El impacto de la guerra en curso ya es evidente cuando sólo transcurrieron dos días. Según el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNWRA, por sus siglas en ingles), a mediodía del lunes ya había más de 20,000 desplazados como consecuencia de los intensos ataques aéreos llevados a cabo por la aviación israelí contra objetivos en la Franja de Gaza. Estos desplazados buscaron refugio en las escuelas de la UNWRA en la zona, y se estima que su número no hará más que aumentar a medida que continúe el conflicto.
Por el momento se desconoce el alcance total de los daños sufridos por los edificios y las infraestructuras de Gaza durante los primeros días de guerra. Sin embargo, está claro que, dada la enérgica respuesta de Israel, los daños no harán sino aumentar. La ONU calcula que en las cuatro rondas anteriores del conflicto, entre 2009 y 2021, los daños acumulados infligidos a la Franja ascendieron aproximadamente a 5,000 millones de dólares.
Es importante señalar que, antes de la guerra actual, los daños de la ‘Operación Margen Protector’ de 2014 y de ‘Guardián de los Muros’ de 2021 no se habían reparado totalmente. Al parecer, los daños causados en un futuro próximo en Gaza superarán los de las anteriores rondas de violencia.
Según diversas declaraciones, se espera que Israel cambie la dinámica y provoque un cambio significativo en el envío de ayuda para comunidades de la Franja de Gaza. El Estado judío debe tener en cuenta que es probable que dicho cambio provoque un colapso total de la economía gazatí.
Israel ejerce el control sobre el suministro de electricidad, combustible, mercancías y movimiento de mano de obra en la Franja, y sin acceso a estos recursos, el funcionamiento se verá gravemente obstaculizado. Aunque existe la posibilidad de recibir mercancías y combustible a través de Egipto, incluso mediante el contrabando, es poco probable que se satisfaga la demanda, y las motivaciones de Egipto para proporcionar a Jamás este tipo de salvavidas siguen sin estar claras.
Israel es un importante proveedor de energía
La presión de Israel es evidente en la Franja, donde la compañía eléctrica de Gaza anunció el domingo por la tarde que los residentes están sufriendo una escasez del 80% en el suministro de electricidad. Esta escasez se debe a la suspensión del suministro eléctrico desde Israel, ya que se desconectaron todas las líneas eléctricas que llegan a la Franja. Además, algunos de los principales transformadores que suministran electricidad a diferentes zonas de la Franja han resultado dañados por los bombardeos israelíes.
Es importante señalar que la red eléctrica de la Franja de Gaza depende en gran medida de las líneas eléctricas israelíes, que aportan más de 120 megavatios de potencia. También hay energía generada localmente en la central eléctrica, cuya capacidad de producción oscila entre 65 y 120 megavatios, dependiendo de la disponibilidad operativa.
Sin embargo, el funcionamiento de esta central también depende del suministro de combustible desde Israel, que se encuentra interrumpido. Como resultado de la escasez, la empresa en Gaza anunció que la capacidad de producción de electricidad se había reducido a sólo 60 megavatios, lo que provocó un suministro de electricidad limitado de sólo cuatro horas el domingo.
Además, la economía gazatí depende en gran medida de las oportunidades de empleo disponibles en Israel. Antes de la guerra, unos 18,000 trabajadores gazatíes, incluidos comerciantes, tenían permisos de trabajo válidos en Israel. Jamás consideraba que estos permisos eran activos valiosos, ya que contribuían a preservar los recursos que utilizan habitualmente.
Los habitantes de Gaza buscaron activamente estos permisos de trabajo, y Jamás alentó esta búsqueda debido a los beneficios que obtenía de los fondos que ingresaban desde Israel. Estos fondos desempeñaron un papel crucial para solidificar el control de Jamás sobre la economía de Gaza y apoyar sus actividades militares.
De media, los trabajadores gazatíes en Israel ganan unos 1,640 dólares al mes, unos ingresos considerables en el contexto de Gaza. Esta cantidad es seis veces superior al salario medio de un trabajador local. Estimaciones aproximadas sugieren que el empleo en Israel genera un ingreso diario de aproximadamente 3 millones de dólares para la Franja de Gaza, lo que la convierte en un contribuyente significativo a la economía local.
Sin embargo, debemos señalar que, a pesar de las oportunidades de empleo en Israel, el problema crónico del desempleo en la Franja sigue sin resolverse, con una tasa de paro de aproximadamente el 50%. Aunque esta tasa sigue siendo elevada, es inferior a la registrada a finales de 2020, cuando rondaba el 80%.
Una fachada de crecimiento y serenidad
Parece que los retos a los que se enfrentan los residentes de Gaza no eran una prioridad absoluta para Jamás. En lugar de ello, la organización terrorista se centró en la construcción de sus capacidades militares y en la aplicación de un plan de combate detallado desde la conclusión de la ‘Operación Margen Protector’.
Los objetivos ideológicos de Jamás, incluida la destrucción de Israel, primaron sobre las consideraciones económicas. Jamás logró convencer a Israel y a otros actores del mundo árabe de que estaba dispuesta a calmar la situación a cambio de ayuda económica y de la rehabilitación de la Franja. Sin embargo, esto parece haber formado parte de un plan engañoso del ala militar para hacer dormitar a Israel mientras ellos construían meticulosamente un plan destructivo, cuyo efecto se hizo dolorosamente evidente el sábado por la mañana.
Los fondos proporcionados por Catar, que fueron la principal fuente de financiación de Jamás, se incorporaron a la estrategia de Jamás para crear la percepción de que todo está ligado a los recursos financieros. En agosto, el gobierno de Jamás en Gaza anunció su incapacidad para pagar los salarios a sus empleados, alegando la falta de fondos mensuales y una disminución significativa de las cantidades recibidas, de 10 millones de dólares al mes a sólo 3 millones.
El deterioro de las relaciones entre Catar y Jamás puede atribuirse a que Jamás se alineó con el régimen del Presidente sirio Bashar al-Assad tras años de tensas relaciones debido a la guerra civil siria. Entre las entidades árabes, Catar era el único que se oponía a normalizar las relaciones con el régimen de Assad y, por tanto, no apoyaba el alineamiento de Jamás. Además, Jamás alega que Catar exigió una transferencia completa de fondos a cambio de calmar la situación, especialmente durante las fiestas judías.
Echando la vista atrás, parece que Jamás disponía de fondos suficientes para mejorar sus capacidades militares, mientras que el bienestar de la población civil pasaba a un segundo plano en las prioridades de la organización.
Publicado en octubre 10, 2023
Fotografía por: RafahKid Kid/Jabalia 31/commons.wikimedia.org
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