La Biblia habla de un día cuando las naciones del mundo han de subir contra Jerusalén e Israel. Ezequiel 38 describe la guerra de Gog y Magog, y Zacarías profetiza que las naciones pelearán contra Jerusalén. En el capítulo 3, Joel declara que Dios juzgará a las naciones que intenten dividir la tierra de Israel. ¡Dios no apoyará al que haga guerra contra Israel, sea física o diplomáticamente! Él luchará del lado de Israel.
El voto en las Naciones Unidas el pasado 23 de diciembre fue un acto contra los planes de Dios con Israel. Fue seguido por la Conferencia de Paz en París el 15 de enero de 2017. La Organización de las Naciones Unidas continúa sometiendo resoluciones contra la única nación democrática en el Medio Oriente. Muchos en Israel se sorprendieron de que 70 naciones estarían reunidas en el evento de París. El número 70 es significativo porque en Génesis 10, los nietos de Noé son nombrados, y estos suman a 70. Por lo tanto, en el pensamiento judío, el número representa a todas las naciones del mundo. Y cuando el mundo se reunió en París para discutir el «problema de Israel,» pensaron que les iban a imponer ciertas condiciones.
En Puentes para la Paz, tomamos en serio nuestro llamado a ser una «Nación Santa» (1 Ped. 2:9). A pesar de cómo actúan las naciones de este mundo, continuaremos estando del lado de Israel y del Dios de Israel. A medida que vemos los eventos mundiales, incluyendo futuras acciones de las Naciones Unidas y naciones individuales, no nos tenemos que unir a ellos ni estar de acuerdo con ellos. Josué exhortó al pueblo de Israel con estas palabras: «…yo y mi casa, serviremos al SEÑOR» (Jos. 24:15). Es evidente que, a la luz de las Escrituras, a Dios no le agradan estos actuales gobiernos mundiales. Él vendrá contra las naciones que ataquen a Israel, y cuando llegue ese día, yo quiero estar de Su lado.
La Segunda Guerra Mundial terminó hace más de 70 años, una guerra que decimó al pueblo judío. Los nazis asesinaron a seis millones de judíos. Aunque no todas las naciones fueron culpables de haber asesinado a los judíos, fue calificada como una guerra mundial, y muy pocas personas les ayudaron. Muchos judíos más se hubiesen salvado si la Nación Santa (cristiana) se hubiese levantado para ayudar a Israel y hubiera estado con el Dios de Israel. Hoy día, la memoria del mundo ha comenzado a olvidar ese tiempo, pero la memoria de Israel no se nubla.
Una de las maneras en que Puentes para la Paz demuestra su amor incondicional al pueblo judío es por medio de nuestra ayuda a los sobrevivientes del Holocausto. Estamos actualmente en temporada de invierno en Israel, así que recientemente distribuimos frazadas. Luego de ayudar a entregarlas, uno de nuestro equipo compartió lo siguiente:
Una frazada. Para algunos es simplemente un pedazo de tela que les ayuda a estar caliente. Para otros, es mucho más que eso. Muchas personas sienten una conexión emocional especial hacia una frazada de su niñez. Les representa consuelo, protección, amor y mucho más que sólo calor.
Puentes para la Paz recientemente tuvo el privilegio de distribuir estos símbolos de amor y consuelo a sobre cien sobrevivientes del Holocausto en la ciudad de Jerusalén. Muchas de estas frágiles personas fueron traumáticamente marcadas en su niñez, huyendo de lugares como Leningrado y Donetsk, en la previa Unión Soviética. Uno relató cómo se había escondido por semanas en una habitación con otras ocho familias durante un tiempo terrible de frío.
Años después, cuando lograron hacer aliyá (inmigrar) a Israel, llegaron sólo con la ropa que llevaban encima y nada más. Narran historias de grandes luchas. Tampoco se les hizo fácil a esas personas ajustarse a la vida en su nuevo país, mientras aprendían un nuevo idioma y trataban de sobrevivir mientras continuamente subía el costo de vida.
Los sobrevivientes del Holocausto que visitamos ya están entre las edades de 80 y 90 años, y viven en residencias del gobierno donde son atendidos por cuidadores amorosos. Cuando reciben una frazada caliente por parte de cristianos, para ellos no es un regalo cualquiera. Es un símbolo de consuelo y amor. Aunque tuvieron experiencias terribles en su niñez, ahora ven que hay cristianos alrededor del mundo que los quieren bendecir y apoyar. Estas acciones justas hablan más fuertemente que las palabras.
Han pasado sobre 70 años desde que terminó el Holocausto, pero siempre hay una guerra contra el pueblo judío, una guerra contra Israel y una guerra contra Dios. Lo vemos por medio de resoluciones diplomáticas en las Naciones Unidas, en eventos como en París, en las calles de Israel mientras personas son atropelladas por terroristas, en incendios terroristas y en la retórica vil de extremistas islámicos. Este es el momento para demostrar al pueblo judío de que cristianos en todas partes están aún de su lado. Hablaremos en su defensa; ayudaremos a los sobrevivientes del Holocausto y las víctimas de incendios; alimentaremos a los hambrientos; cuidaremos a sus niños. Hemos decidido estar del lado de Dios, y del pueblo a quien Dios prometió defender. «Jamás se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel» (Sal. 121:4).
Por favor, envíenos un generoso donativo hoy para que podamos continuar demostrando el amor de Dios a Israel.
Bendiciones desde Israel,
Rebecca J. Brimmer,
Presidenta Ejecutiva Internacional
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