¿Podrán Vivir Pacíficamente estos Dos Estados Lado a Lado en Paz?

enero 23, 2016

Emblema de Israel

Parece que todo el mundo da por sentado que un estado palestino y uno judío podrán convivir pacíficamente lado a lado si tan sólo ambos pudieran hacer las necesarias concesiones. Pero, ¿será eso posible? La fórmula de “dos estados para dos pueblos” ha sido repetida tantas veces que ya casi nadie cuestiona su validez. No obstante, debemos analizar el asunto antes de que continuemos propagando una fábula, porque ¡mientras más se repita una alegación, más parece ser cierta!

Aún el presidente estadounidense de aquel entonces George W. Bush había aceptado esa aseveración como un principio incuestionable, según admitió públicamente el 24 de junio de 2002. El previo embajador norteamericano a Israel, Martin Indyk, comentó: “Todos están de acuerdo de que la solución [al conflicto en el Medio Oriente] es uno de dos estados, con un estado palestino independiente viviendo al lado de Israel, pero nadie sabe cómo lograrlo” (Jerusalem Post, 4 de diciembre de 2002).

Hay muchos israelíes que también han venido a creer en ese concepto como si fuera algo incuestionable. Su anhelo por la paz los ha llevado a creer que lo pueden lograr por acuerdos diplomáticos, a pesar de que reconocen que están tratando con un pueblo que sólo entiende el idioma del odio y la violencia. El propio embajador israelí a las Naciones Unidas durante 2002, Yehuda Lancry, apoyó la idea de “dos estados viviendo lado a lado en paz y seguridad” (Jerusalem Post, 2 de diciembre de 2002). Sin embargo, Lancry también clarificó que la esencia de la paz es la seguridad, algo que ni Yasser Arafat, anterior dirigente de la Autoridad Palestina, ni el actual Mahoud Abbás, han podido garantizar a pesar de sus denuncias esporádicas contra actos terroristas.

Ya casi todos repiten las palabras “palestinos”, “territorios ocupados” y “refugiados” como si tuvieran validez histórica, otorgándole derechos a grupos terroristas para una tierra que nunca antes les perteneció. Todos ya han aceptado ese mito como si fuera un hecho, ignorando que el nombre de Palestina nunca se había referido a un pueblo árabe hasta escasamente 25 años atrás.

El nombre de Palestina se usó adrede en sustitución al nombre de Israel para enfatizar que el pueblo judío había sido derrotado por los romanos durante el segundo siglo. Sin embargo, ¡ya no existe el gran imperio romano, pero todavía vive la diminuta nación de Israel, porque Dios la hizo renacer en un día (Is. 66:5-10)!

¿Y cómo debemos interpretar este conflicto árabe-israelí? Los cristianos y los judíos, que creemos en la Biblia como palabra genuina del Dios verdadero, entendemos que todo se inició en tiempos de Isaac e Ismael. Dios le hizo una promesa de tierra y bendición ilimitada a Abraham, la cual sería heredada por el hijo de la promesa, Isaac. En contraste, Dios dijo respecto a Ismael, el hijo de Abraham por su esclava Agar: “Será un onagro humano…” (Génesis 16:12, Nueva Biblia de Jerusalén, 1999). Según nuestras traducciones bíblicas más comunes, se utiliza el término más refinado de “hombre fiero”, pero el hebreo revela el sentido de un asno salvaje y hombre violento. Luego, Dios añade: “…Su mano contra todos, y la mano de todos contra él; y enfrente de todos sus hermanos plantará su tienda” (Nueva Biblia de Jerusalén, 1999). Esta palabra de Dios respecto a Ismael ha sido cumplida literalmente, evidenciada por la manera en que los árabes han vivido durante siglos. Han habitado en terrenos inhóspitos y desérticos, en tiendas o estructuras de poca protección, sin temor a sus vecinos, pero siendo para ellos una amenaza. Al igual que el pueblo judío, han sobrevivido a las demás naciones, pero ha sido por causa de su carácter indómito y agresivo. De este espíritu violento nació el Islam y sus preceptos.

Esta descripción no es una exageración, ni es una expresión virulenta por parte de personas prejuiciadas contra un grupo étnico o religioso en particular. Es una expresión de Dios referente a los descendientes de Ismael, quizás de manera profética. Ciertamente, el tipo de asesinato depravado que cometen frecuente-mente contra algunos judíos en Israel, y ahora alrededor del mundo, ilustra esta descripción de los descendientes de Ismael. Abu Aiman Al-Hilali, un miembro de alto rango en la organización terrorista Al-Qaida, ha señalado que Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia, Canadá, Alemania y Australia también son sus enemigos, y justifica los ataques perpetrados en Tunisia, Pakistán, Yemen, Bali, Moscú y otros. Dijo que todos los habitantes de estas naciones democráticas participan en las decisiones de su gobierno, y por ende, no pueden clasificarse como “ciudadanos civiles”. Con esa justificación, los islamistas interpretan que el Corán, el cual especifica que la “Jihad” islámica (guerra santa) no se debe hacer contra “ancianos, mujeres y niños”, no aplica a estas personas. (Fuerza de Defensa Israelí, 4 de diciembre de 2002)

Si ese es el grupo con quienes los israelíes están intentando negociar, no van a lograr nada excepto su propia destrucción. Martin Sherman, profesor que participó en la Tercera Conferencia Anual en el Centro Interdisciplinario en Herzliya (2002), Israel comentó: “Un estado palestino sería una amenaza mortal a Israel. Ésta no es una frase política hueca, sino una verdad estratégica bien fundamentada. Por consiguiente, cualquier señal de apoyo, o aún de resignación, para el eventual establecimiento de tal estado es inconsistente con la preservación de los intereses nacionales vitales de Israel” (Jerusalem Post, 29 de noviembre de 2002). De hecho, Sherman también citó un comentario del anterior ministro de educación, Prof. Amnon Rubenstein: “Desde tiempos del Dr. Goebbels [jefe de la maquinaria propagandista nazi], no ha vuelto a existir un caso en que la repetición de una mentira haya producido tanto fruto…De todas las mentiras palestinas, no hay otra más grande y devastadora que la que exige el establecimiento de un estado palestino independiente en el Margen Occidental”.

Aparte de Mahmoud Abbás, ¿qué nuevo líder palestino admitirá y defenderá la existencia de una nación israelí al lado de la palestina? Los hechos demuestran que toda esta presente generación ha sido efectivamente criada para odiar y destruir a Israel y al pueblo judío. Aunque Mahmoud Abbás intente levantar una voz más moderada, no será ampliamente aceptado porque las masas y los demás líderes, cuyos cerebros han sido lavados, aún rehusan aceptar un estado judío vecino.

En la misma conferencia de Herzliya mencionada anteriormente, el anterior primer ministro israelí Ariel Sharón aceptó la posibilidad de permitir un estado palestino, pero bajo una serie de condiciones que posiblemente no pudiese producir el pueblo palestino, dadas las actitudes de la mayoría. Aunque quizás Sharón pudiera haber cambiado un poco su perspectiva luego de esa ocasión, la visión que tenía en ese momento respecto a una entidad nacional palestina era la siguiente: “El estado palestino estará totalmente desmilitarizado. Se permitirá que retengan armas pequeñas para que la policía pueda asegurar el orden civil. Israel mantendrá control de las entradas y salidas del estado palestino y de su espacio aéreo, y no le permitirá formar alianzas con enemigos de Israel.” Sin embargo, Sharón enfatizó que nada podría proceder sin un total cese de terrorismo, o por lo menos, un esfuerzo genuino por detenerlo. Si cumplen con este requisito, podrá considerar la creación de una continuidad territorial entre los centros principales de población palestina. Para llegar a definir sus fronteras finales, debe evidenciarse reformas en todas las áreas, incluyendo la política, educativa, judicial, en los medios de comunicación y demás. (Arutz 7, 6 de diciembre de 2002)

¿Dónde están mirando algunos ingenuos? ¿Pudo sobrevivir la ciudad griega de Troya cuando permitió entrar al gran caballo de madera, lleno de soldados y armas? ¿Podrá un cerco alrededor de la tierra israelí proteger sus ciudadanos, si ya el enemigo está adentro? ¿Podrá Israel confiar en la palabra de alguien que ha evidenciado vez tras vez que sus verdaderas intenciones son arrebatar toda la tierra para sí?

«Dos estados lado a lado» no parece ser la solución para este conflicto, porque la mayoría de los árabes tampoco creen que exista esa posibilidad. Su idea es que exista una sola nación, ¡pero que sea la árabe-palestina!

Tarde o temprano, Dios se encargará de hacer cumplir Su voluntad respecto a esa tierra, porque la entregó como heredad perpetua a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, no a los descendientes de Ismael. Si los árabes desean vivir en la tierra de Israel, pueden vivir con todos los derechos de cualquier otro ciudadano, después que vivan de manera respetable y responsable, aportando a la sociedad como los demás israelíes.

El Dios de Abraham, Isaac y Jacob aclaró hace tiempo: “Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel” (Is. 46:13b). Israel será bendición para todo el mundo, y la ley saldrá desde Jerusalén.Dios cumplirá Sus promesas, y mientras tanto, la nación que bendiga a Israel será bendecida. La que maldiga a Israel, será maldecida, “…porque yo soy Dios, y no hay más” (Is. 45:22). 

Publicado en enero 23, 2016

Fotografía por: Emblema de Israel, Wikipedia

Fuente: Teri S. Riddering, 6/diciembre/2002 - revisado 23/enero/2016