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Traigamos el Pueblo de Dios a Casa

enero 7, 2018

Aleksandr y Lidiya

El principio de un nuevo año es momento ideal para evaluar y reflexionar sobre el año anterior. ¿Qué hicimos? ¿Qué debimos hacer? ¿Qué nos dice Dios? ¿Qué hace Dios en estos momentos­? Mientras me hago estas preguntas, una cosa hace eco en mis oídos. Dios trae a Su pueblo judío de regreso a Israel. Todos los profetas hablaron sobre estos días y vemos su cumplimiento. No sólo lo observamos, sino que también participamos en ello de diversas maneras. Mientras escribo esta carta, nuevos inmigrantes se encuentran en nuestro centro en busca de regalos de bienvenida. Nuestros voluntarios les pueden dar ayuda práctica porque cristianos como ustedes les apoyaron en su proceso de aliyá (inmigración). Usted donó porque ama a Dios y desea trabajar junto con Él a medida que cumple Sus promesas al pueblo judío. Juntos, estamos ayudando a miles de nuevos inmigrantes.

Nuestro Proyecto Rescate ha estado funcionando por más de 20 años, y hemos rescatado a sobre 61,000 judíos que actualmente viven en Israel. Miles más esperan llegar. Algunos son jóvenes y vibrantes; oros son ancianos, enfermos y en necesidad de mucha ayuda. El profeta Jeremías habló de estos días.

“Yo los traigo del país del norte, y los reuniré de los confines de la tierra, entre ellos los ciegos y los cojos, la mujer encinta y también la que está dando a luz. Una gran compañía volverá acá. Con llanto vendrán, y entre súplicas los guiaré. Los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy un padre para Israel…” (Jer. 31:8-9).

El corazón de Dios abunda en amor. No sólo quiere rescatar a los jóvenes, los fuertes y los que prometen ser productivos. También se preocupa por los desamparados, los ancianos, los enfermos y los desvalidos. Quiero compartir sobre algunos de esos rostros y le pido que ore por ellos.

Yaakov es un pensionado. Ha experimentado muchas dificultades en esta vida, pero ahora está muy feliz de vivir en Israel.

Yaakov

Aleksander y Lidiya son de Lugansk en la parte que se encuentra bajo guerra al este de Ucrania. Se les hizo difícil salir. Esperaron mucho tiempo en una estación fronteriza (bajo una balacera) para sólo llegar a otro centro fronterizo. Finalmente llegaron a Israel. Alek está muy enfermo y espera que los médicos israelíes lo puedan ayudar. Ore por su salud.

Marina y Vladimir están esperanzados de que pronto salgan para Israel. Él sufre de severa artritis reumatoidea y confía que los médicos israelíes puedan encontrar una cura para él.

Tatyana y Andrei fueron a visitar a una hermana en Rusia, pero no pudieron regresar a su hogar en Ucrania oriental. Su pueblo se había convertido en una zona de guerra. Luego de un año y medio regresaron, sólo para encontrar las casas y calles destruidas, hombres en uniforme por todas partes y, sorprendentemente, perros y ratas corriendo por las calles. Todas las ventanas en los edificios estaban rotas y las tuberías de agua explotadas debido a las bajas temperaturas. La vida en Avdeevka se le hacía muy complicada. Las instituciones municipales ya no funcionaban y era imposible obtener ayuda médica cualificada. Como Andrei es diabético, ellos sabían que tenían que irse. Actualmente viven en Israel.

Valerii viene de Odessa. Experimentó muchas dificultades en su vida por ser judío. Su sueño de toda la vida fue vivir en Israel. Con nuestra ayuda, ahora se encuentra en la Tierra Prometida.

Usted Puede Ayudar

Por medio del Proyecto Rescate, hemos ayudado a miles escapar de la zona de conflicto en Ucrania. Nuestros choferes describen las horrendas condiciones allí mientras esquivan balas, minas terrestres y soldados para rescatar a las personas. Nuestro camión ya ha corrido miles de kilómetros, y necesitamos uno nuevo y más confiable. Podremos dar el camión viejo como depósito, pero necesitamos otros US $20,000.

Miles de judíos viven en condiciones desesperantes y anhelan llegar a Israel. Dios los está llamado de regreso a su hogar. No lo podemos hacer sin su ayuda. El costo promedio para rescatar a un individuo es de $400, pero ningún regalo es demasiado pequeño o grande. Juntos podremos darles esperanza. Comience el año en colaboración con Dios para traerlos a todos: a los jóvenes y viejos, a los fuertes y débiles. Dios los ama a todos, y Su deseo es traerlos a casa.

Bendiciones desde Israel,
Rebecca J. Brimmer,
Presidente Ejecutiva Internacional

 

Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos

Photo Credit: Globe with Israeli flag: David Carillet/shutterstock.com