La ley internacional define «ocupación» como el evento cuando un gobierno soberano ocupa las tierras de otro gobierno soberano. En el caso de Israel, dicha nación no ocupa terreno de ningún otro gobierno soberano. Israel entró al área conocida como Margen Occidental [cuando fue atacado] en 1967, que se encontraba temporeramente en manos jordanas, y adquirió la autoridad de administrar la tierra. Pero Jordania nunca fue considerada como el gobierno soberano de esa tierra.
De hecho, Israel y el pueblo judío tienen derechos de reclamo al área remontando desde mucho tiempo atrás en la historia. Cualquiera que lea la Biblia podrá apreciar el hecho de que exista una sólida base legal e histórica a su reclamo respecto a los territorios. Por lo tanto, Israel opina que no «ocupa» los territorios porque estos nunca pertenecieron a los palestinos, aunque sí se pudiesen describir como «bajo disputa.»
Respetamos el hecho de que los palestinos exijan parte de los territorios, pero Israel considera que sus propios reclamos tienen mucho mejor fundamento y que están mejor documentados. No obstante, Israel está comprometido a conducir negociaciones con los palestinos para encontrar un acuerdo permanente al asunto.
Jordania ocupó y anejó por un tiempo cierta área luego de la Guerra de 1948, pero esa anexión nunca fue reconocida por la comunidad internacional. Más tarde, el rey de Jordania voluntariamente entregó toda soberanía jordana y cualquier reclamo sobre los territorios. Por lo tanto, los jordanos vinieron y se fueron, pero el asunto aún debe resolverse entre los israelíes y los palestinos.
La constante referencia de la comunidad internacional a los denominados «territorios palestinos» es una completa falacia, y carece totalmente de base legal o política. Nunca ha existido una nación palestina, y los territorios nunca pertenecieron a una entidad palestina. No existe un acuerdo internacional, no existe un contrato, no existe un tratado ni existe una resolución internacional vigente que determine que los territorios pertenezcan a los palestinos.
En realidad, los palestinos mismos reconocieron, en el Acuerdo de Oslo que firmaron con Israel, que el estatus final permanente sería determinado por medio de negociaciones. Y aun los palestinos aceptan que no son territorios palestinos sino territorios bajo disputa, y su estatus todavía tendrá que ser resuelto.
Si algunos individuos palestinos poseen propiedades privadamente, el gobierno administrativo no tiene permiso para tomar las tierras ni utilizarlas. Pero si la tierra no tiene dueño, el poder administrador puede utilizar la tierra y disfrutar de ella hasta que la soberanía haya sido finalmente determinada. Por lo tanto, Israel puede legalmente usar la tierra pública para establecer asentamientos, pero no apropiarse de tierras privadas ni quitarle los derechos privados a la población local. Evidentemente, eso significa que los asentamientos no son ilegales.
Por otro lado, los palestinos aceptaron que el tema de asentamientos fuese uno de los asuntos a discutirse en la mesa de negociación con los israelíes sobre su estatus permanente. Nadie puede todavía alegar que los asentamientos de Israel son ilegítimos, ni siquiera la Unión Europea, sus gobiernos individuales ni el Secretario de Estado estadounidense. Cuando así lo hacen, ellos ya predisponen un asunto que está bajo negociación, lo que es claramente incompatible con todo principio de negociación.
Por otro lado, no existe tal cosa como «fronteras de 1967.» Una frontera es una línea divisoria entre dos naciones soberanas. En 1967, se estableció que la línea de cese al fuego fuese la misma que resultó al finalizar la Guerra de 1948 con las naciones árabes, o sea, cuando Israel declaró su independencia en 1949. Los jordanos insistieron en incluir una provisión en el Acuerdo de Armisticio que decía que esa línea de demarcación de armisticio no es una frontera final. Las fronteras finales sólo pueden ser determinadas por medio de negociaciones de paz entre las partes.
Finalmente, el término de «fronteras de 1967» es inexistente, y cualquiera que utilice ese término está engañado, incluso la administración de EE.UU. y la Unión Europea.
MOTIVO DE ORACIÓN: Ore para que el mundo deje de utilizar términos falsos para referirse a los territorios que están bajo disputa, asunto que sólo podrá ser resuelto por medio de negociaciones directas entre los palestinos e Israel.
VERSO BÍBLICO: «Contempla a Sion, ciudad de nuestras fiestas señaladas. Tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será plegada, cuyas estacas no serán arrancadas nunca más, ni rotas ninguna de sus cuerdas» (Isaías 33:20).
(Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos)
Publicado en septiembre 7, 2016
Fotografía por: Alan Baker, JCPA
Fuente: Por previo embajador Alan Baker, Centro para Asuntos Públicos en Jerusalén
Todos los logotipos y marcas registradas en este sitio pertenecen a sus respectivos propietarios. Todos los demás materiales son propiedad de Puentes por la Paz. Copyright © 2024.
Website Site Design by J-Town Internet Services Ltd. - Based in Jerusalem and Serving the World.