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Las reacciones a la masacre con cohetes de Jizbolá incluyen indignación, negación… y miedo

julio 29, 2024
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El campo de fútbol donde cayó un cohete de Jizbolá en la ciudad drusa de Majdal Shams, en el norte de Israel, matando a 12 niños.

Durante 10 meses, los terroristas libaneses de Jizbolá han invitado a una gran catástrofe, disparando cohetes indiscriminadamente contra Israel. El sábado, la pesadilla largamente temida explotó violentamente en un campo de fútbol israelí, asesinando al menos a 12 niños.

La mayor de las víctimas árabes israelíes (todos miembros de la comunidad musulmana drusa) tenía apenas 16 años, y la más joven 10 años. La conmoción por lo ocurrido en la ciudad israelí de Majdal Shams provocó rápidamente una serie de respuestas en todo el mundo.

Indignación

Tras meses de amenazas y advertencias a Jizbolá para que dejara de disparar contra Israel, la masacre del sábado provocó una ira contundente en Israel, incluida una escalada en la retórica de los funcionarios israelíes. Un resumen de los comentarios del sábado del primer ministro Benjamín Netanyahu al líder espiritual druso Sheikh Mowafaq Tarif decía “dejo en claro, que Israel no pasará por alto este ataque asesino y que Jizbolá; pagará un alto precio que no ha pagado hasta ahora”.

El ministro de defensa israelí Yoav Gallant, recapitulando su propia discusión del sábado con Tarif en un comunicado de prensa israelí, dijo: “Durante nuestra discusión me detuve y enfaticé: golpearemos al enemigo con fuerza”.

En cuanto al nivel al que Israel debería responder, el diplomático israelí Fares Saeb, que tiene familiares muertos en la masacre, publicó en X el domingo: “#Jizbolá debe ser eliminado (mejor por los libaneses)”.

A nivel local, la ira también arde. El locutor de radio druso Samir Halabi, oriundo de Majdal Shams, fue citado por el Times of Israel diciendo a los periodistas el domingo, que “Líbano debe arder. [El líder de Jizbolá, Hassan] Nasrallah debe arder”.

Negación

En una acción inusual, Jizbolá negó rotundamente cualquier participación en el ataque con cohetes. En un informe del grupo de noticias pro-Jizbolá Al Manar, el grupo de noticias enumeró una docena de ataques diferentes el sábado, incluido un ataque con cohetes que involucraba el mismo tipo de cohete que golpeó Majdal Shams, supuestamente disparado contra una base militar israelí. Luego, el informe decía, “que la Resistencia Islámica negó categóricamente su participación en el ataque a Majdal Shams; no existe ninguna conexión con el incidente en absoluto”.

Sin embargo, Israel presentó pruebas claras que mostraban que Jizbolá estaba detrás del ataque. El domingo el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari, publicó en X imágenes de la metralla del cohete desde el lugar del ataque comparando los fragmentos del cohete con un cohete Falaq de fabricación iraní.

Como dijo el jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi; a la comunidad drusa en comentarios publicados en el sitio web de las FDI el domingo: “Sabemos exactamente desde dónde se lanzó el cohete. Examinamos los restos del cohete aquí en la pared del campo de fútbol. Sabemos que es un cohete Falaq con una ojiva de 53 kg. Este es un cohete de Jizbolá. Y quien lance un cohete de ese tipo en una zona urbanizada quiere matar civiles, quiere matar niños”.

El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores israelí, Oren Marmorstein, envió un mensaje por X el domingo para aclarar el significado del cohete tipo Falaq. “Contrariamente a sus negaciones, Jizbolá es la entidad inequívocamente responsable de la masacre de ayer. El cohete que asesinó a nuestros niños y niñas era un cohete iraní, y Jizbolá es la única organización terrorista que tiene esos en su arsenal. La masacre del sábado constituye el cruce de todas las líneas rojas por parte de Jizbolá. Este no es un ejército que lucha contra otro ejército; es más bien una organización terrorista que dispara deliberadamente contra civiles”.

The Mideast Update habló por correo electrónico con el profesor Eyal Zisser, vicerrector de la Universidad de Tel Aviv y profesor del departamento de Historia de Oriente Medio y del Centro Moshe Dayan para Estudios de Oriente Medio, quien dijo que Jizbolá niega su participación debido a la etnia de los muertos. Zisser señaló que muchos de los drusos en el área donde ocurrió el ataque se consideran sirios, un aliado de Jizbolá. Esto se debe a que el territorio estaba controlado por Siria antes de que Israel recuperara el control, en la guerra defensiva de 1967. Dada la etnia de los niños asesinados, Zisser dijo, queel incidente es “una vergüenza” para Jizbolá.

Dado el asalto de Jizbolá a varios objetivos en la región el día del ataque, es posible que el ataque de Majdal Shams fuera un lanzamiento que falló su objetivo y golpeó el campo de fútbol en su lugar; pero no habría sucedido si Jizbolá no hubiera estado disparando en el área en primer lugar. Zisser dijo: “Creo que fue un error, pero una vez que empiezas a jugar con fuego, este es el resultado. No siempre puedes controlar el nivel del fuego”.

Miedo

La respuesta internacional al incidente fue una mezcla de horror y temor a que Israel desencadene una guerra, aún más amplia en Oriente Medio con su respuesta, y un líder occidental tras otro, instó a la “moderación”.

El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Lammey, dijo en X que el Reino Unido condena el ataque y ha “sido claro” en cuanto a que Jizbolá debe detener su campaña de ataques contra Israel, que lleva ya 10 meses. También señaló: “Estamos profundamente preocupados por el riesgo de una mayor escalada, que provoque desestabilización”.

El jefe de política exterior de la Unión Europea Josep Borrell, en su cuenta de X el sábado, describió el ataque como “impactante” y un “baño de sangre” y pidió una investigación internacional. También dijo que “instan a todas las partes a ejercer la máxima moderación y evitar una mayor escalada”.

El ministerio de Asuntos Exteriores de Suecia, en una publicación en X, instó a sus ciudadanos a abandonar el Líbano este sábado, calificando la situación de “tensa e impredecible”.

Incluso el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, en una conferencia de prensa publicada por el Departamento de Estado el domingo, equilibró su condena del ataque mostrando preocupación por el rumbo que está tomando. Señaló que Estados Unidos estaba en conversaciones con Israel y dijo: “Hago hincapié en su derecho a defender a sus ciudadanos y es nuestra determinación de asegurarnos, que puedan hacerlo. Pero tampoco queremos que el conflicto se intensifique. No queremos que se extienda”.

El grupo de mantenimiento de la paz de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) fue aún más contundente en su advertencia sobre X: “Instamos a las partes a ejercer la máxima moderación y a poner fin a los intensos intercambios de fuego en curso. Podría provocar una conflagración más amplia que envolvería a toda la región en una catástrofe increíble”.

El sábado, el mismo día en que el mundo comenzó a enviar una mezcla de condenas y advertencias a Israel para que no respondiera, a pesar de ser la víctima, el presidente israelí Isaac Herzog habló sobre lo que Israel más necesitaba de la comunidad internacional.

En comentarios publicados por Israel, Herzog dijo: “Los terroristas de Jizbolá atacaron brutalmente y asesinaron hoy a niños, cuyo único delito era salir a jugar al fútbol. No regresaron. El mundo no puede seguir sentado en silencio ante los ataques terroristas de Nasrallah, que se producen a instancias del imperio del mal en Irán. El Estado de Israel defenderá firmemente a sus ciudadanos y su soberanía”.

Publicado el 29 de julio de 2024

Publicado en julio 29, 2024

Fuente: Un artículo por Joshua Spurlock, originalmente publicado por Middle East Update, el 28 de julio de 2024. (El vocabulario respecto al tiempo ha sido modificado para reflejarse en nuestra publicación del día de hoy). Puedes ver el artículo original en este link.

Fotografía por: IDF Spokesperson’s Unit/commons.wikimedia.org

Fotografía con licencia: Wikimedia