como una mujer que pedía en árabe a los captores, que les trajeran aceite para el estreñimiento. Su cuidado mutuo, estar allí como un grupo, como una familia, los mantenía unidos; junto con la esperanza de ver a sus familias. Sentían que los captores querían mantenerlos en buenas condiciones. Los días más duros fueron el día que llegaron y el día que se fueron para volver a casa».

¿Sabían que iban a ser rescatados?

«Al principio, lo sabían. Una de las cautivas dijo que donde estaban retenidas, cinco pisos más abajo, no veían la televisión, pero la gente de otro grupo sí y le dijeron: ‘Sabes, te hemos visto en la tele’, y ella preguntó dónde y le dijeron: ‘En las noticias del país hay manifestaciones de las familias de los cautivos y tu nieta tenía tu foto’. Así que sí, sabían que luchábamos por ellos. Ella dijo: ‘Nunca pensé que sería famosa’, y ayer, cuando quisimos liberarla y llegaron periodistas y fotógrafos, dijo que no quería que la entrevistaran ni la fotografiaran. Pero esperaron para ser rescatadas, sabiendo que luchábamos por ellas y queríamos sacarlas. Eran conscientes de ello».

¿Ha notado usted algún cambio en su estado de ánimo desde que llegaron, hasta hoy?

«Una de ellas el primer día, era una mujer llena de determinación, y fue conmovedor verla con sus hijos. Insistió en ir andando a su encuentro, aunque necesitara apoyo, en lugar de utilizar una silla de ruedas. Fue un reencuentro muy emotivo. Pero más tarde, cuando se calmó la emoción, lo que es típico del segundo o tercer día; empezaron a asimilar la realidad y a enfrentarse a todos los problemas circundantes, ya fuera no tener casa, una persona desaparecida o alguien que había sido asesinado. Cada una tenía sus propias preocupaciones, pero están aguantando. Son fuertes».

Por la tarde, una de las cautivas fue dada de alta del hospital: «Qué mujer, qué fuerza, cómo se sostenía a sí misma y a su familia a su alrededor. Y nosotros, el equipo a su alrededor. Nos preparamos durante mucho tiempo para su recepción. Hubo mucha logística: policía, ejército y Shin Bet [Agencia de Seguridad de Israel] trabajando juntos, lo que condujo al éxito. Pensamos en cada pequeña cosa para ellos; desde una unidad de nutrición que sabía cuánto había perdido de peso cada uno; y qué darles de comer, hasta todas las pruebas médicas necesarias, para su salud».

¿A cuál de los repatriados trató o está tratando en Wolfson?

«Una de las cautivas se quedó, para continuar con su supervición y la de sus hijos y su familia a su alrededor. ¡La admiro! A su edad. ¡Qué mujer! Admiro a todas ellas; a todas las mujeres fuertes que volvieron de su cautiverio. Tienen muchas ganas de rehabilitarse para volver a la vida normal, aunque les llevará tiempo recuperarse. Pero tienen buen espíritu, y esperamos que su rehabilitación mental no dure mucho. Pasaron por una experiencia nada sencilla y nada fácil, y detrás de cada una hay una historia personal, de un ser querido asesinado; o alguien querido que continúa en cautiverio; y ¡no es fácil!».

¿Qué dijeron las mujeres que regresaron sobre el hecho de que, los hombres se quedaran atrás?

«Entienden que los niños y las mujeres mayores fueran evacuados primero, y esperan que los hombres también regresen».

¿Estarán todos bien?

«Estarán bien. En general llegaron en buen estado todas las mujeres mayores. En mejor estado de las expectativas que teníamos. Eran mucho más preocupantes. Estamos en contacto con ellas y sus familias, y seguiremos cuidándolas. Pero lo que más les ayudará es el calor; el cariño y; la seguridad que da la familia y el entorno. Esto les proveerá de fuerzas para levantarse, ya que su rehabilitación no durará sólo uno o dos días».

¿Adónde van a partir de ahora?

«Con sus familias, con sus hijos. Pero no es fácil; estas mujeres de un kibbutz [comunidad colectiva] saben que su hogar ya no existe. La recuperación es sobre todo mental y, por supuesto, toda afección mental tiene también repercusiones físicas, pero las familias han recibido orientación y saben qué hacer.»

Publicado el 28 de noviembre de 2023

 

ENFOQUE DE ORACIÓN: Clamemos al Señor por los rehenes que han sido liberados y ahora enfrentan la realidad de la destrucción de sus hogares, sus familias y sus vidas. Pidamos al Señor que los rodee con Su presencia y los llene de paz, fuerza y ​​valentía. Roguemos por la liberación del resto de los rehenes y para que las naciones reconozcan el horror que estas personas han soportado; que no sean víctimas de la propaganda de Hamás que minimiza las espantosas circunstancias que han atravesado.

VERSO BÍBLICO: «Ciertamente el malvado no quedará sin castigo, pero la descendencia de los justos será librada«.

–Prov 11:21 NBLA

 

Traducido por Jesús González – voluntario en Puentes para la Paz

 

Publicado en noviembre 29, 2023

Fuente: Porciones de un artículo por Anat Lev Adler, originalmente publicado por Ynetnews, el 27 de noviembre de 2023. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo original en este link.

Fotografía por: Lizzy Shaanan Pikiwiki Israel/Wikimedia.org

Fotografía con licencia: Wikimedia