En el primer aniversario del 7 de octubre de 2023 se vive todavía como un momento sin precedentes. Los rehenes siguen cautivos en la Franja de Gaza y sus familias, continúan viviendo en una incertidumbre insoportable.
Casi 100,000 israelíes siguen evacuados de sus hogares en el norte, donde la situación es preocupante, y llevan viviendo un año en alojamientos temporales. Sus vidas experimentan constante cambio y su futuro es incierto. Nuestros reservistas, que están luchando o estacionados lejos de casa; soportan la tensión de la separación prolongada de sus hogares y sus seres queridos.
Nos vemos empujados a dilemas morales imposibles de soportar
Las atrocidades cometidas por los terroristas el 7 de octubre del año pasado, desafían la imaginación. Las violaciones de los derechos humanos de ese día, abarcan un espectro aterrador: violencia sexual, tortura y quema de personas de todas las edades.
Un año después Israel sigue enfrentándose a las tácticas engañosas de los terrorista de Hamás. Los rehenes que nos quedan dentro de las manos terroristas, sirven de escudos humanos; y Hamás empuja deliberadamente también a la población civil palestina, al fuego cruzado; obligando a Israel a enfrentarse a dilemas morales a menudo casi imposibles.
La comunidad internacional debe despertar a la realidad
En el escenario internacional Israel se ha mantenido firme a pesar de la presión, incluso en la Corte Penal Internacional [CPI]. El Fiscal Jefe de la CPI causó indignación en mayo, al acusar a Israel de hacer morir de hambre o matar deliberadamente, a civiles en la Franja de Gaza.
Esta afirmación contrasta marcadamente con la realidad de que miles de camiones de ayuda alimentaria, cruzan la frontera hacia la Franja de Gaza todos los días. Lo que la CPI no tuvo en cuenta, fue que Hamás confisca inmediatamente estos suministros y los vende a precios exorbitantes, a la población civil.
La representación de la ONU pareció justificar inicialmente el 7 de octubre
Si el horror del 7 de octubre hubiera tenido lugar en cualquier otro lugar que no fuera Israel, la condena inequívoca por el asesinato en masa y los esfuerzos internacionales posteriores para el retorno de los rehenes, habrían sido inmediatos.
En cambio, Francesca Albanese, la Relatora Especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, escribió el 15 de octubre, el mismo día del ataque de Hamás: “La violencia de hoy debe ponerse en contexto. Casi seis décadas de gobierno militar hostil sobre toda una población civil son… una agresión”. Semejante declaración, se constituye en un vil intento por justificar el terrorismo de Hamás por parte de un representante de la ONU.
El fracaso de la ONU en condenar formalmente a Hamás y alimentar aún más el antisemitismo
Desde entonces, la Asamblea General de la ONU no ha aprobado ninguna resolución que condene a Hamás por la masacre del 7 de octubre. Su negativa a emitir una condena directa pone en riesgo aún más, su credibilidad a nivel internacional. Cualquier persona responsable y bien razonada no puede negar el dolor y el sufrimiento infligidos al pueblo israelí en el peor ataque contra los judíos desde el Holocausto; mucho menos los líderes mundiales.
Al negarse a condenar oficialmente a Hamás por la masacre de 1,200 personas; la tortura, violación, mutilación y secuestro de cientos más el 7 de octubre; la Asamblea General de la ONU ha dado a entender al mundo que la violencia contra los judíos es justificable. Su aceptación tácita de esta violencia ha envalentonado el alarde de banderas de Hamás en marchas por todo el mundo; los cánticos de “Viva la Intifada” y los ataques selectivos contra judíos en las calles, en los mercados y en los lugares de culto.
Los rehenes de más de 20 países retenidos por Hamás merecen que se tomen medidas correspondientes
Con Hamás, manteniendo aún prisioneros a ciudadanos de otros 20 países además de Israel (entre ellos Argentina, Austria, Bulgaria, Canadá, Colombia, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Nepal, Polonia, Portugal, Rumania, Rusia, Serbia, Tanzania, Tailandia, el Reino Unido, Ucrania y EE.UU., según el Hostages and Missing Families Forum); hacer un llamamiento inequívoco a la liberación incondicional de los rehenes, es la acción más básica que deberíamos esperar de la ONU; que supuestamente está comprometida con los derechos humanos y el estado de derecho.
Para concluir: un año después, hemos visto la resiliencia del pueblo israelí, superando las dificultades para rescatar y servir. A pesar de las mentiras en el escenario internacional, Israel se mantiene firme frente al terrorismo. La sociedad israelí seguirá demostrando su resiliencia y contrarrestando el antisemitismo y la discriminación, en nuestra búsqueda continua de justicia.
Jennifer Teale es investigadora del Foro de Defensa y Seguridad de Israel (IDSF).
Publicado en octubre 15, 2024
Fotografía por: Hanay/Wikimedia.org
Fotografía con licencia: Wikimedia
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