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La primera ronda va para Israel

agosto 29, 2024
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Avión de combate multifunción furtivo F-35I Adir de la Fuerza Aérea israelí

Todo había terminado antes de que nos despertáramos.

Durante casi un mes Israel estuvo en alerta máxima esperando que sonaran las sirenas. Esperábamos la venganza “inminente” prometida por los altos mandos iraníes y de Jizbolá, por la muerte del segundo al mando Fu’ad Shukr en un ataque preciso, en Beirut y la desaparición del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque preciso en un bastión del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní (CGRI), en el corazón de Teherán. Ataque que Israel no confirmó ni negó, pero del que se le culpa de todos modos.

Jizbolá, el grupo terrorista iraní asentado en la frontera norte de Israel, tenía previsto dar el primer golpe a las 5:00 de la mañana del domingo.

Preparándose para tal objetivo, el ejército terrorista instaló miles de sus lanzacohetes en pueblos y ciudades al sur del Líbano, en medio de lugares civiles como mezquitas, escuelas, gasolineras y recintos de la ONU.

Pero las cosas no salieron según lo previsto.

Poco antes de las 5:00 de la mañana del domingo, más de 100 aviones de combate israelíes despegaron y lanzaron más de 100 ataques preventivos prácticamente simultáneos; para destruir dichos miles de lanzacohetes de Jizbolá y más de 6,000 misiles y drones en más de 40 zonas de lanzamiento en el sur del Líbano; todo ello en menos de media hora.

El ejército terrorista todavía pudo disparar cientos de cohetes y vehículos aéreos no tripulados contra el norte de Israel, lo que hizo que las sirenas de alerta antiaérea sonaran en todas las zonas del Golán y Galilea. Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), la ofensiva de Jizbolá incluyó 230 lanzamientos de cohetes y 20 vehículos aéreos no tripulados. Ninguno de ellos causó víctimas y sólo se infligieron daños mínimos.

Y así, sin más, el acto inaugural terminó, todo antes de que Jerusalén despertara.

Israel utilizó inmensas capacidades de inteligencia para anticipar el ataque y, en el proceso, frustró lo que podría haber sido un ataque significativo contra Israel y la chispa que encendería una guerra a gran escala, en Oriente Medio.

“Veo esto como un milagro”, me confió un periodista veterano horas después. “Dios frustra por completo el plan de Jizbolá, libera a su pueblo de un gran ataque que fácilmente podría haberse convertido en una guerra regional y convierte a Jizbolá en una burla”.

Jizbolá asumió la responsabilidad de su ataque del domingo. El jefe del grupo terrorista, Hassan Nasrallah emitió una declaración formal, describiendo que la operación fue solamente el primer paso para vengar a su segundo al mando, y saludó como habiendo obtenido un gran éxito. Aparte de los compinches de Jizbolá en Teherán, pocos le creyeron. De hecho, el desempeño más bien mediocre del ataque desató una ola de burlas en línea, en todo el mundo árabe, centrándose en el hecho de que lo único que el grupo terrorista logró alcanzar, fue un gallinero.

Hay varias conclusiones de la mañana del domingo, especialmente para la comunidad global que parece dispuesta, a señalar con el dedo acusador a Israel.

En primer lugar, según las Fuerzas de Defensa de Israel, de los 230 cohetes y 20 vehículos aéreos no tripulados que cruzaron hacia territorio israelí, el 90% de los lanzamientos “se realizaron desde el corazón de una zona civil”. El ejército respaldó su afirmación publicando infografías que mostraban los sitios de lanzacohetes en el sur del Líbano, ubicados a solo 150 metros de una escuela; 160 metros de una mezquita; y 160 metros de un edificio de la ONU. Docenas más fueron colocados cerca.

La ubicación de Jizbolá no fue casual. De hecho, el grupo terrorista eligió sus ubicaciones con el máximo cuidado, asegurándose de que si Israel respondía al ataque las víctimas serían civiles, lo que desató la condena e indignación contra el Estado judío.

En segundo lugar, el ataque preventivo de Israel evitó una posible guerra a gran escala en la región. ¿Por qué? Cualquier país calcula la respuesta a un ataque a la soberanía de su pueblo, basándose en factores como la pérdida de vidas civiles o el daño infligido a la infraestructura. Y cuanto mayor sea el número de víctimas civiles, más dura será la respuesta. Israel no es diferente. Por lo tanto, prevenir una escalada implicaba frustrar cualquier ataque contra los principales centros de población o infraestructuras israelíes, y luego tomar represalias de una manera que atacara solo a los objetivos terroristas de Jizbolá y causara un daño mínimo al Líbano, no perteneciente a Jizbolá. Esto último fue una tarea particularmente difícil, ya que el grupo terrorista hizo grandes esfuerzos para incrustar su infraestructura entre sitios civiles.

Según el corresponsal militar y analista de inteligencia del Jerusalem Post, Yonah Jeremy Bob, los esfuerzos de Israel prevalecieron. “En el balance de las reglas no escritas entre Israel y Jizbolá, este sería un ataque israelí masivo, que aún mostraría moderación y no sería per se ‘ofensivo’, sino más bien, una defensa preventiva y estrictamente diseñada”.

En tercer lugar, hay más por venir. Por el momento, Irán parece mantenerse alejado de las líneas del frente. Tal vez los mulás se hayan tomado en serio las advertencias de que una guerra con Israel diezmaría su economía. Lo más probable es que Teherán haya decidido invertir su tiempo, recursos y energía, en sus esfuerzos nucleares; lo que plantea una amenaza existencial para Israel, la región y más allá.

Jizbolá ha continuado en gran medida de la misma manera que lo ha hecho durante los últimos 10 meses, desatando lo que llamó un “enjambre de vehículos aéreos no tripulados” en la Galilea occidental.

El ataque del domingo por la mañana supuso una vergüenza para Jizbolá y, por extensión, para sus titiriteros terroristas en Teherán. No es algo de lo que podamos jactarnos.

La primera ronda de la batalla fue para Israel y, más concretamente, para el Dios de Israel. Pero la guerra está lejos de terminar.

Publicado el 28 de agosto de 2024

 

Traducido por Chuy González – Voluntario en Puentes para la Paz

 

Publicado en agosto 29, 2024

Fuente: Un artículo originalmente publicado por Bridges For Peace (Puentes para a Paz), el 28 de agosto de 2024. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy).

Fotografía por: IDF Spokesperson's Unit photographer/Wikimedia.org

Fotografía con licencia: Wikimedia