Ocasionalmente recibimos cartas de nuestros amigos que preguntan si Israel realmente necesita nuestra ayuda. Ya que Israel es un país económicamente solvente, y produce tantos nuevos inventos tecnológicos avanzados, se preguntan: ¿cómo es posible que Israel tenga un problema de pobreza? Tienen toda la razón. Israel ha sido bendecido como nación. Su alto nivel de creatividad es asombroso. Y a nosotros nos bendice ver cómo Dios ha traído al pueblo judío de regreso a su Tierra Prometida y los ha establecido aquí. Comenzaron con absolutamente nada y los ha prosperado como nación en sólo 69 años. Pero a la misma vez, Israel tiene un gran problema de pobreza. Casi una cuarta parte de los israelíes vive bajo el nivel en pobreza. ¿Cómo es posible? Permítame compartir algunas de las razones.
Primeramente, Israel tiene muchas necesidades de seguridad. Los habitantes judíos son víctima de incursiones enemigas, disparos frecuentes de misiles y ataques terroristas como parte de su vida diaria. El día en que yo escribía esta carta, cuatro cohetes cayeron en la parte sureña de Israel cerca de Egipto, y otro cohete cayó en el norte desde Siria. Israel nunca ha tenido el lujo de vivir en paz. Necesitan invertir una enorme parte de su presupuesto en el ejército y otros sistemas de seguridad. Como resultado, los impuestos en mercancía de todo tipo son muy altos. La gente tiene que vivir con menos porción de su ingreso que la mayoría de las naciones adelantadas.
En segundo lugar, Israel continúa absorbiendo grandes cantidades de inmigrantes judíos cada año. La mayoría requiere de ayuda durante sus primeros años en la tierra. Esas personas vienen de Sur América, India, Ucrania, Rusia y otros países de la previa Unión Soviética. Llegan con escasamente lo mínimo para sobrevivir: muy poco dinero, un par de maletas y una frágil esperanza. Tampoco saben hablar hebreo. A menudo, tienen que volver a tomar entrenamiento dentro de sus profesiones para que puedan trabajar. Los programas de entrenamiento son buenos, pero se enseñan en hebreo. Además, profesionales en el campo de la salud (doctores, enfermeras, dentistas, etc.) tienen que obtener licencias israelíes antes de trabajar. Ese proceso puede tomar años. Mientras tanto, tienen que comer, pagar renta, cubrir los gastos escolares de sus hijos, sufragar su transporte, y mucho más. Es posible obtener un empleo que pague el salario mínimo sin tener que hablar hebreo, el gobierno les ayuda con un subsidio pequeño, y pueden ahorrar un poco si comparten su pequeño apartamento con otra familia. pero es una lucha constante.
Gran cantidad de las personas que ayudamos por medio de nuestro Programa de Alimento son inmigrantes. A la larga, tendrán éxito en este asombroso país, pero al principio necesitan mucha ayuda. Usualmente no son absorbidos en la sociedad hasta pasados varios años. Por otro lado, también ayudamos a que judíos regresen a Israel por medio de nuestro Proyecto Rescate. Cuando llegan, los ayudamos en su ajuste por medio del Programa de Adopción, el Programa de Niños Escolares, el Fondo de Nuevos Inmigrantes y el Programa de Regalos de Bienvenida. Nos sentimos privilegiados en poder ayudar a estas preciosas vidas que Dios trae de regreso a casa.
Baruj y Rivka hicieron aliyá (inmigración a Israel) en la primavera de 2016. Tenían una vida bastante buena en Ucrania. Baruj trabajaba como superintendente de oficinas en su sinagoga local, y Rivka trabajaba como maestra en la escuela judía. Ambos disfrutaban lo que hacían, pero vinieron a Israel porque Baruj sufría de un problema renal. Debido a la guerra en Ucrania, salieron sin nada. Dejaron atrás su casa y auto, y ni siquiera los pudieron vender.
Aquí en Israel, su preocupación mayor ha sido la salud de Baruj. No puede trabajar, aunque recibe ayuda por su incapacidad. Al principio, ambos estudiaron hebreo en el ulpan (escuela de hebreo), pero eventualmente Rivka lo tuvo que dejar para poder cuidar a su esposo.
A pesar de que su vida en Israel les ha sido difícil, están felices en Israel. Disfrutan de nuevas amistades y les gustan las actitudes de la gente en Israel. Su mayor sueño es que Baruj pueda lograr un trasplante de riñón y que su vida se normalice. También quieren dominar bien el hebreo, obtener buenos empleos y establecerse en Jerusalén. Todavía buscan una comunidad en la que puedan sentirse a gusto, porque la vida comunitaria es importante para su familia. Previamente disfrutaban salir de pesca, y sueñan con poder hacer eso en Israel. Baruj y Rivka aprecian las oraciones que hacen sus auspiciadores cristianos por ellos alrededor del mundo. Por favor, ore por ellos mientras se establecen en su antigua tierra. Ore para que las manos sanadoras de Dios estén sobre Baruj, y ore por sus finanzas.
Por lo tanto, la respuesta es que sí, Israel nos necesita. Inmigrantes como Baruj y Rivka cuentan con nosotros cada mes. El alimento que proveemos a los nuevos inmigrantes es una de las maneras en que podemos demostrar a los del pueblo de Israel que no están solos. Cada acto que hacemos para bendecirlos es un acto por amor al Dios de Israel. Reconocemos Su mano obrando mientras restaura a Israel, trae de regreso al pueblo judío y revela Su carácter al mundo. Qué privilegio es participar con Él en estos días cuando cumple Su promesas proféticas con la nación y el pueblo de Israel.
Por favor, únase a nosotros mientras alimentamos al pueblo de Israel. Su regalo hace posible que proveamos alimento a sobre 22,000 personas cada mes, la mayoría de ellos nuevos inmigrantes.
Bendiciones desde Israel,
Rebecca J. Brimmer, Presidenta Ejecutiva Internacional
Photo Credit: Isranet
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