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Para los habitantes de Zohar: ¡No están solos!

mayo 8, 2024
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El corazón de Jaim latía con fuerza mientras salía por las puertas de Zohar y conducía su camioneta con cautela por el familiar camino. Como jefe de seguridad de la pequeña comunidad cerca de la frontera de Gaza, él y su segundo al mando servirían como una barrera improvisada entre las hordas atacantes y las familias en Zohar. Manejaron, con las armas cargadas y listas, mientras cientos de misiles, disparados desde Gaza hacia Israel, surcaban el aire y sonaba la sirena de alerta roja.

Era la madrugada del 7 de octubre y desde el momento en que comenzó el ataque a las 6:29 de la mañana, Jaim supo que no se trataba sólo de misiles. Junto con su segundo al mando, pasó a la ofensiva, llevando la lucha fuera de la comunidad.

Un refugio público antiaéreo en Zohar

Jaim estaba muy consciente de cuán vulnerable sería la gente de Zohar ante un ataque a gran escala. Aunque la comunidad está situada a sólo 5 kilómetros [3 millas] de Gaza, carecía de un equipo de seguridad, siendo Jaim y su segundo los únicos defensores armados. Además, debido a que la mayoría de las casas de Zohar fueron construidas en la década de 1970 durante una época de terrible pobreza, ninguna de las residencias tenía cuartos de refugio. Como resultado, cuando se producían ataques con misiles, los 600 residentes de Zohar salían corriendo de sus casas y se dirigían a los doce refugios antiaéreos ubicados alrededor de la comunidad —todos con estructuras viejas, sin luces, aire acondicionado ni baños—.

Estos refugios públicos se construyeron de manera similar: una puerta que conduce a un estrecho tramo de escaleras que desciende a un cuarto de refugio cuadrado, subterráneo, hecho de cemento; y la última persona que entra debe cerrar la puerta de acero. Sin embargo, debido a que los refugios fueron diseñados como un lugar seguro contra los misiles, no contra los terroristas, las puertas de acero no tienen cerraduras.

Durante los ataques con misiles en el pasado, la gente de Zohar se amontonaba en los refugios, dejando poco espacio para moverse. Luego esperarían entre 10 y 20 minutos antes de regresar a casa. Pero el 7 de octubre sería diferente. Esta vez los misiles no pararon. Una andanada tras otra cayó mientras familias aterrorizadas con niños gritando se acurrucaban en la más absoluta oscuridad durante horas.

Mientras tanto, Jaim y su segundo al mando estaban fuera de las puertas de la comunidad Zohar, listos para los terroristas que venían tras los misiles. Llegaron como una horda de 80 terroristas de Hamás fuertemente armados, que se acercaban a la pequeña comunidad. Jaim los identificó como una unidad Nakba de Hamás, entrenada por Irán, lista para atacar por todos lados la camioneta de seguridad israelí que manejaba en dirección a ellos. Jaim pisó los frenos y giró la camioneta en un ángulo de 45 grados. El equipo de seguridad de Zohar, formado por dos personas, saltó del vehículo cuando los terroristas comenzaron a dispararles rápidamente y buscaron refugio detrás de él. Comenzaron a responder al fuego, sabiendo que si los terroristas los mataban, la gente de Zohar sería masacrada.

Milagrosamente, Jaim y su segundo sobrevivieron. Intimidados y desmoralizados por los dos guerreros israelíes que defendían el camino a Zohar, los terroristas se retiraron, dejando atrás una docena de muertos. Jaim y su ayudante alabaron a Dios por salvar sus vidas, pero el día estaba lejos de terminar.

Durante el día y la noche, Jaim luchó contra terroristas a lo largo de la periferia de Gaza, encontrándose con cientos de automóviles quemados y cadáveres de jóvenes israelíes por todas partes; muchos de ellos abatidos a tiros o quemados vivos en sus vehículos mientras intentaban huir. Entre ellos, descubrió el cuerpo de su cuñado lleno de balas y colgando parcialmente de su coche. En el asiento trasero, encontró a su mejor amigo y la prometida de su mejor amigo, una hermosa joven llamada Shir Yaron, desplomada hacia adelante y sin vida. Gracias a la valentía de Jaim y su ayudante, Zohar no fue infiltrado ni destruido, pero seis de sus residentes fueron asesinados en la carretera fuera de la comunidad.

Yaniv nos muestra el mapa de la comunidad Zohar.

Puentes para la Paz tuvo el privilegio de conocer a Jaim a través de un líder comunitario llamado Yaniv, que ama a la gente de Zohar. Escuchamos la heroica historia de Jaim de primera mano mientras nos mostraba el horrible video de ese día. Yaniv nos acompañó por la comunidad, señalando casas en ruinas rodeadas de aceras invadidas por la maleza y la descomposición. Nos quedamos en silencio ante un monumento a las víctimas asesinadas en el centro comunitario de la aldea, presentando nuestro respeto, con el corazón destrozado al ver las fotografías de las hermosas personas que fueron asesinadas simplemente por ser judías. Finalmente, fuimos testigos de las terribles condiciones de los refugios antiaéreos.

Ahora sabemos la magnitud del 7 de octubre: más de 1,300 israelíes asesinados, cientos secuestrados en Gaza y miles heridos. Zohar fue parte de ese terrible día. La comunidad sobrevivió porque el Señor Dios de Israel llenó a Jaim y a su segundo al mando de valor y fuerza para defender a los indefensos. Al mismo tiempo, Zohar está de profundo luto por aquellos que nunca regresaron a casa.

Mientras nosotros, los cristianos de Puentes para la Paz, estábamos en Zohar ofreciendo nuestra ayuda, Yaniv compartió: “Cuando la gente viene aquí y habla de sueños, me da esperanza“. Me abrazó, alabando a Dios por haber venido. Le contamos a él y a otros residentes de Zohar sobre los cristianos de todo el mundo que apoyan a Israel, oran por Israel y buscan amar lo que Dios ama. Más veces de las que puedo recordar, Yaniv respondió “Amén” o “Baruj HaShem” (Bendito sea el Nombre) cuando le informé que Puentes para la Paz quisiera apoyar a Zohar. Después de que nos fuimos, Yaniv me llamó llorando y me dijo que una vez que nos fuimos, los residentes de Zohar comenzaron a alabar a Dios, regocijándose: “¡Finalmente la gente nos ve! ¡Por fin les importa! ¡No estamos solos!

Puentes para la Paz quiere sacar a esta comunidad de la pobreza y el trauma para demostrarles el amor de Dios a través de nuestra colaboración. Nuestro deseo es reparar una casa club para los jóvenes, mejorar los refugios antiaéreos, invertir en la educación de los niños de Zohar y ayudar con proyectos comunitarios y de jardinería para que la gente de Zohar experimente el amor cristiano como nunca antes. ¡Nuestro plan comienza ahora! Juntos, dejemos nuestra huella en esta hermosa comunidad del sur de Israel, cerca de la Franja de Gaza. Recordémosles que no están solos. Asóciate con Puentes para la Paz para ayudar a la gente de Zohar.

Con esperanza y expectativa,

Rvdo. Peter Fast

Presidente Ejecutivo Internacional

 

Traducido por Robin Orack – Voluntaria en Puentes para la Paz