Hace dos años, estalló la guerra entre Ucrania y la fuerza separatista apoyada por Rusia, y aún continúa hoy día. Para la fecha del pasado abril, 9,400 personas habían muerto y 21,500 habían resultado heridas. Un informe de las Naciones Unidas acusa a los grupos armados rusos en Ucrania oriental de perpetrar amplias violaciones y abusos de los derechos humanos. Según el informe, 2.7 millones de civiles viven bajo su control sin libertad de expresión, asamblea o asociación. Sus prácticas incluyen desapariciones forzosas, detenciones arbitrarias, tortura y abuso. La situación aún es altamente volátil, y muy pocos tienen esperanza de que se pueda hacer una tregua duradera.
En pasados meses, he tenido varias reuniones con líderes judíos en Israel sobre el aliyá (inmigración judía a Israel). Todos expresan su enorme preocupación por los judíos que viven en Ucrania y Francia. Como 200,000 judíos viven en Ucrania, y muchos están ansiosos por venir a Israel. Ha habido un incremento en antisemitismo y difamación pública, y acusan a los judíos de ocasionar la actual crisis. Eso ha provocado que muchos judíos ucranianos seriamente contemplen hacer aliyá. También tienen la motivación de que puedan ofrecer un mejor futuro para sus hijos. Incluso, muchos envían a sus hijos solos a Israel.
Israel tiene un programa llamado Selah. Es un acrónimo hebreo que significa literalmente «estudiantes antes que sus padres.» Los padres envían a sus hijos entre 17 y 21 años de edad a Israel, luego de graduarse de escuela superior, para que abran camino a la inmigración de sus padres. El programa dura diez meses, y ofrece intensos estudios de hebreo además de otras experiencias de aprendizaje, permitiendo que hagan un mejor ajuste a la vida en Israel. Doscientos cincuenta jóvenes llegarán a Israel en septiembre, y la mitad de ellos irán a un centro de absorción en Karmiel. Al finalizar su programa allí, se unirán al ejército o se matricularán en estudios universitarios. Casi ninguno regresará a Ucrania.
Durante los pasados 18 meses, el Señor me ha estado hablando sobre el hecho de que podemos ser «Cambiadores del Futuro.» Es urgente que invirtamos en el futuro de nuestros jóvenes cristianos, y por eso hemos comenzado nuestro proyecto ‘Celo a Israel.’ De esa manera, transmitimos nuestra visión a la próxima generación de cristianos.
También invertimos en las vidas de otros jóvenes judíos en Israel. Ya ayudamos a 400 niños por el Programa de Niños Escolares. Además, ayudamos a estudiantes universitarios judíos por el Programa de Adopción. Ahora, con este nuevo proyecto, podremos alcanzar a los jóvenes que huyen de la guerra en Ucrania. ¡Podremos ayudar a cambiar sus futuros! Dios llama a Su pueblo para que regrese a su hogar, tal como lo anunciaron los profetas. Piénselo, estos jóvenes judíos son parte de ese gran plan de redención divina para Su pueblo. Dios prometió traer de regreso a Su pueblo desde los cuatro confines de la tierra, y eso es lo que actualmente vemos. ¡Qué privilegio es ser un colaborador con Dios, mientras evidencia que Él es fiel y que es guardador de Su pacto!
Por medio del Proyecto Rescate, hemos ayudado a sobre 56,000 judíos para que regresen a su hogar en Israel. Muchos de ellos provienen de Ucrania. A medida que continúa la guerra allí, los números aumentan cada año, y miles esperan poder salir hacia Israel. Las familias están desesperadas para enviar adelante a sus hijos. Muchos nunca han estado en un avión y ni siquiera han salido de su propio país. Los padres los envían a Israel con gran esperanza e incertidumbre: con la esperanza de un mejor porvenir, pero con la incertidumbre de que quizás no los vuelvan a ver.
Estos son tiempos desesperantes para el pueblo judío en Ucrania. Por favor, ore sobre la posibilidad de enviarnos un regalo de esperanza y de un mejor futuro. Su donativo al Proyecto Rescate nos ayudará a rescatar al pueblo en Ucrania y a sus jóvenes adultos.
Bendiciones desde Israel,
Rebecca J. Brimmer
Presidenta Ejecutiva Internacional
(Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos)
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