Israel se encuentra inmerso en intensos preparativos para una serie de amenazas inminentes de Irán y Jizbolá, preparativos para opciones que podrían incluir tanto ataques preventivos como respuestas rápidas.
Tanto Irán como su emblemático representante libanés Jizbolá, han prometido vengar los asesinatos: de Ismail Haniyeh, jefe del buró político de Hamás, ocurrido el 31 de julio en Teherán; y de Fu’ad Shukr, un alto miembro del Consejo de Yihad de Jizbolá, a quien los funcionarios de defensa israelíes han descrito como el ‘jefe de personal de la organización’, ocurrido en Beirut el 30 de julio.
La Fuerza Aérea Israelí [IAF] se está preparando para una variedad de escenarios, desde ataques únicos hasta conflictos simultáneos más prolongados en múltiples escenarios; que involucran a Irán, el Líbano, así como a milicias respaldadas por Irán en Siria, Irak y Yemen.
El propio arsenal de Irán incluye una amplia gama de misiles balísticos y de crucero, y drones capaces de apuntar a infraestructuras militares y civiles cruciales dentro de Israel; como lo demostró el ataque de Irán el 14 de abril, que consistió en 300 proyectiles (120 de los cuales eran misiles balísticos). Luego, la gran mayoría de los proyectiles y vehículos aéreos no tripulados [drones], fueron interceptados por los sistemas de defensa aérea israelíes y sus aliados.
Jizbolá, por su parte, dispone de una serie de misiles de precisión suministrados por Irán, como los proyectiles balísticos Fateh-110; unos 65,000 cohetes con alcance de hasta 80 km [50 millas]; unos 5,000 misiles de medio alcance; cohetes con alcances de entre 80 y 200 km [50 y 124 millas]; según estimaciones del Centro de Investigación y Educación Alma. Jizbolá también posee unos 2,500 drones según dicho centro.
La estrategia de la IAF incluye la máxima preparación de los sistemas de defensa aérea de múltiples capas, que consisten en los sistemas Cúpula de Hierro, la Honda de David y Arrow 2 y 3, (el sistema de interceptación láser Rayo de Hierro entrará en funcionamiento en los próximos meses); mientras se prepara en un gama de capacidades ofensivas.
Estos últimos incluyen opciones de ataque de largo alcance para Irán y ataques de precisión contra objetivos mucho más cercanos a casa, ubicados en todo el Líbano para alterar la infraestructura, las capacidades de lanzamiento y los centros de comando del enemigo.
Inteligencia y detección en tiempo real
En declaraciones a JNS, fuentes occidentales evaluaron el lunes que para que cualquier acción preventiva contra Irán o Jizbolá sea viable, la inteligencia en tiempo real y la detección de amenazas concretas son esenciales. En el caso de Irán, un ataque preventivo contra amenazas detectadas en tiempo real es mucho más difícil debido al tiempo de vuelo desde Israel, estimado entre dos horas y media y tres horas, así como a la planificación de la misión requerida.
La cobertura de inteligencia de Israel sobre Irán, un país alrededor de 80 veces más grande que Israel, probablemente sea extensa, pero aún podría pasar por alto el movimiento de objetivos como algunos lanzadores de misiles móviles. El gran tamaño de Irán y su distancia de Israel implica que incluso si se detecta un objetivo y está a punto de ser atacado, podría continuar en movimiento, y los aviones israelíes podrían estar buscando ubicaciones actualizadas de los objetivos en ruta hacia el ataque.
En el Líbano, las opciones preventivas de Israel están mucho más al alcance.
En ambos ámbitos, incluso si no se adelanta al enemigo, Israel puede exigir un precio y atacar activos hostiles que aún tiene que atacar, como parte de cualquier respuesta a los ataques de Irán y Jizbolá.
En el Líbano, los objetivos podrían incluir depósitos de municiones de Jizbolá, también sitios de almacenamiento y lanzamiento de misiles guiados con precisión.
Israel incluso tiene opciones de respuesta del tipo “ojo por ojo”, podría atacar los sistemas de energía en el Líbano, si las plataformas de gas costa afuera de Israel son atacadas por Jizbolá.
El ataque de la IAF del 20 de julio al puerto de Hudaydah en Yemen, tras un letal ataque suicida con drones hutíes contra Tel Aviv, podría proporcionar pistas sobre objetivos que podrían ser alcanzados en Irán, si el ataque iraní provoca víctimas o daños graves en Israel.
El puerto hutí fue clasificado por las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] como infraestructura de doble uso (civil-militar), sentando un precedente para categorizar de manera similar los puertos en Irán que se utilizan para exportar armas y almacenar combustible como objetivos militares legítimos.
Debido a la gran dependencia de Irán de los ingresos del petróleo y el gas natural, que financian las actividades del eje iraní en la región, las futuras operaciones israelíes en la República Islámica podrían tener como objetivo no sólo sitios militares y bases de misiles sino también infraestructuras críticas como puertos, por ejemplo: el estratégico puerto de Bandar Abbas.
Las fuentes occidentales recordaron cómo, en abril, Irán tardó unas dos semanas en tomar represalias por el ataque aéreo del 1 de abril en Damasco que mató al general de brigada del CGRI [Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica], el brigadier general Mohammad Reza Zahedi y otros seis agentes militares iraníes. Zahedi era el comandante de la Fuerza Quds iraní para Siria y el Líbano.
Las fuentes desaconsejaron tomar al pie de la letra los informes que describen las devastadoras respuestas de Irán y Jizbolá a la acción israelí, describiéndolos como probablemente alarmistas.
Presión americana
Tanto Israel como sus enemigos son capaces de atacar al otro, pero el principal desafío para Jerusalén no es su capacidad de mover toneladas de bombas a distancia; sino el desafío político: una intensa presión estadounidense para frenar sus acciones militares ofensivas; según las fuentes.
Teherán, por su parte, sufre un problema de seguridad: cuanto más coordina los ataques con sus representantes y aliados, más se descubren sus secretos, señalan las fuentes.
Sin embargo, Irán podría dividir las misiones de ataque asignándose a sí mismo el papel de lanzar el primer ataque y luego entregando las oleadas posteriores a sus representantes, evalúan las fuentes.
Las fuentes también señalaron el debilitamiento de la coalición occidental liderada por Estados Unidos en la región, un factor que contribuyó a desencadenar el ataque a gran escala de Israel contra los hutíes en julio.
Para contrarrestar la presión de Washington está la percepción de debilidad estadounidense en la región, percepción que da a Israel más margen de maniobra, dicen las fuentes.
El 19 de abril, cuando, según informes de los medios internacionales, la IAF atacó un radar de defensa aérea en Isfahan, Irán, que protege la instalación de uranio en Natanz, Israel eligió la opción de respuesta más mínima, señalando sus capacidades pero nada más.
Eso podría cambiar en cualquier futura respuesta israelí a Irán.
En última instancia, dicen las fuentes, el principal peligro proviene más de Jizbolá en el Líbano que de Irán.
La cantidad de misiles que Irán puede lanzar en un solo bombardeo depende de cuántos lanzadores operativos tenga, y la capacidad de Irán para aumentar dramáticamente la cantidad de misiles que lanza en comparación con su ataque del 14 de abril parece limitada en este sentido.
La escala de la respuesta de Israel a Jizbolá también será un indicador clave de los acontecimientos venideros.
Estados Unidos no quiere que Israel entre en un conflicto a gran escala con Jizbolá. Sin embargo, la política defensiva pasiva de Washington contra los hutíes respaldados por Irán, atacando sólo amenazas visibles y no de manera preventiva, no logró tener un impacto notable y debilitó la postura de Estados Unidos, al tiempo que envalentonó al eje liderado por Irán.
En caso de que una escalada se convierta en una guerra a gran escala (un escenario que de ninguna manera es inevitable), Israel podría aprovechar la oportunidad para atacar los sitios del programa nuclear de Irán, además de objetivos como bases y puertos de misiles.
Paralelamente, una guerra a gran escala en el Líbano requeriría que la IAF arrojara entre 60,000 y 100,000 municiones contra objetivos de Jizbolá. En Siria, decenas de miles de miembros de la milicia chiita operan bajo el mando del CGRI, y Jizbolá también está activo en el sur de Siria, y estos también tendrían que ser atacados por la IAF.
Yaakov Lappin es corresponsal y analista de asuntos militares con sede en Israel. Es analista interno del Instituto Miryam; investigador asociado en el Centro de Investigación y Educación Alma; e investigador asociado en el Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos de la Universidad Bar-Ilan. Es un comentarista invitado frecuentemente en redes de noticias de televisión internacionales, incluidas Sky News e i24 News. Lappin es autor de ‘Califato virtual: Exponiendo al Estado islamista en internet’.
Publicado el 6 de agosto de 2024
Publicado en agosto 7, 2024
Fotografía por: Atta Kenare/AFP via Getty Images/jns.org
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