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Créanle a todas las mujeres… excepto a las sobrevivientes israelíes del 7 de octubre

junio 24, 2024
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Una mujer en medio de las ruinas del kibbutz Be’eri después del ataque de los terroristas de Hamás

“Es muy triste para mí que la gente no creyera o negara la violencia sexual, perpetrada por Hamás”, dijo a JNS una ex rehén israelí.

“Estuve con las niñas que sufrieron abusos en Gaza y, aunque es muy difícil discutirlo en detalle, las vi después de que les sucedió. Las niñas no paraban de hablar de su período, y estoy muy preocupada por ellas”, dijo.

La mujer de unos 60 años, que fue liberada del cautiverio de Hamás en Gaza en noviembre, como parte de un acuerdo de alto al fuego. Pidió que no se usara su nombre debido a su estrecha conexión con otra secuestrada que aún se encuentra detenida en la franja; dijo: “Vi que algo le pasó. Lo vi en su cara. Ella estaba muy asustada. Y ella no nos lo dijo al principio. Ella estaba muy callada. Al cabo de un par de horas nos dijo, que él la había tocado en todas las partes del cuerpo”, añadió.

Negacionismo clásico

Este relato es uno de los muchos excluidos del artículo de Catherine Philp y Gabrielle Weiniger, del 7 de junio en el Times de Londres, titulado: Israel dice que Hamás convirtió la violación en un arma. ¿La evidencia cuadra?.

Esta exclusión es un ejemplo clásico de negacionismo. Escoger selectiva la información para pintar a los judíos, y por extensión a su país; como incapaces de diferenciar entre la realidad y la ficción; debido a sus inclinaciones políticas y traumas pasados.

La profesora Ruth Halperin-Kaddari; Orit Sulitzeanu; y la Dra. Sarai Aharoni; todas citadas en el artículo del Times, emitieron un comunicado acusando a las autoras de tergiversación de la narrativa al servicio de una agenda preconcebida.

Por lo general, no respondemos a los artículos de prensa. Sin embargo, debido a la explotación cínica de nuestras entrevistas en el artículo… nos sentimos obligadas a apartarnos de nuestra política”, se lee en el comunicado. “Lamentablemente, el artículo publicado tergiversó nuestras palabras, cambiándolas para dar la impresión de que apoyamos el argumento prejuicioso, de que Israel está manipulando las denuncias de violencia sexual”.

Las autoras pretenden “desacreditar y criticar a las víctimas de haber recibido dichos actos atroces de violencia sexual… En este caso, la agenda de las reporteras reemplazó el compromiso profesional y ético, de presentar pruebas con precisión”, continúa el comunicado.

A pesar de las afirmaciones del artículo, “el uso de la violencia sexual como arma de guerra fue una parte importante del ataque del 7 de octubre”, afirma.

Tenemos las imágenes

Halperin-Kaddari es directora fundadora del Centro Rackman para el Avance de la Condición de la Mujer, de la Facultad de Derecho de la Universidad Bar-Ilan y cofundadora del Proyecto Dinah 7/10; que busca justicia para las víctimas de los crímenes sexuales de Hamás.

Le dijo a JNS, que los testimonios que había escuchado, y que fueron omitidos en el artículo del Times, “desde un punto de vista legal, me llevan a la conclusión de que la violencia sexual del 7 de octubre fue utilizada como arma de guerra”.

Esta conclusión, dijo, se basa en “evidencia de que la violencia sexual fue perpetrada en varios lugares distintos; todos al mismo tiempo durante un lapso muy corto; y todos realizados con un grado extremadamente alto de brutalidad, que incluyó, la mutilación de los senos y los genitales”.

Añadió: “Tenemos las imágenes; las fotografías tomadas en el lugar; los testimonios de testigos presenciales y los de los socorristas, que encontraron todos los cuerpos”.

Los incidentes documentados siguieron un patrón similar y se llevaron a cabo de igual manera; dijo. “Esto no podría haber sucedido a menos que hubiera instrucciones, y a menos que fuera una parte premeditada del plan del ataque, del 7 de octubre“, añadió.

Sin embargo, el Times cita un total de una sola superviviente del 7 de octubre, Amit Soussana, que fue liberada junto con más de 100 personas más del cautiverio de Hamás, como parte de un acuerdo de alto al fuego; en noviembre.

No podemos mirar hacia el otro lado

En marzo, Soussana dijo al New York Times que había sido agredida sexualmente durante sus 54 días de cautiverio de Hamás, en la Franja de Gaza. Describió haber sido retenida en una habitación infantil, encadenada por el tobillo. En múltiples ocasiones un guardia llamado Muhammad entraba, se sentaba junto a ella en la cama, le levantaba la camisa y la tocaba.

Soussana contó que Muhammad la había atacado después de liberarla brevemente de los grilletes, para ir al baño. El terrorista la obligaba a “cometer un acto sexual con él” a punta de pistola.

El NYT señaló, que los relatos coincidían con lo que Soussana le dijo a un ginecólogo, y a un trabajador social israelíes, pocas horas después de su liberación. El periódico revisó los expedientes médicos para verificar las afirmaciones.

El lunes, Soussana contó su experiencia durante un evento en la Casa Blanca, para conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos.

La agresión sexual que viví nunca debería sucederle a ningún ser humano, bajo ninguna circunstancia. Nadie debería ser jamás violado sexualmente; y no existen circunstancias que justifiquen estos crímenes”, ella dijo.

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, prometió no permanecer en silencio después de escuchar la historia de Soussana, diciendo que “la sobreviviente israelí, una abogada; ha presentado valientemente su relato de violencia sexual recibida mientras estuvo cautiva por Hamás”.

Me temo que estos testimonios sólo aumentarán, a medida que sigan liberándose más rehenes”, afirmó la vicepresidenta. “No podemos mirar hacia otro lado. Y no nos quedaremos en silencio”.

Harris dijo que después de la masacre de Hamás del 7 de octubre en el Néguev, ha sido testigo de “imágenes de mujeres israelíes sangrientas secuestradas”.

Está sucediendo ahora mismo en Gaza

Shelly Tal Meron, legisladora israelí; confirmó a JNS que “el 7 de octubre tuvimos muchos casos de agresión sexual, mutilación, violación y diferentes tipos de abuso. También sabemos que esto está sucediendo ahora mismo en Gaza, así que escuchar que la gente incluso lo dude es escandaloso”.

Tal Meron continuó diciendo: “He estado en contacto con rehenes que regresaron del cautiverio y me contaron lo que les pasó. También conocí a una sobreviviente del festival de música Supernova que escuchó cómo violaban a otras mujeres a su alrededor. Escuchamos el testimonio de alguien más en el festival, que vio ocurrir una violación en grupo durante la cual los terroristas cortaron el pecho de su víctima y jugaron con él. Otra víctima fue apuñalada mientras era violada y luego le dispararon en la nuca”.

Hay muchos cuerpos que tenían objetos punzantes en la ingle; les disparaban o les cortaban las partes íntimas. Vimos que ésta era una forma sistemática en que los terroristas de Hamás dañaban a estas mujeres”.

Tal Meron también preside la Coalición Mundial de Mujeres contra la Violencia de Género como Arma de Guerra y ha hablado en parlamentos de toda Europa.

En este momento, esto les está sucediendo a las mujeres judías en Israel; pero está a las puertas de todos los países del mundo; tenemos casos en Ucrania; contra las mujeres yazidíes en Irak y en África“, explicó.

Culpando las “memorias históricas” judías

Después de intentar retratar a Soussana como una herramienta política, las autoras [del artículo del Times] atribuyen las “fantasías de violación” del 7 de octubre, a “memorias históricas” impresas en la psique judía durante siglos de pogromos en Europa del este, “un hecho que vendría después a desempeñar un papel sellante en la información de lo ocurrido” durante la masacre de Hamás.

Según Philp y Weiniger, este problema mental se agrava porque los judíos albergan una “idea del varón árabe, como una amenaza sexual explícita para las mujeres judías”; que, para recalcar su punto anterior, fue “desarrollada en conjunto con el movimiento israelí de política derechista”.

Se sientan así las bases para desacreditar a ZAKA, una organización formada principalmente por voluntarios judíos ultraortodoxos que durante décadas, han examinado la carnicería de los ataques terroristas palestinos; en su intento por identificar los cuerpos de las víctimas y proporcionarles entierros de acuerdo con la ley judía.

ZAKA jugó un papel instrumental, aunque imperfecto, en la identificación de los cuerpos de cientos de israelíes mutilados por terroristas de Hamas el 7 de octubre. Los autores sugieren que esos judíos religiosos tampoco pueden identificar evidencia de atrocidades sexuales porque son fieles a sus esposas.

En ZAKA, tenemos cerca de 4,000 voluntarios: hombres y mujeres, judíos, musulmanes y cristianos;  por lo que, escuchar que no podemos identificar una violación porque nunca vimos a una mujer desnuda aparte de nuestras esposas; es indignante“, dijo a JNS el veterano voluntario de ZAKA Simcha Greiniman. “Cada voluntario recibe capacitación para comprender cómo tratar los restos, sin contaminar la escena y dejarla en condiciones óptimas para quienes vengan después a recolectar evidencia”.

Según la ley judía, un hombre puede enterrar a una mujer y manipular su cuerpo. Los voluntarios de ZAKA no nos alejamos de las mujeres que murieron en accidentes automovilísticos, y nosotros, no nos alejamos de las mujeres asesinadas el 7 de octubre”, continuó Greiniman. “Tengo muchas fotografías y videos que tomé. La policía obtuvo pruebas de ZAKA, incluidas 200,000 imágenes de la escena. Muchos de los cuerpos fueron baleados en sus partes íntimas; por lo que ni siquiera hubo posibilidad de recolectar muestras“.

No se lo daremos a nadie por respeto. Lo que tomamos nosotros lo entregamos a la policía y es responsabilidad de ellos asegurarse de que, lo que haya que mostrar, se muestre y el resto no”, añadió.

Sin embargo, el artículo del Times sugiere que la policía israelí no ha hecho prácticamente nada y no tiene ninguna prueba.

La policía de Israel está investigando actualmente los atroces crímenes y atrocidades cometidos por los terroristas de Hamás el 7 de octubre de 2023. Como parte de esta compleja investigación, nuestros detectives y oficiales están examinando meticulosamente los delitos de carácter sexual”, según un comunicado proporcionado a JNS.

Si bien ya se han recopilado y revisado pruebas sustanciales de varios tipos, este delicado asunto requiere el máximo cuidado para garantizar la integridad, lo que nos permitirá procesar adecuadamente las pruebas a través del sistema de justicia penal. Más allá de las pruebas aprobadas para su divulgación pública, las declaraciones dadas y las admisiones de culpabilidad por parte de los terroristas; seguimos comprometidos a defender el debido proceso, reservándonos el derecho de no divulgar información sensible adicional”, agrega el comunicado.

Ninguna otra interpretación

En enero, Haim Otmazgin, otro voluntario de ZAKA; describió a un comité parlamentario israelí, cómo su equipo trabajaba para recoger cadáveres mientras las Fuerzas de Defensa de Israel [FDI] luchaban contra terroristas en las cercanías; porque existía la amenaza de que los cadáveres fueran secuestrados y llevados a Gaza.

Una mujer estaba esposada a otra que estaba desnuda; a otra le cortaron partes del cuerpo. Es como una serie de imágenes que se repiten una y otra vez. Vimos las mismas cosas en [el kibutz] Re’im y más tarde en [otros] kibutzim [comunidad colectiva]”, relató Otmazgin.

Encontramos a una niña en la cama, con la ropa arremangada, con un disparo en la cabeza y la garganta partida. Se le bajaron los pantalones y no llevaba ropa interior. Hay demasiados casos como estos… Las imágenes que vimos cuentan una historia que no se puede interpretar de otra manera”, añadió.

Treinta y cuatro párrafos de su artículo y finalmente las atoras llegan a un breve anuncio de evidencia, en la que si admiten hay evidencia de violencia sexual generalizada; el 7 de octubre.

Continúan escribiendo: “El 4 de marzo, Pramila Patten se sentó ante los periodistas para exponer sus conclusiones. Existen motivos razonables para creer que se produjeron violaciones y agresiones sexuales el 7 de octubre; particularmente en el recinto del festival Nova. Y tenemose información clara y convincente (de evidencia al nivel más alto) sobre violaciones y torturas sexuales de mujeres; y ciertamente están sucediendo ahora mismo con los rehenes retenidos en Gaza”.

Lo que también omiten estas autoras es que Patten, la representante especial del secretario general de la ONU para la violencia sexual en los conflictos; visitó Israel a finales de enero y principios de febrero por invitación del gobierno israelí. Su equipo concluyó, que “hay motivos razonables para creer que se produjo violencia sexual relacionada con el conflicto en múltiples lugares, durante los ataques del 7 de octubre, incluidas violaciones; y violaciones en grupo en al menos tres lugares; a saber: el recinto del festival de música Nova y sus alrededores; la carretera 232 y kibutz Re’im. En la mayoría de estos incidentes, las víctimas que primero fueron violadas, fueron luego asesinadas; y al menos dos incidentes relacionados con la violación de cadáveres de mujeres“.

El equipo de dicha misión también encontró: un patrón de víctimas, en su mayoría mujeres; encontradas total o parcialmente desnudas, atadas y baleadas en múltiples lugares del cuerpo. Aunque circunstancial, ese patrón puede ser indicativo de algunas formas de violencia sexual, incluida la tortura sexualizada y los tratos crueles, inhumanos y degradantes”.

Sulitzeanu, una experta que también emitió su comunicado denunciando la malversación en el artículo del Times; es directora de la Asociación de Centros de Crisis por Violación en Israel [ARCCI], dice: “Las autoras sacan de contexto mis explicaciones sobre la misión especial de ZAKA en la sociedad israelí; y me citan llamándolos ‘ultrarreligiosos’ y que cuestiono su formación”.

De alguna manera, Philp y Weiniger fallan en no mencionar que la ARCCI de Sulitzeanu publicada en febrero, documenta “el sadismo visible en estos crímenes sexuales”; cometidos durante la invasión liderada por Hamás el 7 de octubre.

El informe concluye, que el ataque de Hamás incluyó actos brutales de violenta violación; que a menudo implicó amenazas con armas, dirigidas específicamente a mujeres heridas. Muchos incidentes de violación ocurrieron colectivamente, con la participación de los terroristas perpetradores. En algunos casos la violación se llevó a cabo frente a una audiencia, como parejas, familiares o amigos, para aumentar el dolor y la humillación de todos los presentes”, según el informe.

Algunos miembros de Hamás persiguieron a las víctimas que escaparon de la masacre, arrastrándolas por el pelo con gritos. La mayoría de las víctimas fueron asesinadas posteriormente durante o después de la agresión sexual. Varios testimonios, entrevistas y fuentes adicionales; indican el uso de prácticas sádicas por parte de los terroristas de Hamás, destinadas a intensificar la humillación y el miedo al abuso sexual. Los cuerpos de muchas víctimas fueron encontrados mutilados y atados, con sus órganos sexuales brutalmente cortados y, en algunos casos, con armas insertadas en ellos. Algunos cuerpos fueron descubiertos deliberadamente con trampas explosivas”, añadió.

Cuando tienes unas cuantas decenas de víctimas desnudas, mutiladas, entiendes que fue intencionado y no por casualidad. Cuanta más información llegó y más comprendimos que esto ocurrió en todas partes”, dijo.

Igualmente increíble es, que las autoras del Times no tomen nota de otros casos de testimonios, como el proporcionado por Chen Almog-Goldstein, quien fue liberada de Gaza después de 51 días en cautiverio, y dijo a los medios israelíes en diciembre “que los rehenes habían sido abusados ​​sexualmente”. Chen continúa “Escuchamos tres historias de una fuente de primera mano y otra historia que nos contaron. Cosas que sucedieron unas semanas después de la llegada a Gaza. Están físicamente heridas. Con las imágenes de la manera en que las agredieron sexualmente y profanaron sus cuerpos, no saben cómo afrontarán la situación”, dijo Almog-Goldstein.

En una entrevista con el New York Sun en enero, añadió: “Los captores se aprovecharon de los momentos de vulnerabilidad de las niñas. Cuando las niñas estaban tristes, llorando, sus captores los acariciaban y tocaban en sus partes más íntimas. Describieron relatos aún más duros de abuso sexual a punta de pistola. Y este abuso sexual ocurrió con regularidad, no sólo el día en que fueron secuestrados”.

El diablo tomó el control

El mes pasado, el Daily Mail de Gran Bretaña publicó imágenes de dos terroristas de Hamás capturados, Jamal Hussein Ahmad Radi, de 47 años; y su hijo Abdallah, de 18; confesando haber violado y asesinado mujeres el 7 de octubre.

Mi padre la violó, luego lo hice yo, y luego lo hizo mi primo, y ​​luego nos fuimos, pero mi padre mató a la mujer después de que terminamos de violarla”, dijo Abdallah a un interrogador israelí. “Antes de esta mujer, también habíamos violado a otra niña. Maté a dos personas; violé a otras dos e irrumpí en cinco casas”.

En marzo, las FDI publicaron imágenes de Manar Mahmoud Muhammad Kasem, de 28 años; un terrorista de la Jihad Islámica Palestina [YIP] capturado por tropas israelíes en Khan Yunis, admitiendo que violó a una niña el 7 de octubre.

Entré al kibutz y entré a la casa más cercana. Entré a una habitación y había alguien que estaba asustada”, relata en el video. La niña pidió ayuda, dijo Kasem, pero él “la acostó, comenzó a desnudarla e hizo lo que yo hice. El diablo se apoderó de mí. La violé”.

En diciembre, el New York Times informó que en todos los lugares donde los terroristas de Hamás atacaron el 7 de octubre, brutalizaron a las mujeres. Una investigación con duración de dos meses, determinó que tales agresiones no fueron incidentes aislados sino más bien, parte de un patrón mayor de violencia de género perpetrada por Hamás.

El artículo señala siete sitios donde la evidencia disponible sugiere, que mujeres y niñas israelíes sufrieron violaciones sexuales o mutilaciones. Un testigo relató que un terrorista de Hamás había violado a una mujer israelí mientras otro le cortaba el pecho a la víctima.

El mismo mes, Associated Press informó que al menos 10 de los rehenes liberados durante el alto al fuego de noviembre, tanto hombres como mujeres; fueron agredidos o abusados ​​sexualmente; citando a un médico que trató a los liberados del cautiverio.

En diciembre, la misión israelí ante la ONU patrocinó un evento en el organismo internacional titulado: Escuchen nuestras voces: violencia sexual y de género, en el ataque de Hamás del 7 de octubre. Tuvo lugar en un contexto de lo que los críticos llamaron un “silencio vergonzoso”, incluido el de ONU Mujeres.

Una torcida forma de gimnasia mental

Durante el evento, Simchat Greyman voluntario de ZAKA, dijo a los participantes, que el 7 de octubre vio a una mujer muerta con “uñas y diferentes objetos en sus órganos femeninos”.

Shari Mendes, una reservista de las FDI encargada de preparar los cuerpos de las mujeres soldados para el entierro, dijo, que “muchas mujeres jóvenes llegaban con harapos ensangrentados y desgarrados o simplemente en ropa interior, y su ropa interior a menudo estaba muy ensangrentada”.

Añadió, que “el comandante de nuestro equipo vio a varias mujeres soldado, que recibieron disparos en la entrepierna, en las partes íntimas, en la vagina o en el pecho”.

Toda esta información está disponible públicamente, lo que llevó al portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, a decir que Hamás probablemente se negaba a liberar a más mujeres rehenes para evitar que testificaran sobre la violencia sexual cometida contra ellas.

Minimizar tales horrores o negarlos rotundamente, requiere una torcida forma de gimnasia mental; que las autoras del artículo del Times han perfeccionado, junto con sus compañeros de “viaje negacionista”.

Caso concreto: Briahna Joy Gray, ex secretaria de prensa nacional de la campaña presidencial estadounidense de 2020 del senador Bernie Sanders; fue despedida después de poner los ojos en blanco a modo de enfado y detener la entrevista con Yarden Gonen; cuya hermana Romi, que fue secuestrada por terroristas de Hamás en el festival de música Supernova, durante la invasión del 7 de octubre. Yarden visiblemente había frustrado a Gray cuando le imploraba a ella y a otros, que creyeran a las mujeres israelíes que cuentan sus historias de violencia sexual perpetrada por terroristas palestinos.

Un día después, Gray se desató en Twitter: “Ya sabíamos esto [debido] a los excelentes informes de los medios independientes de izquierda, pero ‘The Hill’ me despidió por rechazar a una invitada que intentó usar la plataforma para difundir el engaño de la violación masiva. Y miembros del Congreso como @RitchieTorres mienten al respecto casi a diario”.

Para respaldar su afirmación de que se trata de un “engaño”, Gray enlazó el artículo del Times.

Para aclarar: hay amplia evidencia de que Hamás perpetró violencia sexual generalizada el 7 de octubre. El alcance sigue siendo desconocido y tal vez nunca se comprenda completamente, porque muchas de las víctimas fueron asesinadas; se perdieron muchas pruebas debido a la niebla de la guerra y las enormes dificultades asociadas con la recolección de muestras, después de una masacre perpetrada por 3,000 terroristas invasores; ya que las víctimas aún no se han presentado; o sus historias siguen cruzando por sistema de justicia de un país en guerra.

No debido a alguna nefasta conspiración israelí de derecha.

Publicado el 20 de junio de 2024

 

Traducido por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz

 

Publicado en junio 24, 2024

Fuente: Porciones de un artículo por Charles Bybelezer y Amelie Botbol originalmente publicado por Jewish News Syndicate, el 20 de junio de 2024. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo original en este link.

Fotografía por: Yonatan Sindel/Flash90/jns.org