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Sobreviviendo con Esperanza

marzo 6, 2019

“¿Qué tuviste de desayuno?” le pregunté a una anciana frente a mí. “Una taza de té,” respondió ella. “¿Y qué vas a cenar?,” pregunté, esperando una respuesta más prometedora. “Una taza de té,” fue la misma respuesta desgarradora. Mientras estábamos en el comedor de beneficencia lleno de ancianos judíos que comían un almuerzo caliente y nutritivo, me di cuenta con horror que esta podría ser su única comida en varios días. Cada judío que entra del frío trae un envase vacío con la esperanza de que queden alimentos para llevarse a su casa. El personal del comedor está consciente de las alacenas vacías en los hogares de estas preciosas personas, y hacen todo lo posible por estirar la comida y llenar sus envases. La minúscula porción tendrá que durar los próximos dos días hasta que puedan volver a visitar el comedor.

El comedor del Proyecto Tikvah (Esperanza) en Beregovo, Ucrania abre tres veces por semana en una sinagoga local. Ahora que han llegado los días más fríos de invierno, los que comen en el comedor aguantan las temperaturas bajo cero para ser recibidos con sonrisas cálidas y una comida caliente. A menudo es evidente su deleite y gratitud por el sustento que proveen cristianos desde todas partes del mundo.

Gracias a las generosas donaciones hacia el Proyecto Tikvah (Esperanza), nueve comedores de beneficencia en la antigua Unión Soviética sirvieron 55,554 comidas calientes el año pasado a ancianos judíos. Si no hubiera sido por ese apoyo, tantas preciosas personas, muchas de las cuales son sobrevivientes del Holocausto, sólo habrían tomado té para desayuno, almuerzo y cena.

Nuestros corazones se conmueven cuando escuchamos que muchos ancianos judíos en la diáspora ucraniana han caído en un ciclo de desesperanza. Son demasiado viejos o frágiles para emigrar a Israel, y con la generación más joven huyendo del país en busca de mejores oportunidades en otros lugares, son abandonados a su suerte. La pensión nacional es de tan sólo US $60 al mes, lo que no es suficiente para poder subsistir bajo circunstancias normales. Pero en invierno, cuando el costo de la calefacción y comida hace que los gastos se eleven, la situación se torna más grave aún. Nuestro coordinador del Proyecto Tikvah (Esperanza), Stanislaw Gawel, recientemente explicó este ciclo de desesperanza a nuestro equipo en Israel: “Si no tienen suficiente dinero, no compran suficientes alimentos nutritivos, lo que los hace más débiles y vulnerables a enfermedades. Cuando se enferman por falta de nutrición, gastan el poco dinero que tienen en medicamentos, lo que significa que tendrán menos alimentos y, en última instancia, más enfermedades.”

Stanislaw solicitó nuestras oraciones por la continua labor de su equipo. Cada viaje a Ucrania es una prueba de fe, ya que tienen que cruzar la frontera desde su base en Eslovaquia, conducir por las precarias carreteras ucranianas para luego encontrar y atender a muchas personas enfermas que no pueden ayudarse sí mismas. El equipo del Proyecto Tikvah (Esperanza) ora antes de cada viaje para que el Señor los acompañe y les permita demostrar el amor de Dios.

Puentes para la Paz apoya al pueblo judío no sólo en Israel sino también en la diáspora. Seguimos las instrucciones bíblicas de compartir el amor, el cuidado y la provisión a aquellas personas judías que no pueden cumplir con el llamado profético de regresar a la Tierra de Israel debido a enfermedad o vejez. Para muchos que viven en ciudades lejanas en la antigua Unión Soviética, la sobrevivencia es una lucha diaria. Nuestros coordinadores del Proyecto Tikvah (Esperanza) se reúnen con líderes judíos en esas comunidades para distribuir más de 3,800 sacos de alimento envasado. Al mismo tiempo, brindan apoyo financiero para sus estadías hospitalarias, medicamentos, cirugía, gastos funerarios y calefacción en los congelados meses de invierno. El Proyecto Tikvah (Esperanza) pone fin al ciclo vicioso de la desesperanza, dándoles nueva esperanza y calidad de vida.

¿Qué va a cenar usted esta noche? ¿Y qué desayunará mañana? Mientras se sienta usted a disfrutar de sus comidas, piense y ore por los pobres y ancianos judíos en la diáspora ucraniana. Pero también abra su corazón y done generosamente al Proyecto Tikvah (Esperanza) en la antigua Unión Soviética. Haga un regalo generoso desde las muchas bendiciones que usted ha recibido y asegure que cada anciano judío en el comedor de beneficencia reciba una porción doble para llevarse a su casa durante las noches frías de invierno.

Bendiciones desde Israel,
Rebecca J. Brimmer
Presidenta Ejecutiva Internacional

 

Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos