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Un rayo de esperanza

mayo 31, 2024
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Anatoly se secó las lágrimas mientras se acurrucaba en la oscuridad entre las personas en el refugio antiaéreo. El implacable golpe de los misiles que impactaron en Kiev sacudió la estructura. Unos cuantos sollozos de pánico resonaban cada vez que un cohete ruso encontraba su objetivo, pero la mayoría de las personas apiñadas en el pequeño espacio miraban al suelo en silencio y terror. Kiev fue atacada una vez más.

Una vez que las sirenas de ataque aéreo sonaron por la ciudad, Anatoly no tuvo mucho tiempo de correr a un lugar seguro. Ahora estaba sentado —una vez más— acurrucado en la oscuridad, frotándose las manos para calentarse un poco en el aire frío de diciembre. Era el tercer día sin electricidad, calefacción ni agua. Sus pensamientos se dirigieron a su esposa y a su hija, que habían huido a Israel diez meses antes para escapar de la guerra. Él sonrió para sí mismo. Mañana cumpliría sesenta años y sería libre para abandonar Ucrania, dirigirse a Israel y unirse a ellas. Mucha gente que conocía había muerto en la guerra. Sin embargo, Dios estaba guiando a Anatoly hacia Israel, cumpliendo las antiguas profecías sobre la reunión del pueblo judío, en las que ahora meditaba en la oscuridad.

Unas semanas después de estar sentado en el refugio antiaéreo de Kiev, Anatoly finalmente llegó a Israel y abrazó a su esposa e hija por primera vez en meses. Sin embargo, la realidad de su nueva vida y todos los obstáculos que aún enfrentaba esta familia de refugiados pronto amenazaron con abrumarlos. Anatoly siempre había mantenido a su esposa e hija, pero la terrible situación de la familia en Israel amenazaba con hundirlo en la desesperación. Anatoly había huido de una nación en guerra para encontrarse en medio de otra guerra más. Y aunque se sentía mucho más seguro en Israel, el conflicto ha ejercido una presión adicional sobre la economía, provocando que los precios se disparen. Anatoly apenas hablaba hebreo y sabía que le costaría encontrar trabajo a su edad. Entonces, ¿cómo comerían? Su mente estaba llena de ansiedad cuando proporcionar comida pronto se convirtió en su único objetivo. Su familia recibió cierto apoyo de la Agencia Judía, pero debido a la afluencia de miles de otros refugiados, la ayuda se agotó.

Un día, Anatoly se conectó con cristianos de Puentes para la Paz y su mundo cambió para bien. Estos cristianos de todo el mundo habían acudido al rescate de su familia. Su familia sería atendida y cobijada por el ‘Proyecto Alimento’ de Puentes para la Paz, que ayuda a inmigrantes en necesidad.

Anatoly se quedó sin palabras ante el apoyo. A medida que las bolsas de comida comenzaron a llegar regularmente, él y su familia alabaron al Señor mientras lloraban de alegría. El conocimiento de que podría poner comida en la mesa todos los días lo llenó de una paz que no había conocido en meses. Comenzó a sonreír cada vez que veía el logo de Puentes para la Paz en las bolsas de comida. Más importante aún, el amor de los cristianos de todo el mundo despertó en Anatoly un profundo sentimiento de que este apoyo provenía directamente del Señor. Fortalecido por ese amor y preocupación, comenzó a aprender hebreo y a buscar trabajo. ¡Imagínate su alegría cuando empezó a trabajar en una fábrica!

Anatoly vivió meses de severo trauma y dolor. Fue separado de su familia y tuvo que correr a refugios antiaéreos en innumerables ocasiones mientras drones y cohetes pasaban sobre su cabeza. Muchos vecinos y amigos fueron a la guerra y ya no volvieron. En ocasiones sintió que la oscuridad se acercaba a él en Kiev mientras la ciudad luchaba contra el ataque. Sin embargo, nunca perdió la esperanza.  Anatoly sabía que el himno de Israel se llama HaTikvá (La Esperanza). Su letra habla del regreso del pueblo judío a vivir en su Tierra una vez más y de la esperanza que se agita en su interior. De igual manera Anatoly tuvo esperanza, una esperanza en el Señor y en que Él cuidaría de su familia. Pero no solo tuvo sino también vio la esperanza en acción, cuando los cristianos de Puentes para la Paz alimentaron a su familia y los cubrieron las necesidades de su hogar para que pudieran embarcarse en su nueva vida en Israel. Esa esperanza se convirtió en una luz brillante. Un día, Anatoly expresó con amor su corazón a algunos de nuestros voluntarios diciendo: “¡Ustedes son como un rayo de esperanza mostrando que el bien es más fuerte y vencerá esta oscuridad!”

¡Quiero hacerte un llamado en esta hora de necesidad! ¿Podrías considerar encender un rayo de esperanza en las vidas de los más de 24,000 israelíes necesitados a los que alimentamos cada día? Especialmente después del terrible ataque del 7 de octubre y la guerra en curso, hay cada vez más familias desesperadas en Israel que necesitan nuestra ayuda más que nunca. Al igual que Anatoly y su familia, muchos dependen de la comida que ponemos en sus mesas. Por favor, colabora con Puentes para la Paz para que juntos seamos una bendición profética como parte de lo que Dios está haciendo en este tiempo al reunir al pueblo judío de regreso en su tierra y alimentar a los hambrientos. ¿Serás un rayo cristiano de esperanza en las vidas del pueblo judío desesperado para que el amor y la luz de Dios llenen a esta nación de Israel?

Porque, si los no judíos han participado de las bendiciones espirituales de los judíos, están en deuda con ellos para servirles con las bendiciones materiales”.
Romanos 15:27b (NVI)

Shalom,

Rvdo. Peter Fast

Presidente Ejecutivo Internacional

 

Traducido por Robin Orack – Voluntaria en Puentes para la Paz