Los tambores de guerra suenan más fuerte en la frontera de Israel con el Líbano cada día que pasa y los expertos dicen, que no se trata de si Israel entrará en guerra con Jizbolá, sino de cuándo.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo durante su viaje a Washington esta semana que, si bien Israel podría enviar al Líbano “de vuelta a la Edad de Piedra”, prefiere la diplomacia para reducir las tensiones con el ejército terrorista respaldado por Irán.
Con decenas de miles de israelíes evacuados del norte desde hace casi nueve meses y Jizbolá persistiendo en ser una amenaza a Israel, al seguir con el lanzamiento diario de misiles y drones, está claro que Israel debe tomar una decisión pronto.
Michael Makovsky, director ejecutivo del Instituto Judío para la Seguridad Nacional de América (IJSNA), con sede en Washington dijo a JNS, que Israel primero tendrá que decidir si ya fue suficiente, para entonces usar las fuerzas terrestres y limpiar el sur del Líbano hasta el río Litani.
Dijo que podría desarrollarse otro escenario en el que Jizbolá deje de atacar a Israel, si los combates en Gaza disminuyen; pero eso parece poco probable por el momento. Mientras tanto, señaló Makosky, Israel continúa presionando duramente a Jizbolá, destruyendo gran parte de su infraestructura, cerca de la frontera.
En un artículo reciente de la revista Tablet, Makovsky escribió que Israel se equivocó en la última década, al “centrarse principalmente en limitar el crecimiento de las capacidades de Jizbolá” a través del país vecino: Siria.
Permitir que la amenaza de Jizbolá “hiciera metástasis” durante las últimas dos décadas “parece haber sido un error estratégico colosal, cuyo costo podría incluso eclipsar el del 7 de octubre”, continuó.
También escribió recientemente en `Hill´, que hay dos razones por las que Israel debe actuar con decisión ahora.
La primera es que “Israel debe garantizar que sus ciudadanos regresen a sus hogares del norte, tanto por obligación como porque su desplazamiento socava la promesa fundacional del Estado judío: que los judíos estarán seguros para vivir en cualquier lugar dentro de sus fronteras”.
La segunda razón es que Irán está desarrollando rápidamente su programa nuclear e Israel no podrá derrotar a Jizbolá una vez que se acoja bajo el paraguas nuclear iraní.
Al mismo tiempo, Makovsky señaló que Israel “también tiene buenas razones para esperar antes de intensificar la escalada contra Jizbolá. Una de ellas es la urgencia de poner fin a la lucha en Gaza y liberar a los 116 rehenes israelíes restantes”.
(Hamás tiene actualmente 120 rehenes en Gaza, cuatro de los cuales fueron hechos cautivos antes del 7 de octubre).
El problema con el UNSC 1701 y la FPNUL
La Segunda Guerra del Líbano del 2006, terminó con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que amplificó el mandato de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) y requirió que Jizbolá se retirara al norte del río Litani.
Según Hussain Abdul-Hussain, investigador de la Fundación para la Defensa de las Democracias, una organización independiente con sede en Washington comenta: “si bien 1701 logró la calma y la tranquilidad durante algún tiempo y le dio a Israel unos 15 años de tranquilidad en la frontera con el Líbano, desde 2020 se ha vuelto irrelevante”.
«El principal problema de la resolución 1701 es que no es verificable», afirmó. “Los combatientes de Jizbolá se mueven vestidos de civil, mezclándose con no combatientes, lo que hace imposible verificar su retirada al norte del Litani”, explicó.
“En el mejor de los casos”, dijo, “Israel podría asegurarse de que los depósitos de armas; especialmente cohetes y misiles antitanque; permanezcan al norte del Litani, requiriendo que Israel destruyera dichos depósitos, y le diera a la FPNUL suficientes fuerzas para hacer cumplir sus obligaciones bajo esta nueva realidad; y entonces seguir adelante”.
Abdul-Hussain explicó, que el problema de la FPNUL es su mandato.
Cuando la FPNUL se amplió conforme a 1701 en 2006, “la idea era que esta fuerza del tamaño de un ejército sería, capaz de controlar a Jizbolá y garantizar el desarme del territorio libanés al sur del Litani, siendo el ejército libanés, la única otra fuerza armada”.
“El problema”, dijo, “fue que 1701 fue respaldada bajo el Capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas [a diferencia del Capítulo VII obligatorio que anula la soberanía de los gobiernos locales], lo que significa que 1701 no anula la soberanía libanesa, sino que se implementa con la aprobación y cooperación del mismo gobierno libanés”.
Según Abdul-Hussain, la operación de la FPNUL dependía de obtener la autorización de las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL), que están infiltradas y dominadas por Jizbolá.
Señaló, que Israel proporcionó a la FPNUL información sobre los depósitos de armas de Jizbolá al sur de Litani, pero la FPNUL no podía actuar sin informar primero a las FAL, que filtraron la información a Jizbolá, y luego moviera las armas, antes de que llegara la FPNUL.
Cuando Jizbolá no pudo mover sus armas lo suficientemente rápido, envió “locales” para impedir que la FPNUL llegara a la zona.
La FPNUL estaba impotente.
«Israel ha intentado modificar el mandato de la FPNUL y ha habido enmiendas, pero gracias a los franceses, que casi siempre están del lado de Jizbolá, no se han aprobado cambios serios en la misión de la FPNUL en la renovación anual de la ONU», dijo.
Makovsky estuvo de acuerdo y señaló que la FPNUL ha sido problemática para Israel durante años y nada cambiará en ese frente.
Según Makovsky, “la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (y la política estadounidense que la acompaña el fortalecer las instituciones estatales libanesas) se convirtió en una hoja de parra para que Irán aumentara la capacidad de cohetes y misiles de Jizbolá, en la frontera de Israel”.
Esto mantiene a Israel sin opciones en términos de desarmar a Jizbolá y permitir que los residentes del norte de Israel regresen a sus hogares.
Desarmar a Jizbolá “debe seguir siendo el centro del debate y la solución”, dijo Abdul-Hussain.
“Desafortunadamente”, continuó Abdul-Hussain, “Estados Unidos no ve al Líbano como un problema independiente de Irán; y como la administración Biden quiere ser amable con Teherán, pasa de puntillas por el problema principal: la milicia ilegal de Jizbolá”.
“La política de Washington hacia el Líbano desde 2008 ha sido de gestión de crisis”, añadió.
“Lo que esto significa es que Israel debe involucrar a Jizbolá en una guerra devastadora cada década; para comprarse otra década de tranquilidad”, dijo.
Otro aspecto del problema con el Líbano es, que Estados Unidos y Francia no están haciendo lo suficiente para presionar al Líbano; a Irán; o incluso a Jizbolá para que retrocedan.
Según Abdul-Hussain, Estados Unidos está gestionando la crisis y Francia tiene intereses en Irán; y lo muestra en su comportamiento con Líbano.
Cuando Estados Unidos eliminó las sanciones a Irán durante el gobierno del ex presidente Barack Obama, “Francia consiguió dos mega-acuerdos: uno de 25,000 millones de dólares entre Irán y Airbus; y un otro de 5,000 millones de dólares para que French Total desarrolle el campo energético ‘Pars 11’ en el sur”, señaló.
Por esta razón, dijo, “Francia espera ganarse el favor de Irán siendo amable con Jizbolá, con la esperanza de que si algún día se eliminan las sanciones, estos acuerdos se reactiven”.
Tanto Abdul-Hussain como Makosky coinciden en que Israel debe tomar medidas para desarmar a Jizbolá
Según Abdul-Hussain, “pretender que Irán, Jizbolá o Hamás se moderarían si los integráramos en el orden mundial o en el mundo de las finanzas y los negocios, es un mito que debería ser desechado para siempre”.
Publicado el 28 de junio de 2024
Publicado en junio 29, 2024
Fotografía por: Rabih Daher/AFP via Getty Images/jns.org
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