Los arqueólogos israelíes encontraron la semana pasada, un sello de piedra de 2,700 años de antigüedad, cerca del Monte del Templo en Jerusalén. Tiene solo unos pocos centímetros de diámetro, pero es un gran logro para el sionismo y otro golpe para la causa palestina.
El descubrimiento destaca la importancia del trabajo continuo de los arqueólogos, que han pasado años examinando toneladas de escombros que han sido arrojados fuera de los muros de Jerusalén; por las autoridades islámicas que controlan las mezquitas en el Monte del Templo.
Los escombros proceden, de las renovaciones que han llevado a cabo funcionarios islámicos en la plaza del Monte del Templo; el lugar más sagrado del judaísmo. En un desprecio cruel por la santidad del lugar, las autoridades islámicas han estado desechando los escombros de dichas renovaciones, como si fueran basura.
En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre el “status quo” en el Monte del Templo. Los funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos y los expertos enfadados, tratan el “status quo” como si fuera sagrado. Parecen olvidar, que el hecho de que algo haya sido el “status quo” durante un tiempo, no significa que sea correcto desechar escombros con posibilidades de riqueza histórica. Durante muchos años, el apartheid fue el “status quo” en Sudáfrica, y la segregación racial fue el “status quo” en el sur de Estados Unidos.
Pero la cuestión arqueológica es el aspecto del “status quo” del Monte del Templo, del que nunca se habla. Los funcionarios islámicos del Monte han estado explotando su estatus privilegiado para enterrar, literalmente, la voluminosa evidencia de las raíces judías del lugar.
¿Por qué las autoridades islámicas quieren ocultar los escombros de las renovaciones? Porque los arqueólogos israelíes que revisan los escombros desechados, encuentran continuamente piezas del pasado, que reafirman los miles de años de historia judía en Tierra Santa. El trabajo del proyecto comenzó en 2005 bajo los auspicios de la universidad Bar-Ilan, y sus descubrimientos confirman, que la conexión árabe con el país es reciente y débil.
El sello de piedra que se acaba de descubrir no tiene ninguna inscripción que haga referencia a “Palestina”. No hace referencia a ninguna festividad palestina indígena, ni lleva ningún símbolo palestino antiguo; porque nada de eso existía, ni existe.
La escritura en el sello es hebrea, no árabe. El nombre escrito en él es un nombre judío, no un nombre árabe o musulmán: “Yeho’ezer ben Hoshayahu”. El sello de piedra negra fue encontrado cerca del muro sur del Monte del Templo.
Ese nombre es muy similar al nombre de uno de los guerreros del rey David. No es similar al nombre del guerrero de algún rey “palestino”, porque nunca existió tal cosa.
También es muy similar a un nombre judío mencionado en el libro bíblico de Jeremías. No es similar a ningún nombre mencionado en el Corán. De hecho la ciudad de Jerusalén en sí, tampoco se menciona en el Corán. ¿No es fascinante? A pesar de todas las perogrulladas que escuchamos sobre cómo Jerusalén es la “ciudad de las tres religiones antiguas”, Jerusalén no aparece ni una sola vez en el Corán.
Filip Vukosavovic de la Autoridad de Antigüedades de Israel, dijo que el sello recién descubierto data de alrededor del año 700 a. C.; fue utilizado por alguien que “ocupaba un puesto de alto nivel en la administración del Reino de Judá”. Nota: Reino de Judá, no Reino de Palestina.
Sólo unos 1,400 años después de la creación de ese sello, en el siglo VII d. C.; los musulmanes de la Península Arábiga invadieron y ocuparon la Tierra de Israel. Los ocupantes musulmanes nunca llamaron al país “Palestina”.
En total, los arqueólogos del Proyecto de Cribado del Monte del Templo, han descubierto varios miles de objetos relacionados con el periodo bíblico. Y ninguno de esos objetos, ni uno solo; hace referencia a los “palestinos”.
No es de extrañar que las autoridades religiosas islámicas, traten los escombros de sus renovaciones como basura. Saben que cada cucharada de tierra puede revelar evidencia adicional de que los legítimos dueños de Jerusalén y de la Tierra de Israel, son los judíos.
A los funcionarios islámicos del Monte del Templo les gustaría ocultar el pasado. Sin embargo, afortunadamente, los arqueólogos israelíes han llegado al rescate, es decir, al rescate de la historia nacional judía. En el curso del cumplimiento del noble propósito científico de la arqueología, están reafirmando las profundas raíces del pueblo judío en Tierra Santa.
Publicado el 4 de septiembre de 2024
ENFOQUE DE ORACIÓN: Celebremos y demos gracias al Señor porque se sigue descubriendo evidencia física de la autenticidad del reclamo judío sobre Jerusalén y el Monte del Templo, a pesar de los esfuerzos de los musulmanes por ocultar estos hechos como si fueran basura. Traigamos a memoria ante el Señor, que Él escogió la ciudad de Jerusalén como Su morada y oremos por Su rápido regreso.
VERSO BÍBLICO: «Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, las moradas santas del Altísimo«.
–Sal 46:4 NBLA
Publicado en septiembre 6, 2024
Fotografía por: Eliyahu Yanai/City of David/jns.org
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