«Estoy agradecido de estar vivo», escribió el Rabino Charlie Cytron-Walker en Facebook poco después de salir ileso de su sinagoga de Texas, donde estuvo como rehén durante casi 11 horas, junto con tres otros miembros. «Estoy agradecido porque logramos salir».
El mundo observaba conmocionado el sábado por la mañana cómo otro incidente antisemita amenazaba con quitar la vida a personas inocentes —cuyo único crimen era orar en su sinagoga—. La crisis puso de relieve una vez más el sorprendente aumento del antisemitismo en las últimas décadas (el 54.9% de todos los delitos de odio en 2020 fueron contra judíos, según la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés)) y la necesidad de reforzar la seguridad en la comunidad judía de EE. UU.
El domingo, el FBI nombró a Malik Faisal Akram, un ciudadano británico de 44 años, como el perpetrador. Akram fue asesinado a tiros por un equipo SWAT del FBI, lo que puso fin al enfrentamiento y condujo a la liberación de los últimos tres rehenes.
«Otra vez no», fue lo primero que pensó el Rabino David Glickman cuando se enteró de la crisis de los rehenes en la Congregación Beth Israel en Colleyville, a unos 48 km [30 mi] al noroeste de Dallas. El rabino de Kansas dijo que el incidente le trajo recuerdos dolorosos de los ataques con disparos antisemitas de 2014 en su propia comunidad, que mataron a tres personas, traumatizando a la pequeña comunidad judía y obligándola a intensificar la presencia de seguridad en su Centro Comunitario judío, sinagogas y escuela.
Glickman le dijo a JNS que el incidente «trae a la luz que la comunidad judía trágicamente necesita imponer una cantidad desproporcionada de recursos para simplemente poder adorar de manera segura» y que «lamentablemente temo que esto será una razón más para que el pueblo judío tenga miedo de ir a la sinagoga».
Para el sábado por la noche, después de un enfrentamiento de casi 11 horas, los cuatro rehenes, incluido el Rabino Cytron-Walker, habían sido liberados de manera segura y sin lesiones físicas, dijo la policía local y federal. El hombre responsable, quien supuestamente dijo que estaba actuando para liberar a una prisionera federal detenida en el norte de Texas que fue sentenciada hace más de 10 años por intento de asesinato en un caso relacionado con terrorismo, estaba muerto. Los detalles aún no están claros.
El servicio del sábado por la mañana se estaba transmitiendo en vivo en Facebook. En un video que ya se eliminó de la red social, se puede escuchar a un hombre —presumiblemente el atacante— hablando con enojo y maldiciendo.
La mujer en nombre de la cual el hombre estaba actuando para liberar es Aafia Siddiqui, quien fue condenada en 2010 por intento de asesinato de oficiales estadounidenses en Afganistán. Está recluida en FMC Carswell, una prisión federal en Fort Worth, Texas. Sin embargo, las autoridades han dicho que creen que se trató de un ataque de lobo solitario.
«Esta situación parece ser local y aislada», dijo en un comunicado Secure Community Network (SCN), la organización oficial de seguridad y protección de la comunidad judía en Norteamérica. «SCN no tiene conocimiento de ninguna amenaza directa y creíble a ninguna otra institución».
«Estamos viviendo en tiempos peligrosos»
Las comunidades judías e israelís, así como los líderes locales, nacionales e internacionales siguieron de cerca la situación, orando por los rehenes durante la crisis. Mientras la comunidad judía respiraba aliviada colectivamente tras la conclusión segura del incidente, muchos reaccionaron pidiendo una mayor vigilancia, enfatizando la necesidad de que la comunidad se protegiera aún más.
«Vivimos en tiempos peligrosos», dijo el Presidente del ‘Congreso Judío Mundial’, Ronald Lauder. «Este último ataque es una prueba de que no podemos darnos el lujo de volvernos complacientes. Debemos continuar enfrentando este odio milenario de frente».
El jefe de la ‘Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías de Estados Unidos’, Willliam Daroff, le dijo a JNS que es «increíblemente angustioso pensar en el hecho de que esta podría ser una sola sinagoga en Estados Unidos y podría ser cualquiera de nosotros, cualquiera de nuestros rabinos o cualquiera de nuestros hijos en las escuelas judías.
«Es una realidad de la época en que vivimos que existe el peligro de la extrema izquierda, la extrema derecha y los extremistas islámicos».
Tanto el Presidente estadounidense, Joe Biden, como el Primer Ministro israelí, Neftalí Bennett, fueron informados sobre la situación y la siguieron durante el día en Estados Unidos y la noche en Israel.
Al concluir, Biden difundió una declaración que decía que si bien «sabremos más en los próximos días sobre las motivaciones del secuestrador… permítanme ser claro para cualquiera que tenga la intención de difundir el odio: nos opondremos al antisemitismo y al aumento del extremismo en este país. Eso es lo que somos, y esta noche, los hombres y mujeres encargados de hacer cumplir la ley nos enorgullecieron a todos».
Bennett también expresó su solidaridad con la comunidad judía estadounidense en sus comentarios en la reunión semanal del gabinete. Dijo, en inglés, que «no están solos. Somos una familia y nos mantenemos fuertes y unidos juntos».
El Ministro de Asuntos de la Diáspora [judíos fuera de Israel], Nachman Shai, dijo que Israel necesita hacer más para luchar contra el creciente extremismo. «Lo que estamos haciendo ahora está lejos de ser eficiente», le dijo a JNS.
También enfatizó que la crisis debería ser «nada menos que antisemitismo» ya que ocurrió en una sinagoga. «El objetivo era judío y nadie puede ocultarlo», dijo Shai. «¿Por qué una [sinagoga] y no un supermercado al otro lado de la calle? Sabía a dónde iba».
Las agencias policíacas de Texas trabajaron en estrecha colaboración con el FBI durante todo el incidente, junto con SCN y la Liga Antidifamación, que también llegaron a la escena.
Daroff dijo que los oficiales de policía habían actuado «rápida, eficiente y eficazmente».
«Hoy, el gobierno está allí para protegernos, y hemos tenido un gran compromiso con los agentes de policía federales, los oficiales de policía locales y varios funcionarios de la administración Biden durante esta crisis», le dijo Daroff a JNS.
Agregó que, además, la sinagoga había recibido entrenamiento solo unos meses antes por parte de SCN, lo que probablemente ayudó a prepararlos mejor para la situación. Esto, agregó, «también habla de cuánto más avanzados estamos como comunidad en el manejo de esta creciente ola de odio».
«Estamos haciendo nuestra parte; las sinagogas están recibiendo entrenamiento; y el gobierno está trabajando con nosotros para fortalecer nuestras instalaciones comunitarias judías», dijo.
La seguridad es un costo continuo para la comunidad judía
SCN es un programa de las ‘Federaciones Judías de Norteamérica’ (JFNA, por sus siglas en inglés). Su presidente, Eric Fingerhut, le dijo a JNS que desde el 11 de septiembre, la federación ha estado «emprendiendo una campaña para construir redes de seguridad sólidas en cada comunidad judía, porque sabemos que este tipo de cosas continuarán sucediendo e incluso aumentarán».
Fingerhut dijo que cada comunidad judía local está abordando la situación de manera ligeramente diferente, pero lo que es consistente son los estándares. Algunas comunidades están recaudando fondos anuales, algunos fondos de dotación, dijo, pero «todos están profundamente involucrados. Este es un costo permanente y continuo que no va a desaparecer».
Según el informe más reciente del ‘Comité Judío Estadounidense’ (AJC, por sus siglas en inglés), que se publicó en octubre de 2021, uno de cada cuatro judíos estadounidenses dijo que había sido objeto de antisemitismo en los 12 meses anteriores, y el mismo número había sido testigo personal de incidentes antisemíticos.
Según el informe, alrededor del 82% de los judíos estadounidenses dicen que el antisemitismo ha aumentado en los últimos cinco años.
Desde el ataque a la sinagoga Árbol de la Vida en 2018, hasta el ataque a la sinagoga de Poway seis meses después, y los incidentes en Nueva Jersey, Brooklyn y más: «Ya ni siquiera puedo enumerarlos a todos», dijo Fingerhut. «El número es bastante significativo».
Daroff dijo que si bien la comunidad judía necesita trabajar para fortalecer físicamente sus edificios, también debe trabajar para reducir el antisemitismo y el discurso de odio en los Estados Unidos.
Se requieren educación y compromiso para «tratar de romper algunas de las características que inspiran el antisemitismo», dijo Daroff.
Enfatizó la necesidad de que el público denuncie los diversos rumores, memes y ficciones que «aluden a los judíos y nuestra supuesta responsabilidad en casi todas las conspiraciones que existen», especialmente las declaraciones antisemitas envueltas en una retórica antiisraelí.
Glickman dijo que los rabinos estadounidenses no fueron entrenados en la escuela rabínica para pensar en las cámaras de seguridad en sus estacionamientos; cuántas personas deben estar en un edificio para contratar a un oficial de policía; o si los guardias deben estar armados o no.
«No olvidemos que el tiroteo en Overland Park ocurrió durante la administración de Obama», le dijo a JNS. «No importa qué partido esté en la Casa Blanca».
«Mientras que somos bendecidos por tener una protección sin precedentes del gobierno, que nunca hemos tenido en la historia judía y no debemos dar eso por sentado, creo que sería una tontería de nuestra parte no cuidar nuestra propia protección».
La seguridad, agregó, «es uno de esos factores en los que la comunidad judía colectiva debe desempeñar un papel importante».
Dijo que cuesta un mínimo de 100 dólares estadounidenses cada Shabat [el día de reposo] para contratar a un oficial de policía fuera de servicio o a un guardia de seguridad para los servicios matutinos, y a menudo más.
«Qué triste que una sinagoga más pequeña que atiende a personas muy jóvenes o muy mayores tenga que elegir entre contratar a un asesor de jóvenes o un guardia de seguridad, pero estas son las decisiones que están tomando las sinagogas», dijo Glickman.
Al mismo tiempo, agregó que si bien el antisemitismo continuará aumentando y disminuyendo, no debería ser la razón para que la vida judía [disminuya]. En cambio, dijo que Kansas, Pittsburg, California y ahora Texas —así como toda la comunidad judía estadounidense— deberían centrarse en una vida judía positiva y abrazar la vida judía.
«Necesitamos encontrar formas de volver a estar juntos y celebrar», dijo Glickman, «para aprender ‘Torá’ [Gn-Dt] y consolarnos unos a otros y eso es lo que nos mantendrá fuertes incluso si el antisemitismo desapareciera mañana».
Publicado en enero 18, 2022
Fotografía por: Screenshot/JNS.org
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