Andrew Fox, autor de un informe reciente titulado “Recuento cuestionable: análisis del número de muertos del Ministerio de Salud dirigido por Hamás en Gaza”.
En los 15 meses transcurridos desde que la organización terrorista Hamás lanzó una guerra contra Israel, el elevado número de muertos civiles ha puesto este conflicto en el centro de atención internacional. Un público indignado salió a las calles de la ciudad para denunciar la matanza de inocentes. Sudáfrica acusó a Israel de genocidio e incluso el Papa se pronunció en contra de la carnicería.
Pero, ¿qué pasa si los hechos y las cifras que sustentan estas acusaciones son incorrectas? De hecho, ¿qué pasa si las estadísticas han sido manipuladas para presentar una imagen distorsionada que difama a Israel y presenta a Hamás como el defensor de una población oprimida?
Según el experto militar y psicólogo, el mayor (retirado) Andrew Fox, ese es precisamente el caso.
Fox tiene la experiencia sobre el terreno y el conocimiento académico para respaldar su afirmación. Fox, investigador de la Henry Jackson Society (un grupo de expertos con sede en el Reino Unido que promueve la democracia, la libertad y los derechos humanos), sirvió en el ejército británico durante 16 años y completó tres misiones en Afganistán, incluida una en las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos. Trabajó como profesor titular en la Real Academia Militar de Sandhurst y tiene títulos en Derecho y Política, Estudios de Guerra e Historia Militar y Psicología.
El mes pasado, Fox y un equipo de expertos causaron revuelo internacional, al publicar un informe titulado “Recuento cuestionable: análisis del número de muertos del Ministerio de Salud dirigido por Hamás en Gaza”.
Las muertes de civiles desempeñan un papel clave en la forma en que la comunidad internacional percibe un conflicto; afirma Fox. Conforman la opinión pública y la política, por lo que la fiabilidad es primordial. El informe analiza en profundidad, el número de muertes civiles que ha facilitado Hamás para comprobar su fiabilidad y, en caso de que resulte caprichoso, señalar algunos de los defectos evidentes.
¿El quid de la cuestión? Las 45,000 muertes civiles presentadas por el Ministerio de Salud dirigido por Hamás, contienen miles de muertes naturales; de muertes anteriores al inicio del conflicto; y bajas causadas por el propio Hamás. Asimismo, no contiene ninguna mención de las pérdidas de combatientes, lo que clasifica automáticamente todas las muertes en el conflicto, como civiles, y tergiversa, exagera e infla el número de mujeres y niños muertos. Además, los principales medios de comunicación internacionales aceptan estas cifras sin escrutinio y las presentan como hechos.
En resumen, Hamás manipula las cifras con fines propagandísticos, las presenta a los medios de comunicación, que en gran medida, repiten las estadísticas como si fueran la realidad, ante el público que acepta las cifras inventadas como verdad, y luego utiliza los datos ficticios como prueba, para culpar y presionar a Israel.
Según Fox, la idea del informe nació durante los primeros meses de la guerra, cuando advirtió irregularidades. “Observé las cifras de víctimas que se informan en los medios de comunicación y que difunde el Ministerio de Salud de Hamás en Gaza, y claramente no tenían sentido. He pedido ataques aéreos en el pasado. He visto lo que los ataques aéreos hacen a los edificios, y no hay forma de tener un contador inmediato de muertes, cuando la situación es tan violenta, caótica y peligrosa. Francamente, que la gente entre y empiece a contar simplemente no cuadraba”.
Fox compartió sus preocupaciones con otros investigadores y a finales del año pasado, un panel de académicos internacionales reunió recursos para un análisis meticuloso de las muertes en la guerra de Gaza, desde febrero de 2024 hasta mayo de 2024, junto con la cobertura de los principales medios de comunicación, específicamente el New York Times, el Washington Post, el Guardian, la CNN, la BBC, Reuters y AP.
Surgieron cinco hallazgos clave: los hombres aparecen como mujeres para aumentar las muertes femeninas; las muertes de adultos se clasifican como niños, para inflar las muertes infantiles; la mayoría de las víctimas son varones en edad de combatir; las estadísticas no tienen en cuenta las muertes naturales y por lo tanto, agrupan todas las muertes como un todo; y los informes de los medios de comunicación se prestan al juego de la estratagema, tomando las estadísticas sesgadas como verdad, sin hacer preguntas.
El informe de 40 páginas ofrece numerosos ejemplos como prueba, por ejemplo: repetidos casos de personas con nombres masculinos, como Mohammed, registradas como mujeres. Los errores ocurren, admite Fox, especialmente durante el caos de la guerra y, sin duda, cuando se trata de nombres o género. Sin embargo, no se trata de un caso de un descuido o dos. Hay suficiente evidencia para demostrar que el desglose demográfico es defectuoso. Además, las discrepancias de género son la punta del iceberg.
«Muy a menudo, cuando no tienen una edad para ser un combatiente, encontramos que se registra como 0, y cuando esa edad es 0, por supuesto se cuenta como un niño», explica Fox. «También encontramos entradas como una persona de 31 años que aparece como un niño de cuatro años, un error difícil de cometer por accidente».
Según Fox, este tipo de tergiversaciones manipulan deliberadamente los datos, para inflar el recuento de inocentes y distorsionar las estadísticas buscando lograr un impacto más emotivo, alimentando así la narrativa de que la población civil de mujeres y niños, es la que sufre la peor parte de la guerra.
A diferencia del mensaje que transmiten los medios de comunicación tradicionales, la mayoría de las muertes en Gaza son hombres de entre 15 y 45 años, dice Fox. Este grupo de edad se corresponde con el perfil esperado de los combatientes en la guerra, y se observa en Gaza en el aumento masivo de muertes de hombres adultos reportadas por las familias en contraposición a las estadísticas de muertes de los hospitales.
“La población de Gaza está compuesta por un 26% de hombres en edad de combatir”, explica. “Así que incluso, si Israel atacara a la población indiscriminadamente, se esperaría que aproximadamente el 26% de las muertes cayeran en esa categoría. La realidad está más cerca del 44%, más del 50% en algunos lugares. También tenemos pruebas de que Hamás utiliza niños soldados, por lo que incluso, algunos de los menores de 18 años probablemente hayan sido combatientes de Hamás”.
Las piezas del rompecabezas apuntan a la simple conclusión, de que Israel ataca a hombres en edad de combatir, no a civiles al azar, sostiene Fox. “A menudo se presenta como si las FDI lanzaran bombas al azar para matar gente. No siguen un proceso de selección de objetivos. Vemos críticas a Israel por los ataques en una zona humanitaria. Y la razón por la que atacan allí, es porque Hamás se esconde entre los civiles, lo que es claramente un crimen de guerra. Se oye todo el tiempo que las mujeres y los niños mueren desproporcionadamente. Ese no es el caso”.
Las estadísticas de mortalidad de Gaza pasan por alto además, las muertes naturales e ignoran deliberadamente la tasa anual típica de 5,000 muertes naturales en Gaza. Aparte de los nombres de los pacientes de cáncer que están registrados para el tratamiento, que aparecen en la lista de los supuestamente asesinados por Israel; las estadísticas tampoco tienen en cuenta las muertes causadas por violencia interna, bien documentada o cohetes fallidos.
Es particularmente preocupante, que los informes de los medios de comunicación sigan la estratagema, tomando las estadísticas distorsionadas como verdad, sin hacer preguntas; advierte Fox. De hecho, apenas un 3% de la cobertura mediática analizada, menciona siquiera las muertes de combatientes. ¿El resultado? “Una narrativa distorsionada que presenta a todas las víctimas como civiles; moldeando así la opinión pública y la política internacional, basándose en datos incompletos o manipulados”, advierte el informe.
Cuando se le pregunta sobre la motivación detrás de la redacción de un informe que desafía la narrativa popular, Fox disipa la noción de un impulso pro-Israel. “Si mirara los hechos, las cifras y todo lo que sé contextual y académicamente sobre la guerra; y llegara a la conclusión de que Israel está cometiendo un genocidio; entonces lo diría. Como analista, ese es mi trabajo. Pero el hecho es que no lo están haciendo”.
En última instancia, advierte Fox, no se trata de Israel. “Hay una batalla más amplia que se está librando aquí en Occidente. Y se trata de nuestros valores, la verdad, y el dar a la gente un juicio justo. Se trata del extremismo y la perversión de las sociedades occidentales. Todo lo relacionado con la forma en que se informa sobre esta guerra, es parte de esa lucha mucho más grande”.
“Es fácil decir: ‘Oye, es un problema de Israel. Que luchen ellos mismos’”, concluye. “Pero es algo mucho más grande que Israel. Es importante que la gente luche contra esta subversión de nuestras narrativas internacionales. Pasé la mayor parte de mi vida adulta luchando contra el extremismo islámico en Afganistán. Lo último que necesitamos es permitir, que el extremismo islámico se afiance en Occidente y empiece a influir en la forma en que hacemos negocios a escala global”.
ENFOQUE DE ORACIÓN: Oremos para que quienes trabajan en los medios de comunicación y defienden la verdad en la información alcen la voz en protesta por la aceptación ciega de «hechos» procedentes de fuentes sesgadas. Intercedamos para que los lectores no se queden de brazos cruzados y cuestionen las cifras que se les presentan. Oremos para que el temor de Dios descienda sobre los medios de comunicación mundiales y para que toda tergiversación o falsificación deliberada de cualquier noticia sea descubierta rápidamente.
VERSO BÍBLICO: “Y vino el terror de Dios sobre todos los reinos de aquellas tierras [Amón, Moab y el monte Seir] cuando oyeron que el Señor había peleado contra los enemigos de Israel”.
– 2 Cró 20:29 NBLA
Publicado en enero 22, 2025
Fuente: Un artículo por Ilse Strauss publicado por Bridges for Peace (Puentes para la Paz) el 21 de enero de 2025.
Fotografía por: Courtesy of Andrew Fox
Fotografía con licencia: Andrew Fox
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