Levantando al Pobre del Polvo

mayo 10, 2018

Este mes celebramos los 70 años desde que Israel se convirtió nuevamente en nación. Los cristianos y los judíos alrededor del mundo alabamos a Dios por Israel. Frecuentemente se leen los salmos de Halel o alabanza (Salmos 113-118) como parte de esa gratitud a Dios. En el Salmo 113, también se alaba a Dios por la manera en que cuida al necesitado: ¿Quién es como el SEÑOR nuestro Dios, que está sentado en las alturas, que se humilla para mirar Lo que hay en el cielo y en la tierra? El levanta al pobre del polvo, y al necesitado saca del muladar (Sal. 113:5-7).

A pesar de esa alegría, hay muchos en Israel que están abrumados por enormes necesidades. Los sobrevivientes del Holocausto, los inmigrantes, los niños en hogares divididos, los soldados sin familia, los ancianos y los enlutados, todos tienen algo en común. Todos necesitan amor y ternura.

Miriam es una nueva inmigrante que recibe alimento de Puentes para la Paz. Ella nos escribió la siguiente carta:

Apreciado Puentes para la Paz,

Yo llegué a Israel con mis dos hijos, y fue como mudarme a otro planeta. No teníamos familia ni amistades en Israel. Fue muy atemorizante llegar a un país desconocido.

Pero para la gloria de Dios, ustedes llegaron a nuestras vidas casi de inmediato, personas que estaban dispuestas a ayudarnos y apoyarnos. Y gracias a ustedes, ¡nos sentimos como en nuestra casa! Ustedes han sido una enorme ayuda a mí y a mis dos hijos.

Mi difícil empleo en la fábrica me hizo sentir alejada de mis hijos, y sentía que estaba desperdiciando mi tiempo y mis fuerzas. Por mucho tiempo, hice trabajos que no me gustaban sólo para proveer a mi familia, y no tenía tiempo ni fuerza para perseguir mis propios sueños.

Al presente, mi hebreo ha mejorado mucho y tomo mis primeros pasos en una nueva empresa, cociendo ropa bella para mis amistades y para mí. ¡Es una alegría poder dar belleza y felicidad a las personas!

Para decir verdad, no hubiese tenido la valentía de tomar este paso si no tuviese la seguridad de que había personas que me iban a ayudar. Muchas gracias, ¡y les deseo mucha fortaleza en tan noble trabajo!

Con amor, Miriam

También nos complace mucho ministrar el amor de Dios a sobrevivientes del Holocausto durante sus postreros años de vida. Ari siempre está agradecido cuando recibe su saco de alimento, pero en esta ocasión le incluimos una pequeña sorpresa. Había acabado de cumplir los 94 años, y por eso le entregamos una cesta de alegría para su cumpleaños, además de su saco regular de alimento. ¡El rostro de Ari se alumbró en una tremenda sonrisa! Nuestro empleado de Puentes para la Paz, Jay, dijo:

Cuando le ayudé a bajar las escaleras con su carrito, Ari no dejaba de darnos las gracias, y eso me produjo grande gozo. Nuestros sacos de alimento para sobrevivientes del Holocausto son mucho más que simple mercancía. Cuando entregamos los sacos de alimento, también les enseñamos que alguien se interesa por ellos, que alguien quiere escuchar lo que les ha ocurrido durante la semana. Aquellos que han sufrido incontables horrores merecen nuestro mayor respeto. El que seamos un oído dispuesto a escucharles mientras les llevamos un saco de alimento, eso hace mucho más por ellos de lo que podamos imaginar. Me siento muy honrado en ser parte de Puentes para la Paz y en tener la gran bendición de ver cómo tantos sobrevivientes del Holocausto reciben la ayuda de cristianos alrededor del mundo que se interesan en ellos.

22,140 Personas Comen a la Mesa de Puentes para la Paz

Ari, Miriam y 22,140 israelíes en situaciones semejantes reciben alimento por parte de Puentes para la Paz cada mes. No les damos alimento sólo en días festivos, porque la pobreza existe todos los días del año. Viven en comunidades israelíes desde norte a sur. Hablan ruso, español, francés, inglés, árabe, persa, portugués, hebreo, amárico, y posiblemente hasta más idiomas. Han llegado desde los cuatro confines de la tierra, mientras Dios restablece a la nación de Israel.

Muchos miles más piden nuestra ayuda. Entiendo que el corazón de Dios es responder a todas sus necesidades. Yo deseo ayudarles a salir de su profunda necesidad y experimentar el plan de Dios para sus vidas. Es una tremenda bendición ser una organización que Dios usa para evidenciar Su amor al pobre, para levantarlos del polvo y sacarlos del muladar.

No lo podríamos hacer sin su ayuda. Por favor, ore y considere hacer un generoso donativo hacia nuestro Programa de Alimento este mes, para que podamos extender la mesa y alimentar a más hambrientos. Gracias por evidenciar su fe a través de sus obras.

“Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad (1 Jn. 3:17-18).

Bendiciones desde Israel,
Rebecca J. Brimmer
Presidenta Ejecutiva Internacional

 

Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos