“Y viendo [Jesús] las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor” (Mt 9:36 NBLA).
En la época de Jesús (Yeshúa), Israel estaba invadido por la ocupación romana y, al igual que hoy, se encontraba en una situación de agitación política siendo arrastrado a una guerra que nunca quiso. Hoy, el estado judío es el blanco de los estados enemigos que lo rodean, mientras que las comunidades judías de todo el mundo son atacadas por un antisemitismo en rápido crecimiento, lo que hace que muchos judíos huyan a Israel a pesar de las hostilidades.
En medio de todo el dolor de la guerra, Israel también se enfrenta al aumento de los costos mundiales de los alimentos, lo que resulta en que cada vez más familias tienen dificultades para poner comida en sus mesas.
Como el cuerpo de Jesús en la tierra, nosotros, los cristianos de alrededor del mundo, vemos la situación difícil de nuestros hermanos y hermanas judíos y nuestros corazones se conmueven profundamente con compasión por ellos. Nuestro corazón se conmueve no sólo para orar, sino también para actuar.
En Puentes para la Paz distribuimos alimentos todos los días laborables desde nuestro Centro de Asistencia en Jerusalén para ayudar a los sobrevivientes del Holocausto, a las familias desplazadas, a los árabes cristianos, a los niños y a los ancianos cuyas necesidades quedan en el olvido de un mundo muy ocupado. Pero el Señor no está demasiado ocupado, Él conoce sus carencias y preocupaciones; Él nos llama a extender Su compasión y proporcionarles los alimentos que tanto necesitan.
El ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023 afectó directamente a muchas de las comunidades a las que ayudamos en el sur de Israel, aterrorizándolas completamente. Gracias a que desde antes trabajamos con esas comunidades para proporcionarles alimentos y a lo largo de los años hemos establecido relaciones ahí, pudimos responder rápidamente con ayuda. Puentes para la Paz pudo actuar en cuestión de horas para proporcionar alimentos a las familias necesitadas. Más de un año después, no nos hemos detenido. Seguimos respondiendo al llamado para apoyar a las comunidades del sur de Israel y dondequiera que hay israelíes necesitados.
Nuestro director de operaciones en Israel me contó recientemente cómo él y su esposa les explicaron a sus cuatro hijas pequeñas que hay niños en Israel que no tienen suficiente comida para comer. Ellas no lo podían creer y preguntaron qué podían hacer para ayudar. Un tiempo después, vinieron corriendo a sus papás con una alcancía hecha a mano. Las niñas les dijeron a sus papás que querían empezar a ahorrar algo de su propio dinero para donarlo al ‘Proyecto Alimento’ de Puentes para la Paz. Ellas saben que su papá trabaja todos los días para ayudar a alimentar a los necesitados en Israel, pero esta fue la primera vez que realmente comprendieron por qué él sirve allí y ahora desean involucrarse.
Estas preciosas pequeñas no tienen mucho dinero para dar, pero tienen un gran corazón que las mueve a hacer algo para ayudar cuando ven una necesidad. Su naturaleza desinteresada me recuerda al muchacho con los panes y los peces del que leemos en Juan 6:9. Dio lo poco que tenía y Jesús lo utilizó para alimentar a la multitud hambrienta que había venido a escucharlo en Galilea.
Comparto esta historia contigo porque este mes nos enfocamos en nuestro ‘Proyecto Alimento’.
Cada mes, Puentes para la Paz proporciona alimentos a más de 24,000 israelíes necesitados. Esto es posible solamente, gracias a tu apoyo. Nos financiamos en un 100% gracias a generosos donadores cristianos de todo el mundo, y tu apoyo está marcando una diferencia que cambia la vida de miles de personas que, de otro modo, quedarían marginizados.
Ayudamos a madres solteras que trabajan duro pero apenas pueden pagar la renta y los servicios públicos. Proporcionamos alimentos para la cocina de un centro de rehabilitación de drogadictos. Suministramos paquetes de alimentos a comedores populares y centros comunitarios donde los trabajadores sociales distribuyen nuestra comida a los necesitados de esa comunidad. Ofrecemos almuerzos a niños de familias pobres en las escuelas.
La comida es una necesidad básica, y el hecho de que nosotros podemos cubrir esta necesidad, me ha convencido de continuar sirviendo durante los últimos 20 años. Por eso también me dirijo a ti hoy —porque sé que tienes un gran corazón y que darás todo lo que puedas—. Juntos, creeremos que, así como Jesús multiplicó los panes y los peces para alimentar a la multitud, nuestras ofrendas también se multiplicarán para alimentar a los necesitados de Israel.
Mientras abrazamos la Luz que vino al mundo debido a la gran compasión de Dios por toda la humanidad —Su Hijo, nacido en un pesebre aquí mismo en Israel, en el pequeño pueblo de Belén, para ser la Luz para toda la humanidad— abracemos también a Su familia terrenal, el pueblo judío, con todo el amor y la luz que podamos dar.
Bendiciones desde Israel,
Rvdo. Peter Fast
Presidente Ejecutivo Internacional
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