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La hambruna de Gaza que NO existió está siendo utilizada contra Israel

junio 25, 2024

Palestinos compran frutas y verduras en un mercado de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.

Parte de la narrativa aceptada sobre la guerra en la Franja de Gaza es, que los palestinos allí soportan un hambre abyecta. En mayo el director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, afirmó que había una “hambruna en toda regla” en el norte de Gaza. Los informes del New York Times y del Washington Post de los últimos meses, han señalado habitualmente que los palestinos se mueren de hambre. De hecho, la idea de que había una auténtica escasez de alimentos en Gaza motivó al presidente Joe Biden a ordenar a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que construyeran un muelle flotante y lo anclaran a lo largo de la costa de Gaza, para facilitar el flujo de suministros vitales a quienes los necesitaban. Sobre la base de estas acusaciones, la Corte Penal Internacional [CPI] ha solicitado órdenes de arresto, tanto para el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, como para el ministro de Defensa, Yoav Gallant; en gran parte debido a la afirmación de que están cometiendo crímenes de guerra, al matar de hambre deliberadamente a los palestinos.

¿Pero qué pasa si no hay hambruna?

Resulta que el propio Comité de Revisión de la Hambruna de la ONU admitió en un informe, que las afirmaciones sobre que “no se enviaban suficientes alimentos a Gaza”, eran falsas. Es más, esta acusación que está en el centro de la igualmente extendida gran mentira, de que Israel está cometiendo genocidio contra los palestinos; es una cuestión de juego de manos. Parece basarse en gran medida en el hecho de que el número de camiones que entregan suministros, que llegan a Gaza desde Israel para alimentar a los palestinos todos los días, se estaba subestimando y no se contaban los camiones de alimentos del sector privado. Antes del 7 de octubre se transportaban en camiones suministros diarios de alimentos, combustible y otros materiales, a Gaza desde Israel; lo que desmiente la mentira sobre la tan citada acusación de que el Estado judío bloqueó la Franja. Egipto, sin embargo; ha seguido cerrándole su frontera a Gaza.

Con algunas excepciones, la verdad sobre la situación actual no se informa ampliamente. En Commentary, Seth Mandel escribió sobre las conclusiones del informe de la ONU y varios análisis que señalaban que se estaban utilizando datos erróneos, para justificar las afirmaciones de una hambruna en Gaza. Y en el Jerusalem Post, Seth Frantzman citó el trabajo de dos profesores de la Universidad de Columbia, que analizaron los datos y desacreditaron la sabiduría convencional acerca de que Israel mata de hambre a los palestinos.

Los alimentos fluyen hacia Gaza

Todos estos estudios muestran, que si hay problemas de distribución de alimentos en Gaza (y, obviamente; una zona que es el escenario de un conflicto militar en curso; desencadenado por los ataques de Hamás contra Israel el 7 de octubre; va a experimentar perturbaciones) no se debe a una escasez de comida. La cantidad de artículos que se envían a Gaza desde Israel es, como muestran estos estudios; claramente suficiente para alimentar al pueblo de Gaza.

Para hacer notar la verdad sobre la hambruna que NO está ocurriendo, también se debe mantener en cuenta el contexto de un evento, que SÍ está ocurriendo. Los esfuerzos de Israel por mantener el flujo de ayuda hacia la Franja ¡no tienen precedentes! en la historia de los conflictos armados. Es un hecho de que las potencias en guerra, no son responsables de alimentar a sus enemigos; especialmente a las personas bajo el control de combatientes hostiles, como ocurre con los palestinos que viven en Rafah; donde las últimas unidades militares activas de Hamás todavía tienen el control. Se trata, por supuesto, de países distintos al Estado judío.

Dadas las circunstancias, incluso Estados Unidos ha reconocido que pocos de los suministros que habían entrado en Gaza, a través del muelle flotante; han llegado a sus destinatarios previstos “los civiles”. Las ONG y los llamados grupos de derechos humanos, culpan a Israel de inspeccionar todos los camiones que entran a Gaza; intentando por supuesto, impedir que lleven escondidos armas y otros materiales de guerra para Hamás; el principal obstáculo para el ágil flujo de la ayuda son los propios terroristas palestinos. Pero en lugar de admitir que todo el asunto ha sido una escandalosa pérdida de tiempo, dinero y recursos, la administración continúa evadiendo el problema. Aquí se ilustra la naturaleza imprudente y política que motivada de la decisión de Biden, de involucrar a Estados Unidos en este fiasco.

Como también señaló Mandel, incluso el Times está enterrando información que socava la afirmación sobre la hambruna, dentro de otros artículos destinados a reforzar las acusaciones contra Israel. El periódico escribió que no hay escasez de alimentos en el norte de Gaza, el mismo lugar donde anteriormente había afirmado que la hambruna era inminente.

Otros informes señalan, no sólo el continuo flujo de ayuda desde Jerusalén, sino también el hecho de que los mercados de alimentos están abiertos incluso en zonas del sur de Gaza; donde continúan los combates.

Hamás está robando

En tiempos de guerra las redes de distribución de alimentos inevitablemente se ven perturbadas. Pero si los palestinos están sufriendo, entonces es nada menos que difamatorio culpar a Israel por ello. Desde el comienzo de la guerra los agentes armados de Hamás, han secuestrado la mayoría de los envíos, lo que significa que la ayuda va a los terroristas y no a la población civil, que ellos utilizan como escudos humanos. Si bien, los medios de comunicación a menudo señalan que se acusa a Hamas de robar los bienes, generalmente lo consideran sólo como una acusación sin fundamento por parte de Israel y sus partidarios. Dada la admisión de que la ayuda entregada desde el muelle estadounidense no llega a los civiles palestinos, no hay otra explicación remotamente plausible para este fracaso, aparte del hecho de que los palestinos armados están impidiendo que se entregue a sus compatriotas que la necesitan.

Al problema se suma un nuevo factor. Además de que el propio Hamás se apodere de los envíos de ayuda, las bandas de contrabandistas (la mayoría de las cuales probablemente estén afiliadas a diversos movimientos terroristas), también han impedido los esfuerzos por alimentar a los palestinos. Como informó el Wall Street Journal, el contrabando de cigarrillos se ha convertido en una de las principales razones por las que existe escasez; ya que los delincuentes y los trabajadores humanitarios que son sus cómplices, están utilizando los camiones que supuestamente traen alimentos y combustible para transportar tabaco de contrabando.

Entonces, ¿por qué tantos medios de comunicación, organizaciones internacionales y la administración Biden, siguen hablando de hambruna y atribuyendo la responsabilidad de esta catástrofe en gran medida ficticia; a una sola entidad?

La respuesta es obvia. En una guerra en la que gran parte del mundo ha aceptado el engaño de que Israel es un Estado “colonialista” y de “apartheid”; contra el cual casi cualquier táctica empleada por sus enemigos está justificada; inflando la situación de los palestinos en Gaza hasta convertirla en una hambruna; debe verse como la última de una larga lista de falsedades que se han lanzado contra el Estado judío, desde el 7 de octubre.

Se trata de un conflicto en el que algunos de los mismos medios que destacan las dudosas afirmaciones de una hambruna, han estado ansiosos por desacreditar la verdad sobre la realidad del terrorismo de Hamás; y en particular, sus atrocidades, incluidos los crímenes sexuales cometidos por los palestinos. De hecho, los miembros del mismo coro mediático anti-israelí, han repetido fielmente todas las mentiras difundidas por la maquinaria propagandística de Hamás; incluidas falsedades sobre ataques específicos y cifras muy infladas de víctimas civiles palestinos, casi todos los cuales supuestamente son mujeres y niños. Entonces, ¿por qué debería esperarse que fueran sinceros acerca de una hambruna de la que se pueden aportar pocas o ninguna prueba, si estaban dispuestos a mentir sobre tantas otras cosas?

Como ocurre con cualquier otra falsedad expuesta sobre la conducción de la guerra, por parte de Israel; la verdad (incluso cuando se admite tardíamente) no parece importar. Aquellos dedicados a la proposición de que, “en el mejor de los casos, Israel y Hamás son moralmente equivalentes”, siempre pasarán a la siguiente acusación espuria, sin tener en cuenta sus tergiversaciones y falsedades absolutas anteriores.

Que Israel sea juzgado con criterios dobles y triples, que no se aplican a ninguna otra nación (y mucho menos a ninguna otra democracia en guerra); no es nada nuevo.

Un libelo de sangre del siglo XXI

Sin embargo, la naturaleza atroz del ataque y las atrocidades del 7 de octubre, así como la clara justificación de la contraofensiva de Israel para eliminar el movimiento terrorista genocida, que llevó a cabo esos crímenes; parece haber impulsado a quienes odian a Israel y a los judíos a nuevos niveles de mendacidad (hábito de mentir). Los izquierdistas interseccionales que están convencidos de que Israel es una nación de villanos “blancos”, que victimizan a la “gente de color” palestina, no tienen reparos en difundir estas difamaciones. Cuanto peor es el comportamiento real de los palestinos, que están empeñados en la destrucción de Israel y su pueblo; más imperativo resulta cambiar la narrativa y acusar a Israel de genocidio.

Cada muerte, y todas las privaciones sufridas por los árabes palestinos desde el 7 de octubre; son responsabilidad de los terroristas de Hamás que iniciaron esta guerra y que aprovechan cada oportunidad, para maximizar el sufrimiento de su propio pueblo; y para mancillar la imagen de Israel.

La mítica hambruna de Gaza, es sólo el último ejemplo de cómo los palestinos están iluminando al mundo, mientras deliberadamente se sumergen cada vez más en un abismo de conflicto interminable; del que ellos mismos son las principales víctimas. Los estadounidenses sensatos no deberían dejarse influenciar por esta campaña de propaganda, arraigada en los antiguos tropos del antisemitismo, en los que siempre se acusa a los judíos de conspirar, para dañar a otros. Despojada del emocionalismo y el activismo partidista; la afirmación de que Israel está matando de hambre a los palestinos, debería verse como lo que es: un libelo de sangre del siglo XXI.

Publicado el 20 de junio de 2024

 

Traducido por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz

 

Publicado en junio 25, 2024

Fuente: Un artículo originalmente publicado por Jewish News Syndicate, el 19 de junio de 2024. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo original en este link.

Fotografía por: Abed Rahim Khatib/Flash90/jns.org