La semana pasada resurgió la conversación sobre la ‘emigración desde Israel’. Se ve gente buena, eficiente, productiva y solidaria que simplemente no puede soportar más lo que está pasando aquí. Es comprensible dado lo que están atravesando. Sin embargo, vale la pena recordarles el Informe Mundial sobre la Felicidad de la ONU, publicado en marzo. Sorprendentemente, Israel, incluso en medio de la guerra, todavía se ubica en el segundo decil a nivel mundial. Sin el impacto de la guerra, estaríamos entre los cinco primeros.
Investigadores de la ONU analizaron los componentes de la felicidad y descubrieron que la pertenencia, la responsabilidad mutua, el significado y la comunidad son los elementos más cruciales. Estos sentimientos de pertenencia y comunidad que tenemos aquí no los pueden encontrar en ningún otro lugar aquellos que deciden irse.
La responsabilidad mutua por la que se conoce a los israelíes, que ha alcanzado nuevas alturas desde el 7 de octubre, no tiene comparación en ningún otro lugar.
Un indicador examinado es la voluntad de ayudar a un extraño que lo necesita y la probabilidad de recibir ayuda si tú eres el que está en problemas. El difunto capitán Elchanan Kalmanson y Shlomi Kalmanson son una respuesta definitiva a esta pregunta.
Kalmanson viajó al sur el 7 de octubre contra todo instinto humano. Mientras la gente en todo el mundo huye de las zonas de desastre, Elchanan, su hermano Menahem y su sobrino Shlomi saltaron al fuego, rescatando a una familia tras otra de casas en llamas en el kibutz Be’eri antes de que los terroristas mataran a Kalmanon. Este es el nivel de ayuda brindada en tiempos de necesidad en Israel durante este tiempo.
El difunto capitán Adir Portugal es otro ejemplo de por qué nos quedamos aquí, de por qué reconstruiremos y de por qué sin duda tendremos éxito. Portugal, un oficial recientemente dado de baja de la Brigada Givati, el 7 de octubre se encontraba en un viaje, después de haber concluido su servicio militar; movió cielo y tierra para regresar. Debido a que había sido dado de baja recientemente, ni siquiera tenía una asignación en una unidad de reserva, por lo que se unió a un batallón regular y cayó en combate en Gaza.
No estaba solo. Mientras los jóvenes en edad de reclutamiento en Rusia hacen todo lo posible por abandonar el país para evitar ser enviados por la fuerza a luchar en Ucrania, innumerables israelíes atrapados en el extranjero al estallar la guerra regresaron en aviones fletados para alistarse. Esto sólo sucede en Israel.
Adir, Elchanan y otros como ellos son la razón por la que nos quedamos aquí. No porque santifiquemos la muerte, sino porque ésta es la materia humana que aquí vive y con la que queremos estar. Muchos lo dejan todo a un lado, dispuestos a sacrificar sus negocios, sus medios de vida, su vida familiar, sus vacaciones y días feriados. Están dispuestos a sacrificar sus vidas sin dudarlo, por los demás.
Esto sólo significa una cosa: aquí tenemos a la mejor gente del mundo. Israel no es un lugar perfecto, pero ningún otro lugar tiene tanta materia prima para trabajar y construir. Estos meses nos han enseñado dos cosas principales sobre nosotros mismos. Por un lado, nuestra complacencia colectiva condujo a un desastre sin precedentes. Por el otro, vimos este espíritu israelí puro que nos levanta incluso de semejante calamidad. El espíritu israelí que interviene incondicionalmente, sin hacer preguntas, y hace todo lo posible para echar una mano: en combate, ayudando a los evacuados, cuidando a los soldados, recaudando fondos y en muchas otras áreas.
Todo esto nos obliga a aceptar este enorme golpe y convertirlo en reconstrucción. Un voto nacional para nosotros y nuestros hijos de que lo que fue nunca volverá a ser. La misión de reconstruir será la base de nuestras vidas en los próximos años. Reconstruiremos a Israel como una nación de héroes vivos, no de aquellos que son revelados sólo después de sus muertes heroicas en un fracaso nacional.
Necesitamos a todos para esto.
Porque un pueblo con cualidades que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo merece vivir en un país como ningún otro. Y sucederá. Debe suceder. Vamos a hacer que suceda.
Publicado el 8 de julio de 2024
ENFOQUE DE ORACIÓN: Pidamos al Señor que dé ánimo a Su pueblo mientras enfrentan tantos desafíos: los combates en Gaza; los rehenes en cautiverio; la violencia aumentando en la frontera norte. Demos gracias al Señor porque Su pueblo encuentra la fuerza para continuar y tener esperanzas de un futuro mejor, uniéndose ante estos desafíos. ¡Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el Señor!
VERSO BÍBLICO: «Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él ha escogido como Su herencia«.
–Sal 33:12 NBLA
Publicado en julio 9, 2024
Fotografía por: bridgesforpeace.com
Todos los logotipos y marcas registradas en este sitio pertenecen a sus respectivos propietarios. Todos los demás materiales son propiedad de Puentes por la Paz. Copyright © 2024.
Website Site Design by J-Town Internet Services Ltd. - Based in Jerusalem and Serving the World.