Nosotros estamos llorando

abril 2, 2022

Las lágrimas caen mientras las bombas destruyen edificios, infraestructura y familias. Nos encontramos en medio de la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Como si los tanques, las bombas y los misiles no fueran suficientes, los que huyen también se están enfrentando a temperaturas bajo cero, así como a la escasez de combustible y alimentos. Los trenes están llenos al doble y al triple de su capacidad. A nadie se le permitió llevar equipaje. Una de las imágenes más conmovedoras fue la de los cochecitos de bebé que las madres polacas dejaron en los andenes del tren para que los usaran los refugiados. Ellos llegaron a las fronteras sin nada, sufriendo de hipotermia y hambre. Nosotros estamos llorando.

Evacuación en Ucrania

Durante el Holocausto, el pueblo judío buscó en vano un lugar que los acogiera. Trágicamente, pocos se salvaron. Hicieron todo lo posible para ocultar su judaísmo. Ser judío en aquellos días era una sentencia de muerte. Natan Sharansky, un famoso refusenik (ciudadano de la antigua Unión Soviética, a menudo judío, a quien se le negó el permiso para emigrar) judío ucraniano dijo:

«Me acordé de aquellos días cuando vi a miles de personas paradas allí [en la frontera] día y noche, y solo hay una palabra que puede ayudarlos a salir: ‘judío’. Si eres judío, hay judíos afuera que se preocupan por ti y te están esperando… Tus posibilidades de marcharte son excelentes. El mundo ha cambiado. Cuando era niño, ‘judío’ era una designación desafortunada. Nadie nos envidiaba. Pero hoy en la frontera con Ucrania, identificarse como judío es una circunstancia muy afortunada. Describe a aquellos que tienen un lugar a donde ir, donde su familia, una nación entera, los espera al otro lado».

Preparándose para salir

La nación de Israel es un refugio seguro para el pueblo judío en riesgo.

Viajando hacia la frontera

Los esfuerzos de rescate son enormes, extremadamente riesgosos y muy costosos. La mayoría de la gente llega sin absolutamente nada. Necesitarán ayuda —mucha ayuda—. Estamos trabajando con Israel para traer tantos como sea posible a Israel. Nuestros trabajadores del ‘Proyecto Rescate’ en Moldavia (y otros países fronterizos) están trabajando día y noche para ayudar a los judíos traumatizados a llegar a Israel. Un trabajador cristiano moldavo mayor está ayudando a 35-50 personas al día. Nosotros autorizamos la compra de una camioneta para asistirlo. El dinero fue enviado el mismo día que nos dimos cuenta de la necesidad. Nuestros equipos del ‘Proyecto Tikvah’ en Polonia y Ucrania occidental están alimentando a los refugiados a medida que llegan a Polonia. Estamos enviando decenas de miles de dólares estadounidenses para ayudar en todos estos frentes y continuaremos haciéndolo hasta que no quede nadie a quien salvar. En Ezequiel 39:28, el Señor dice: «Entonces sabrán que Yo soy el Señor su Dios, porque los hice ir al cautiverio entre las naciones, y después los reuní de nuevo en su propia tierra, sin dejar allá a ninguno de ellos» (NBLA).

En Israel, donde 500,000 son originarios de Ucrania, la conmoción y el dolor han impactado a toda la comunidad. Estamos llorando con ellos. Estamos orando y estamos actuando. Las palabras del salmista son alentadoras: “Pasando por el valle de Baca [llorando] lo convierten en manantial… Van de poder en poder” (Sal 84:6a-7 NBLA).

Tus donaciones hacia ‘Proyecto Rescate’ y ‘Proyecto Tikvah’ nos permitirán traer al pueblo judío de regreso a Israel y alimentarlo en el camino. Tus donaciones a nuestro ‘Proyecto Alimento’ nos ayudarán a mantenerlos aquí en Israel. Este es el tiempo que Dios escogió para que nosotros sirvamos y vivamos en Él. Este es el momento en que los 200,000 judíos de Ucrania necesitan ayuda. ¿Abrirás tu corazón y tu billetera a la situación difícil de ellos?

Llorando, orando y actuando en Israel,

Rebecca J. Brimmer

Presidenta Ejecutiva Internacional

 

Traducido por Robin Orack – Voluntaria en Puentes para la Paz