El aparente sesgo de los moderadores de la cadena ABC TV, al no denunciar las falsedades que supuestamente pronunció la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, candidata presidencial del partido Demócrata en el debate con el expresidente Donald Trump esta semana; ha suscitado muchas críticas.
La cuestión no es que el sesgo periodístico sea irrelevante. Por el contrario en los últimos años, el impactante partidismo pro-demócrata y anti-Trump de los medios, ha destruido su papel como guardianes de la democracia y los ha establecido en cambio, como un ejército de activistas despiadados en defensa de una causa política.
Sin embargo, cuando se trata de evaluar a los candidatos rivales a la presidencia, la narrativa de los medios tiene que competir con la masa de información que los votantes ya conocen sobre ellos: sus logros y fracasos, sus fortalezas y defectos.
Sin embargo, el efecto de los medios de comunicación sobre las actitudes del público hacia Israel es muy diferente, porque el público occidental, en general, no sabe prácticamente nada sobre Israel, Oriente Medio o la historia judía. Por lo tanto, la opinión pública es una página en blanco sobre Israel en la que se puede imprimir cualquier imagen que los medios de comunicación quieran pintar.
Y la imagen de Israel que se ha pintado en las últimas décadas (y aún más intensamente desde el pogromo del 7 de octubre dirigido por Hamás contra las comunidades del sur de Israel); es una caricatura cruel y tremendamente distorsionada.
La semana pasada una delegación de alto rango de ex oficiales militares de la OTAN, estuvo en Israel en una misión de investigación para evaluar la conducta de las Fuerzas de Defensa de Israel [FDI] en la guerra contra Hamás, en la Franja de Gaza.
Los miembros de este grupo, posteriormente expresaron su admiración por la forma en que las FDI han estado conduciendo la guerra, en un entorno de combate sin precedentes.
El general Sir John McColl, ex vicecomandante supremo aliado de la OTAN, dijo: “Me fui del viaje satisfecho de que las operaciones y las reglas de combate de las FDI eran rigurosas, en comparación con las del ejército británico y nuestros aliados occidentales… Los soldados israelíes están luchando en condiciones de extraordinaria complejidad y riesgo”.
Se trata de una reprimenda dura, aunque tácita, a la administración Starmer de Gran Bretaña; que ha anunciado un embargo parcial de armas contra Israel, con el argumento de que esas armas “podrían utilizarse en una grave violación del derecho humanitario y de que había habido afirmaciones creíbles sobre el maltrato a los detenidos por parte de Israel”.
Pero lo que resultó particularmente sorprendente de las declaraciones de McColl, fue que aparentemente había llegado a Israel predispuesto a creer las acusaciones que se hacían en su contra. Dijo: “Basando mis opiniones sobre la guerra entre Israel y Hamás en la cobertura de los medios de comunicación del Reino Unido, llegué a Israel crítico y escéptico respecto de sus operaciones militares… Hay una falta de equilibrio en la información sobre los acontecimientos en Gaza”.
La impresión que han dado los medios británicos durante los últimos 11 meses de esta guerra, es que Israel está matando deliberadamente a un gran número de mujeres y niños de Gaza, bombardeando imprudentemente hospitales y escuelas llenos de desplazados; e impidiendo que la ayuda humanitaria llegue a los civiles.
Esas afirmaciones son lo opuesto a la verdad. Sin embargo, un alto funcionario militar parece haberlas creído porque esta narrativa mediática es omnipresente. Incluso en periódicos cuya línea editorial es ampliamente simpatizante de Israel, la información está enormemente distorsionada por la promulgación de propaganda de Hamás como noticias.
El infractor serial más flagrante es la BBC, cuyo alcance mundial y reputación de integridad y fiabilidad, la convierten en el medio de comunicación más influyente del mundo. Durante décadas, ha desinfectado al terrorismo árabe-palestino y ha pintado falsamente a Israel, como el agresor en la región. Y durante la actual guerra en Gaza, su cobertura ha sido abrumadoramente malévola.
Un importante estudio publicado esta semana por Trevor Asserson, un abogado británico afincado en Tel Aviv; puso al descubierto la asombrosa escala de esta traición de la BBC y a los estándares periodísticos.
Un equipo especializado que [Trevor] creó, utilizó inteligencia artificial para analizar cuatro meses de cobertura de la guerra. Identificó 1,553 infracciones de las propias directrices de la BBC sobre su imparcialidad y precisión. También reveló, un sentimiento moderado o fuerte a favor de Palestina o contra Israel en más del 90% de las emisiones de los programas insignia de la cadena.
Israel fue asociado con crímenes de guerra en los informes de la BBC 592 veces, pero Hamás (cuya campaña entera desde el 7 de octubre en adelante ha consistido en crímenes de guerra contra civiles israelíes y de Gaza), sólo 98 veces.
Peor aún (porque resulta mucho más explosiva), fue la cobertura distorsionada del servicio árabe de la BBC, cuya producción mostró un sesgo del 90%. Lo más chocante de todo, es que en toda su producción la cadena utilizó repetidamente, a periodistas que habían mostrado hostilidad hacia Israel, simpatía por Hamás, o abierto odio a los judíos.
Según se informa, la colaboradora de la BBC en árabe Mayssaa Abdul Khalek pidió “muerte a Israel” y defendió a un periodista que tuiteó: “Señor Hitler, levántese, hay algunas personas que necesitan ser quemadas”.
Jeremy Bowen, editor internacional de la BBC, cuyo implacable prejuicio contra Israel hizo necesario que se le dedicara un apartado del informe enteramente a él, está acusado de excusar las actividades terroristas de Hamás y de comparar a Israel con la Rusia de Putin. Se dice que la corresponsal internacional jefe Lyse Doucet restó importancia a la culpabilidad de Hamás.
En respuesta a este devastador conjunto de pruebas, la BBC simplemente lo descartó. Dos días después de su publicación, y después de que varios ejecutivos lo hubieran desestimado en público, el director general de la BBC solicitó una copia. Fuentes de la BBC acusaron a Asserson de parcialidad; criticaron la metodología del informe, y dijeron que sus afirmaciones carecían de contexto.
Estas críticas cobardes son simplemente una forma de eludir el hecho de que las pruebas son verdaderas.
Por ejemplo, el pasado mes de octubre, numerosos medios de comunicación afirmaron que las FDI habían atacado el hospital Al Ahli de Gaza, en un ataque aéreo que había matado a 500 personas. Pronto se reveló que la explosión se había producido en el recinto del hospital y que había matado a menos personas, y que había sido causada por un cohete de la Yihad Islámica Palestina que falló y cayó dentro de Gaza.
Posteriormente, varios medios de comunicación se disculparon, pero en la BBC y Bowen, redoblaron la apuesta; diciendo: “No me arrepiento de nada de lo que dije en mi informe, porque creo que soy balanceado siempre, en todo momento; por lo que no me siento mal en absoluto”.
El doble rasero (estándar en juzgar los hechos) de la cadena en un artículo tras otro; la indiferencia hacia los partidarios palestinos y las agresivas interrupciones de los defensores de Israel; la aceptación de la propaganda de Hamás y los libelos sangrientos sobre los “crímenes de guerra” israelíes, como hechos; y la suposición igualmente instintiva de que los israelíes mienten; todo demuestra el verdadero contexto de los ejemplos presentados por el equipo de Asserson: que la BBC es institucionalmente hostil, tanto a Israel como a la verdad.
La BBC es, por tanto, un sistema de pensamiento herméticamente cerrado.
Como resultado de esta distorsión mental en los círculos liberales, la BBC y otros medios de comunicación han dejado al público en la oscuridad sobre una serie de cuestiones cruciales derivadas de la guerra contra Israel.
No han informado sobre el papel de Hamás como brazo militar de la Hermandad Musulmana, que opera en Gran Bretaña y Estados Unidos, y busca conquistar occidente.
No han informado sobre la guerra en Gaza «en contexto”, como parte de una guerra de ocho frentes por parte de Irán, para destruir a Israel y Estados Unidos.
No han informado sobre las tormentas de cohetes y misiles que Jizbolá dispara diariamente al norte de Israel desde el sur del Líbano. No han investigado la corrupción de Hamás en la ONU y los tribunales internacionales.
En cambio han estado incitando un odio, a menudo asesino; contra Israel en todo el mundo.
Los medios de comunicación pueden haber subvertido y socavado la democracia estadounidense, pero cuando se trata de Israel, tienen sangre en sus manos.
Publicado el 13 de septiembre de 2024
Publicado en septiembre 13, 2024
Fotografía por: Brett Jordan/Pexels/jns.org
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