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Cinco divisiones de las FDI están actualmente posicionadas alrededor de la Franja de Gaza (fotografía representativa).
Después de que Hamás rechazara la demanda de Israel de extender, la primera fase del acuerdo de rehenes mientras negociaba la segunda fase en paralelo, surgió una nueva propuesta: el plan de “dos fases principales” presentado por el enviado estadounidense Steve Witkoff.
La propuesta exige una extensión de 50 días del alto al fuego temporal, permitiendo la entrega continua de ayuda humanitaria a Gaza hasta el final del Ramadán [uno de los cinco pilares del Islam cuando se observan disciplinas estrictas] y la Pascua. A cambio, Hamás liberaría a todos los rehenes, tanto vivos como muertos, en dos etapas: un grupo al comienzo del alto al fuego y el segundo al final. Durante este período, se llevarían a cabo negociaciones sobre un alto al fuego permanente o una tregua a largo plazo.
El plan cumple con las demandas de Israel asegurando una liberación gradual, sin prolongar el sufrimiento de los rehenes y sus familias, al tiempo que evita un compromiso formal de un alto al fuego permanente, con garantías estadounidenses. Políticamente, beneficia al primer ministro Benjamín Netanyahu, al retrasar una confrontación con los socios de la coalición de extrema derecha: Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, lo que le permite, sacar adelante el presupuesto estatal. Sin la aprobación del presupuesto este mes, el gobierno se disolvería automáticamente, lo que desencadenaría elecciones anticipadas.
La estrategia de negociación de alto riesgo
Se espera que el enviado estadounidense llegue a fines de la semana, para impulsar un acuerdo final. Israel, que ha respaldado oficialmente el plan, está apoyando sus esfuerzos con una estrategia de negociación que combina, una postura dura con flexibilidad táctica. El enfoque aprovecha tanto las amenazas como los incentivos para Hamás.
La principal amenaza es, el riesgo creíble de una operación militar israelí para re-ocupar Gaza. Cinco divisiones de las Fuerzas de Defensa de Israel [FDI] ya están posicionadas alrededor de la Franja; listas para un despliegue rápido. Para aumentar la presión, Israel aún no se ha retirado del Corredor Filadelfia, a pesar de los compromisos de comenzar a hacerlo, después de la primera fase del acuerdo que finalizó oficialmente el 1 de marzo.
Al mismo tiempo Israel está ofreciendo incentivos, permitiendo la entrada de ayuda humanitaria y casas móviles a Gaza, y facilitando reparaciones de infraestructura para aliviar el sufrimiento de los civiles. La creciente frustración entre los habitantes de Gaza por el fracaso de Hamás en abordar la crisis, se estaba haciendo cada vez más evidente.
Tres puntos de presión sobre Hamás
La estrategia israelí se basa en tres puntos de presión clave. En primer lugar, la amenaza militar se cierne sobre Hamás que teme una incursión que podría desmantelar permanentemente sus centros de poder restantes, y obligar a sus líderes a pasar a la clandestinidad indefinidamente, o a rendirse. En segundo lugar, la presión interna dentro de Gaza está aumentando a medida que los civiles exigen ayuda. En un esfuerzo por intensificar esta influencia, Israel anunció el domingo, que suspendería la ayuda humanitaria a Gaza mientras Hamás siga rechazando el plan Witkoff. La decisión se tomó en coordinación con la administración Trump al comienzo del mes sagrado musulmán del Ramadán (el sábado marcó el primer día del ayuno musulmán), lo que agrega otra capa de urgencia.
El tercer y más fuerte punto de presión es el apoyo de Estados Unidos. El presidente Donald Trump no ha mostrado señales de perder interés en resolver la crisis. Por el contrario, su participación parece estar profundizándose, con la empresaria israelí–estadounidense Miriam Adelson, uno de los mayores apoyos financieros de Trump, y que desempeñando un papel importante para lograr sea presidencia. Trump vio personalmente una entrevista televisiva de ella con el ex rehén Eli Sharabi y lo invitó a la Casa Blanca esta semana.
El dilema de Hamás: ¿escalada o acuerdo?
Por ahora, Hamás se está poniendo duro, contando con la suposición de que Israel evitaría reanudar operaciones militares a gran escala, por temor a poner en peligro a los rehenes. Pero las declaraciones recientes de Netanyahu y el ministro de Defensa, Israel Katz, sugieren que si Hamás rechaza el acuerdo, Israel puede estar dispuesto a correr ese riesgo. El clamor de las familias de los rehenes durante el fin de semana subrayó, la cruda realidad a la que se enfrenta ahora Hamás: por horrible que sea, la posibilidad de que Israel actúe a pesar de los riesgos, es real, y Hamás es consciente de ello.
Otra amenaza que pesa sobre Hamás es, la próxima cumbre árabe en El Cairo, donde se va a dar a conocer un plan de posguerra para Gaza, sin incluir a Hamás. Esta perspectiva preocupa a Hamás incluso, más que la reanudación de los combates, ya que podría privar al grupo de su control en el poder. El control de Gaza ha sido el mayor logro de Hamás desde su fundación en la década de 1980.
La pérdida de su autoridad oficial y de su influencia no sólo debilitaría su posición en Gaza, sino que también socavaría su pretensión de liderazgo del movimiento nacional palestino, y sus ambiciones de apoderarse de Cisjordania (Judea y Samaria) y de la Organización para la Liberación de Palestina. Hamás pretende imitar el modelo de Jizbolá en el Líbano (una fuerza armada que ejerce el poder entre bastidores), pero la propuesta árabe amenaza con negarle ese papel. Su mayor temor es, el regreso de la Autoridad Palestina y un esfuerzo regional para desarmar a sus fuerzas.
Para suavizar la propuesta árabe y evitar una nueva ofensiva israelí, Hamás podría aceptar en última instancia una versión modificada del plan Witkoff. Incluso entonces, se esperaría que exigiera un precio significativamente más alto; presionando para la liberación de más terroristas convictos a cambio de cada rehén.
Pero la aceptación de Hamás estará lejos de estar garantizada. Un alto funcionario del grupo terrorista ya ha declarado, que el grupo no cederá a la presión. Si Hamás sigue desafiante, Israel puede no tener otra opción, que lanzar una operación militar a gran escala, poniendo aún más en peligro a los rehenes.
En este momento el resultado sigue siendo incierto. Los mediadores están trabajando para que Hamas se sume al proceso, mientras que Israel, ya ha dado su aprobación. Las familias de los rehenes siguen sufriendo, la opinión pública israelí sigue nerviosa, y Hamas está intensificando su guerra psicológica\, una de las pocas herramientas que le quedan para influir en los que toman las decisiones, en Jerusalén. Para finales de semana o tal vez incluso más tarde, el panorama podría finalmente aclararse.
Publicado en marzo 5, 2025
Fotografía por: Israel Defense Forces Spokespersons Unit/wikimedia.org
Fotografía con licencia: Wikimedia
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