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Horrores en paralelo: se examinan los ataques del 11 de septiembre y del 7 de octubre

septiembre 13, 2024

La cara noreste del Two World Trade Center (torre sur) después de ser impactada por un avión en la cara sur

Ayer hace veintitrés años, diecinueve terroristas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales y los estrellaron contra el Pentágono, un campo en la zona rural de Pensilvania y las torres gemelas del World Trade Center. Casi 3,000 estadounidenses murieron.

Hace casi un año, los terroristas de Hamás atacaron el Estado de Israel. Los 1,200 israelíes decapitados, quemados, mutilados y violados fueron el equivalente proporcional a 40,000 estadounidenses. Estados Unidos respondió con guerras en Irak y Afganistán (países a miles de kilómetros de distancia) e Israel invadió la vecina Franja de Gaza.

Los dos acontecimientos —el 11 de septiembre y el 7 de octubre— fueron similares en múltiples aspectos. Al igual que Al Qaeda, Hamás es una organización yihadista sunita [que libra una guerra “santa” contra quienes no siguen el Islam] que santifica la violencia masiva para conquistar Medio Oriente y finalmente, el mundo; para el Islam radical. Ambos son reconocidos como grupos terroristas por Estados Unidos y la mayor parte del mundo occidental. Pero, trágicamente, ahí terminan las similitudes y se manifiestan las diferencias.

El 7 de octubre, Hamás disparó miles de cohetes desde Gaza, causando una destrucción generalizada (ilustrativo).

Si bien las guerras de Estados Unidos resultaron en la muerte de cientos de miles de civiles, nunca se acusó a Estados Unidos de cometer genocidio. Israel, que ha reducido la proporción de muertes de civiles por combatientes a una cuarta parte de lo que era en Irak y Afganistán, ha sido acusado por su propio aliado estadounidense de bombardear indiscriminadamente Gaza y matar a “demasiados palestinos”. Los funcionarios estadounidenses citan rutinariamente las cifras de víctimas de Hamás, que no hacen distinción entre civiles y terroristas.

El 7 de octubre, Hamás disparó miles de cohetes desde Gaza, causando una destrucción generalizada (ilustrativo).

Estados Unidos nunca consideró la posibilidad de negociar con Al Qaeda, sino que, por el contrario, persiguió y acabó matando a su líder, Osama Bin Laden. En cambio, Estados Unidos ha mantenido conversaciones prolongadas y detalladas con Hamás, a menudo tratándolo como un negociador legítimo y honesto.

Hay que decir que Al Qaeda no tomó rehenes estadounidenses, mientras que Hamás arrastró a más de 250 israelíes a un cautiverio monstruoso. Sin embargo, incluso si Al Qaeda hubiera tomado prisioneros, lo más probable es que Estados Unidos no se hubiera abstenido de hacer la guerra ni hubiera ofrecido un alto al fuego a largo plazo a cambio de su liberación.

Es indudable que estas diferencias entre el 11 de septiembre y el 7 de octubre impedirían a muchos estadounidenses ver los paralelismos entre ambos acontecimientos. Pero, con el tiempo, es posible que lo vean. Al no insistir, como antes, en que hay que destruir a Hamás, sino exigir que la guerra termine de inmediato, los funcionarios estadounidenses están dando sin darse cuenta una victoria al yihadismo (la creencia islámica de que todos los musulmanes deben librar la “lucha” o guerra “santa” contra los infieles). El resultado podría ser otro 11 de septiembre, posiblemente más catastrófico.

Michael Oren es un ex embajador de Israel en Estados Unidos.

Publicado el 12 de septiembre de 2024

 

Traducido por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz

 

Publicado en septiembre 13, 2024

Fuente: Un artículo por Michael Oren originalmente publicado por Ynetnews, el 11 de septiembre de 2024. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo original en este link.

Fotografía por: Robert/Flickr/Wikimedia.com

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Fotografía por: IDF Spokesperson’s Unit/Wikimedia.org

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