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Israel debe tomar una decisión fatídica

julio 5, 2024
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Un sistema antimisiles en acción contra los cohetes de Jizbolá disparados desde el sur del Líbano hacia Israel

A medida que las Fuerzas de Defensa de Israel [FDI] se acercan a las etapas finales de sus principales operaciones terrestres contra Hamás en Rafah, Jizbolá está intensificando sus amenazas, en un intento de disuadir a Israel de lanzar una operación militar a gran escala, en el Líbano.

En un discurso reciente, el secretario general de Jizbolá, Hassan Nasrallah, no se anduvo con rodeos. Insinuó la posibilidad de que la organización terrorista atacara Chipre, se jactó de tener una fuerza de 100,000 combatientes y amenazó con invadir Galilea.

Nasrallah amenazó con que si Israel utilizaba bases o aeropuertos en la nación insular, Jizbolá lo atacaría. Si bien los funcionarios chipriotas negaron tal cooperación, el mensaje parecía dirigido a todo el mundo occidental: Jizbolá está dispuesto a convertir la guerra con Israel en un conflicto regional. Esto parece haber sido una respuesta al enviado estadounidense, Amos Hochstein, quien advirtió a los libaneses sobre una escalada, si no avanzan hacia un acuerdo.

Nasrallah puede tener la esperanza de que Estados Unidos y la Unión Europea ejerzan presión diplomática sobre Jerusalén, pero en cualquier caso, sólo ha servido para recordarle al mundo la amenaza que su organización representa para muchos países. Basta mencionar las operaciones de tráfico de drogas de Jizbolá, que se extienden desde Oriente Medio hasta América del Sur. Como tal, parece que Estados Unidos podría en realidad, apoyar una expansión mesurada de la ofensiva israelí.

Desde la perspectiva de Israel, el objetivo en el frente norte es muy claro: alejar a Jizbolá y sus capacidades de la frontera, para permitir que los residentes regresen a sus hogares de manera segura.

Las opciones de Israel parecen ser pobres

A primera vista, todas las opciones de Israel parecen ser pobres. Si bien Jizbolá se ha retirado a unos 8 kilómetros de la frontera, sin una acción más significativa por parte de Israel; el grupo terrorista podría regresar fácilmente. El Líbano ha estado gobernado durante los últimos dos años por un gobierno interino que tendrá dificultades para llegar a un acuerdo diplomático. Israel no puede permitirse el lujo de depender del ejército libanés o de una fuerza internacional, para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.

Por último, una guerra conlleva muchos riesgos que el Gabinete de Seguridad de Israel debe considerar cuidadosamente. Sólo cabe esperar que prevalezcan las voces más experimentadas sobre la naturaleza de la operación.

Sin embargo, es dudoso que Israel tenga una mejor oportunidad para cambiar fundamentalmente la situación en el norte. Las FDI podrían aprovechar la actual ventana de oportunidad internacional, para destruir los activos estratégicos de Jizbolá.

De hecho, en los nueve meses transcurridos desde que comenzó la guerra, Nasrallah descubrió que su organización había sido infiltrada en un grado mucho mayor de lo que esperaba. El hecho de que Israel tenga la capacidad de eliminar a un comandante de división sentado en su casa, en el área de Tiro; sirve como una advertencia para todo el nivel de mando y liderazgo de Jizbolá.

La semana pasada, uno de los comandantes de operaciones regionales de Jizbolá murió mientras conducía por una de las aldeas de la zona de Tiro. No es coincidencia, que fuentes árabes informen que Jizbolá ha emitido directrices que prohíben el uso de teléfonos móviles. Más de 430 combatientes de la organización, el equivalente a medio batallón; ya han sido eliminados.

Más allá de eso, muchos libaneses temen la guerra y ven impotentes, cómo una organización islamista radical, los arrastra al borde de una destrucción similar a la de Gaza; sin poder hacer nada al respecto. Uno tras otro, lamentan que el Líbano haya sido secuestrado por Nasrallah; y que la ira hacia él aumentará en caso de una confrontación más amplia.

Es necesario tomar una decisión

“A pesar de todos los cohetes que tiene Jizbolá, sus capacidades son limitadas”, dijo recientemente el parlamentario libanés Riad Yazbeq a los medios árabes. “Tiene la capacidad de causar víctimas y daños en el lado israelí, pero no puede cambiar la realidad. Israel es un país que recibe apoyo de Estados Unidos. Es un país poderoso económica, militar y tecnológicamente; que puede devolver al Líbano a la Edad de Piedra”.

En este contexto, Dan Naor, investigador del Líbano y profesor de la Universidad de Ariel, cree que a Jizbolá “sí le importa la opinión pública libanesa, y esa es también la razón por la que no ha escalado a una guerra total”.

Con la finalización de la principal maniobra de las FDI en Rafah, en la Franja de Gaza, y el desvío de recursos militares hacia el norte; Israel enfrenta una decisión fatídica con respecto a Jizbolá.

Además de seguir erradicando a Hamás en Gaza y buscar un acuerdo de rehenes, nos esperan años difíciles. En estos tiempos, Israel necesita unidad interna, paciencia y rectitud. A través de éstas, podemos demostrarle a nuestros enemigos que estamos aquí para quedarnos.

Publicado el 3 de julio de 2024

 

Traducido por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz

 

Publicado en julio 5, 2024

Fuente: Porciones de un artículo por Shachar Kleiman originalmente publicado por Jewish News Syndicate, el 30 de junio de 2024. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo original en este link.

Fotografía por: David Cohen/Flash90/jns.org