por: Rebecca J. Brimmer, Presidenta Ejecutiva Internacional
En el pasado año y éste, tuve la asombrosa oportunidad de ser uno de los conferenciantes en dos grandes convenciones de numerosa participación cristiana y judía. Este estudio es producto de esas presentaciones. Ya que yo soy cristiana, y apoyo a Israel y amo al pueblo judío, a menudo me piden que explique mi punto de vista.
Los judíos que conozco casi siempre se asombran cuando experimentan el apoyo de algunos segmentos del mundo cristiano, notablemente por parte de la comunidad evangélica. Cuestionan el hecho de que les amemos, diciendo que por casi 2,000 años les hemos odiado y ocasionado enorme sufrimiento. ¿Por qué ahora de repente les amamos? Muchos cristianos también cuestionan la validez de nuestra posición. A menudo se les ha enseñado la teología del reemplazo o la suplantación, doctrina que alega que, como los judíos rechazaron a Yeshúa (Jesús), Dios los ha rechazado a ellos y escogió a un nuevo pueblo. Esas enseñanzas doctrinales han creado un profundo y casi insuperable muro de división entre cristianos y judíos.
Hoy día, muchos sentimos que estamos en una nueva época de relaciones judío-cristianas. Es un hecho sorprendente que cristianos de todas partes del mundo se levantan en grandes cantidades para apoyar a Israel y defender al pueblo judío. Vienen de todos los trasfondos denominacionales.
Por tal razón, muchos judíos comienzan a ver a cristianos evangélicos como sus mejores amigos del mundo moderno. El Caucus de Aliados Cristianos en el Knesset (o Parlamento), compuesto por 18 miembros de seis diferentes partidos políticos del Parlamento, lleva ocho años desarrollando relaciones con el mundo cristiano. Yo he tenido el honor de ser invitada como miembro ex oficio a sus reuniones desde sus comienzos. En respuesta, líderes políticos de 21 naciones han establecido un paralelo Caucus de Aliados con Israel. En la mayoría de los casos, son dirigidos por líderes cristianos.
Sin embargo, resta mucho por hacer para crear una atmósfera de confianza entre ambos grupos. El hecho de que los judíos me cuestionan tan frecuentemente sobre nuestros motivos de este apoyo me convence que aún queda mucho trabajo por delante. Como mencioné antes, en los pasados dos años me invitaron a hablar ante la asamblea anual dirigida por el Congreso Judío Mundial y el Caucus de Aliados Cristianos del Knesset. Esa es una noche para honrar a los cristianos que apoyan a Israel. Siempre asisten varios miembros del Knesset. El año pasado, el conferenciante en hablar antes que yo era un parlamentario. Habló elocuentemente sobre el nuevo día en que vivíamos cuando los mejores amigos que tiene Israel son los cristianos. Agradeció a los cristianos en la audiencia por su apoyo, y terminó diciendo: “…pero no queremos saber por qué razón lo hacen.”
Yo quedé anonadada por esas palabras. Yo era la próxima conferenciante, y mi discurso iba titulado: “Seis Razones por las cuales los Cristianos Apoyan a Israel.” Después de una rápida oración, entendí que tenía que continuar con mi discurso según planeado. Claro está, cuando anuncié mi tópico, tuve que reconocer el comentario del que había hablado previamente, y la audiencia respondió en risa. Algunos de nuestros lectores ya conocen la información que presentaré a continuación, pero aún colaboradores de hace mucho tiempo valorarán esta lista como algo que pueden usar para responder a sus amigos cristianos y judíos que todavía no comprenden este asunto.
1. Amamos a Dios y sabemos que Dios ama a Israel.
“Porque el SEÑOR ha escogido a Jacob para sí, a Israel para posesión Suya” (Sal. 135:4). Recuerde que cuando usted ve el nombre “Jacob” en la Biblia, se refiere a Jacob el patriarca o al pueblo que descendió de él, el pueblo judío. Nunca se refiere a la Iglesia, aún en el Nuevo Testamento.
2. Creemos en la Biblia como Palabra de Dios.
Desde sus inicios, la Biblia ha sido la historia de un pueblo (el judío), de una tierra (Israel) y del Dios que los escogió como Su especial tesoro. Los cristianos apoyamos a Israel porque reconocemos que todas las naciones fueron fundadas por el ser humano con la excepción de Israel, que fue creado por un acto divino.
Durante muchos siglos, los cristianos comunes no podían leer la Biblia porque no tenían acceso a ella. Con la llegada de la imprenta en 1440, la Biblia fue más accesible. Con la consecuente Reforma Protestante, los cristianos comenzaron a ver las numerosas promesas que Dios había hecho al pueblo judío. Cuando resurgió la nación de Israel, el cristianismo volvió a examinar dichas promesas bíblicas. Algunos teólogos cristianos habían estado enseñando que esas promesas se referían a los cristianos, pero al ver el cumplimiento literal de muchas de ellas, tuvieron que reconocer que Dios cumpliría todas Sus promesas al pueblo judío.
3. Deseamos recibir las bendiciones de Dios.
Génesis 12:3, Dios promete a Abraham: “Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré.” El salmista también dice: “Oren ustedes por la paz de Jerusalén: ‘Sean prosperados los que te aman’” (Sal. 122:6). En los muchos años que llevo trabajando con Puentes para la Paz, incluso desde antes, he visto vez tras vez cómo los que deciden bendecir a Israel experimentan la bendición de Dios en sus propias vidas.
Tom Hess, dirigente del ministerio Casa de Oración para Todas las Naciones en Jerusalén, ha escrito un libro narrando eventos históricos ocurridos en las naciones africanas desde que decidieron bendecir a Israel. Señala que esas naciones han prosperado, mientras que las que maldecían a Israel han sufrido todo lo contrario.
Cuando primero nos mudamos a Israel, una de las familias que nos apoyaban tenía un presupuesto familiar muy reducido y muchos niños que mantener. Luego de apoyar nuestra labor en Israel por casi un año, nos escribieron diciendo que inicialmente reconocían que tendrían dificultades para cumplir su promesa financiera. Pero luego de fielmente enviarnos su regalo mensual, experimentaron una bendición financiera inesperada y pudieron aumentar su regalo. Creo que siempre que apoyemos los planes y propósitos de Dios, experimentaremos Su bendición. ¡Israel está definitivamente en esa categoría!
4. Tenemos una deuda de agradecimiento con el pueblo judío.
Muchos cristianos aprenden sobre sus raíces hebraicas a medida que estudian su Biblia. Hemos recibido la Biblia a través de hombres judíos que eran inspirados por Dios. Recibimos este precioso documento, el fundamento de nuestra fe y la fuente de nuestro conocimiento de Dios y Sus caminos, porque fieles escribas judíos las copiaron repetidamente con minuciosa atención a los detalles. Asombrosamente, la Biblia Hebrea moderna es casi idéntica a los rollos antiguos que han sido descubiertos cerca del Mar Muerto.
También debemos estar agradecidos al pueblo judío por sus patriarcas y profetas, quienes eran judíos. Cuando estudiamos las Escrituras cristianas, como los Evangelios y el libro de los Hechos de los Apóstoles, podemos ver que María, José y Jesús todos eran judíos. Todos los apóstoles eran judíos. De hecho, ¡casi todo lo que valoramos sobre nuestra fe proviene del pueblo judío! El apóstol Pablo habló de esa deuda en Romanos 15:27: “Porque si los Gentiles han participado de sus bienes espirituales, también están obligados a servir a los santos [judíos] en los bienes materiales.”
5. Yeshúa era judío.
Muchos cristianos se dan cuenta que es contradictorio amar a Yeshúa y odiar a Su familia. El Evangelio de Lucas describe los inicios de Su vida terrenal, y vemos que Su familia guardó las leyes de Moisés respecto a los requisitos de la primogenitura. Yeshúa fue circuncidado en el octavo día, pagaron el precio para redimir al primogénito, y Su madre llevó las ofrendas al Templo según eran requeridas por la Ley. Aunque no se hacía el bar mitzvá como hoy día (cuando el niño judío cumple 13 años de edad), se piensa que el relato de cuando Yeshúa subió al Templo a los 12 años y se reunió con los líderes religiosos puede haber sido un evento en representación de haber llegado a la adultez.
Yeshúa usó un talit (manto de oración), se reunió en la sinagoga, constantemente citó las Escrituras Hebreas, y evidenció gran respeto hacia la Palabra de Dios. Cuando criticó a la gente, siempre era respecto a su práctica, su manera de interpretar las Escrituras y su hipocresía. Conocía muy bien el judaísmo del primer siglo. Las tradiciones orales comunes de Sus días se compilaron en la Mishná varios siglos después, pero Yeshúa las conocía perfectamente. Él era judío en todo el sentido de la palabra. Nunca asistió a una iglesia ni fue considerado cristiano.
A menudo he compartido la siguiente historia, pero como tenemos tantos nuevos lectores, la quiero compartir de nuevo. Años atrás, tenía una amiga que asistía a la misma iglesia que yo. Un domingo, se me acercó y preguntó por qué los cristianos deberían amar a Israel y al pueblo judío. Ella preguntó: “¿Por qué los judíos deben ser el pueblo escogido? Por qué nosotros los cristianos no somos el pueblo escogido? Después de todo, ellos no aceptaron a Jesús, y nosotros sí.” Mientras ella hablaba, yo oré en silencio. Quería darle la respuesta más correcta.
Le pregunté: “Debbie, ¿tú oras?” “Claro,” ella respondió. Y yo le dije: “Entonces, ¿por qué no pides a Dios que te conteste esa pregunta?”
Toda la siguiente semana me sentí culpable por no haberle dado una mejor respuesta. Para mi sorpresa, el próximo domingo Debbie me dio las gracias por haberla ayudado a comprender al pueblo judío. Me dijo que, después de nuestra conversación, ella hizo exactamente lo que yo le había sugerido. Luego de orar y pedir entendimiento a Dios, recibió una revelación de que el pueblo judío era la familia real de Dios. Así como Inglaterra tiene una familia real, Dios tiene una familia real, que es Israel. Y de la misma manera en que los miembros de la familia real en Inglaterra no son perfectos, la familia de Dios no siempre actúa perfectamente. Pero Inglaterra honra a esa familia, y nosotros también debemos honrar a Su familia real, porque el Rey procede de esa familia. ¡Qué cuadro hermoso! Debemos siempre honrar a la familia judía de nuestro Rey.
6. Deseamos participar en el cumplimiento de la profecía bíblica.
A medida que los cristianos vemos el cumplimiento literal de las profecías bíblicas, nos damos cuenta que Dios está activo en la historia humana y en los eventos de nuestros días. Queremos ser parte de eso. Yo he vivido en Israel por 23 años, y he visto sobre un millón de personas llegar a Israel desde la antigua Unión Soviética. ¡Me he maravillado al ser testigo del cumplimiento de la profecía bíblica! “‘Por tanto, vienen días,’ declara el SEÑOR ‘cuando ya no se dirá: “Vive el SEÑOR, que sacó a los Israelitas de la tierra de Egipto,” sino: “Vive el SEÑOR, que hizo subir a los Israelitas de la tierra del norte y de todos los países adonde los había desterrado.” Porque los haré volver a su tierra, la cual di a sus padres’” (Jer. 16:14-15).
El profeta Isaías habló sobre un día en que “Israel florecerá y brotará, y llenará el mundo entero de fruto” (Is. 27:6). Cuando uno considera el tamaño del estado de Israel, el hecho de encontrar frutas israelíes en tiendas alrededor del mundo es realmente impresionante. Me encanta ese verso porque vemos su cumplimiento literal en nuestros días, e ilustra que aún los pequeños detalles en la Biblia son importantes para Dios. Isaías 35:1 dice que el desierto florecerá como la rosa. Si usted visita las áreas desérticas de Israel, puede ver grandes invernaderos de rosas que son vendidas en floristerías reconocidas de Europa.
La última frase de Génesis 12:3 dice: “En ti serán benditas todas las familias de la tierra.» ¡Cuán asombroso es ver eso en la actualidad! Sin duda, los cristianos hemos sido bendecidos, pero todas las familias también son bendecidas por los descendientes de Abraham. Aunque los judíos israelíes componen sólo una milésima parte de la población mundial, han sido importantes en la tecnología de teléfonos celulares y computadoras. El mundo es grandemente bendecido por los hijos de Abraham, tal como Dios lo prometió.
Concluí mi discurso el año pasado diciendo: “No puedo hablar por todos los cristianos, pero les puedo decir que los cristianos en Puentes para la Paz no apoyan a Israel pensando en la Guerra de Armagedón. No queremos que ustedes sufran. Al contrario, oramos para que sean bendecidos. Si cosas malas ocurren a Israel, sepan que estaremos junto a ustedes para ayudarles y bendecirles en medio de las dificultades. Sí, aún quedan muchos puentes que construir entre nuestras comunidades, pero me siento animada. Hoy día, vemos el fruto de muchos años de inversión en la construcción de relaciones. Creo que actualmente, los mejores amigos que tiene Israel son los cristianos que creen en la Biblia como Palabra de Dios. ¡Nunca más Israel volverá a estar solo! Ustedes tienen amigos.”
Los puentes entre las comunidades judías y cristianas se van fortaleciendo. Cada lado en una buena relación tiene responsabilidades. Recientemente, en la misma sala donde presenté el anterior discurso, presenté otro a nuestros amigos judíos explicando por qué razón ellos deberían aceptar nuestra oferta de amistad.
Les dije: “Cada año cuando nos reunimos para este evento, reconozco que los cristianos y los judíos vivimos en una nueva época. Aunque sólo habemos como 150 personas en esta sala, sé que los cristianos representamos a millones de otros con el mismo sentir que el nuestro. Tenemos el deseo de ver un futuro mejor y nos comprometemos a hacer algo para que esta nueva época no muera y desaparezca. Es mi ferviente esperanza que los judíos en esta sala también representan a un creciente número similar entre la comunidad judía mundialmente. El año pasado les compartí seis razones por las cuales los cristianos apoyan a Israel y al pueblo judío. Esta noche, quiero darle seis razones por las cuales Israel y el pueblo judío deben aceptar la amistad que los cristianos les ofrecemos hoy día.”
1. Los cristianos estamos lado a lado con Israel.
Los cristianos demostramos nuestro apoyo de manera política y financiera, y visitamos a Israel en enormes cantidades. Miles vienen a Israel durante la Fiesta de los Tabernáculos (Sucot) que auspicia la Embajada Cristiana Internacional. En Estados Unidos, el Pastor John Hagee y su organización Cristianos Unidos para Israel reúnen a miles de cristianos cada año en Washington DC para exigir a sus representantes y senadores que apoyen firmemente a Israel.
Por medio de Puentes para la Paz, millones de dólares son donados para apoyar los proyectos de ayuda humanitaria a nuevos inmigrantes y a los necesitados en Israel, incluyendo la distribución de 65 toneladas métricas de alimento cada mes a 27,000 personas en 52 comunidades. Muchas otras organizaciones cristianas también extienden sus manos en apoyo de Israel en maneras creativas. Los cristianos pueden apoyar a Israel con sus pies, sus bocas y sus bolsillos.
2. Los cristianos están dispuestos a hablar sobre Israel.
Muchos cristianos están activos en el Internet, Facebook, YouTube y otros medios de comunicación social. Algunos son predicadores, conferenciantes y maestros. Podrán ser más efectivos cuando poseen los hechos verídicos. Organizaciones como Puentes para la Paz y otras se dedican a ofrecerles los datos necesarios para defender mejor a Israel. Agradecemos los vínculos que tenemos con el Ministerio de Asuntos Extranjeros, corresponsales judíos y expertos que colaboran con nuestro personal para que podamos compartir los hechos verídicos con cristianos de influencia alrededor del mundo.
3. Los judíos y los cristianos son aliados naturales.
Compartimos un mismo libro sagrado: la Biblia. Compartimos una misma fe en el Creador Todopoderoso. Y compartimos una misma anticipación de la época mesiánica venidera, aunque entiendo que hay áreas significativas de desacuerdo. Por siglos, hemos permitido que esos desacuerdos definan nuestra relación. Quizás ya ha llegado el tiempo de que nos concentremos en las cosas en común y permitamos que Dios resuelva las diferencias. Como fiel cristiana, creo que Yeshúa es el Mesías, y confío que Dios finalmente revelará Sus propósitos a todos.
4. Los judíos y los cristianos tienen enemigos en común.
¿Cuántas veces hemos escuchado la canallada: “Primero la gente del sábado y luego la gente del domingo?” Creo que debemos asegurar que nuestras naciones, gobiernos y amistades comprendan que Israel no es el único blanco de los malhechores. Edmund Burke dijo: “Todo lo que se requiere para que la maldad venza es que las personas buenas no hagan nada.” No debemos caer en la trampa de la autocomplacencia.
Hoy día en Nigeria, Egipto y otros países musulmanes, los cristianos son asesinados por su fe a mano de musulmanes extremistas. La Segunda Guerra Mundial evidenció lo que sucede cuando no detenemos la maldad. ¡Cuán maravilloso es saber que no sólo los cristianos hablan en defensa de los cristianos en Nigeria! Fui enormemente bendecida cuando leí que el presidente Allan J. Jacobs de B’nei Brit Internacionalv salió en defensa de ellos en enero. Dijo: “La comunidad internacional debe estar en solidaridad con el pueblo de Nigeria, y fuertemente condeno los ataques contra una comunidad religiosa.”
Desde el infame 9-11, Estados Unidos ha sido víctima de muchos otros ataques. El ejército estadounidense continúa respondiendo a esa declaración de guerra por parte de islamistas radicales que mataron a sobre 3,000 personas en dicho ataque. Por otro lado, Israel está rodeado por esas mismas fuerzas islámicas radicales que tienen la intención de destruirlo y matar al pueblo judío. Los cristianos y los judíos deben estar unidos contra ese tipo de intención y acción genocida.
5. Los valores bíblicos que ambos valoramos están bajo ataque.
Creo que ya es tiempo que los cristianos y judíos se unan contra el deslice de nuestra sociedad hacia el secularismo, o temo que perderemos todo lo que valoramos. Dios es real, y nos ha dado un plan para que vivamos vidas exitosas y bendecidas. Dios dio a los antiguos israelitas la opción de vivir bajo Su bendición o maldición. Modernamente, cada persona también tiene esa opción. Escojamos la vida de bendición para nuestras familias, comunidades y el mundo. Tenemos un Libro con todas las respuestas. El mundo moderno rechaza el camino del Libro, el pueblo del Libro y el Dios del Libro, de esa manera asegurando su maldición.
6. Tikkun Olam
El concepto judío tikkun olam representa la idea de arreglar al mundo por medio de actos de bondad y justicia. Tiene una connotación espiritual. Yo animé a mi audiencia de líderes judío-cristianos para que trabajemos juntos y demostremos la naturaleza del Todopoderoso por medio de obras de bondad. Tikkun olam comienza con la determinación de realizar actos de misericordia que reflejen a Dios. Cada día podemos decidir hacer algo que afecte la manera en que el mundo percibe a Dios. Yeshúa dijo: “Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos” (Mat. 5:16). Tikkun olam comienza con cada uno de nosotros.
Los israelíes ponen en práctica ese concepto con toda seriedad. El deseo de demostrar la naturaleza de Dios por tikkun olam es la razón por la cual Israel es uno de los primeros en ayudar al mundo cuando ocurre un desastre natural. Esa la razón por enviar a científicos para ayudar a países sub-desarrollados con técnicas de agricultura y mucho más. Cuando Japón sufrió su devastador terremoto y tsunami en el pasado marzo, Israel inmediatamente se ofreció a ayudar. Fue un honor ser una de las organizaciones en colaborar con esa misión de misericordia, proveyendo finanzas y ayuda de traducción por medio de nuestro personal japonés allá.
Los cristianos y los judíos podemos colaborar en más obras conjuntas. Nuestros enemigos en común nos identifican como el pueblo del Libro. Debemos actuar como el pueblo del Libro y hacer que el nombre del Dios del Libro sea enaltecido, santificado y glorificado en este mundo.
Aunque las razones expuestas arriba no son las únicas para que los cristianos apoyen a Israel, o para que el pueblo judío acepte nuestro apoyo, creo que usted encontrará la lista útil para hablar con sus amistades sobre sus motivos. Quizás pueda convencer a algunos para que se unan a Dios a medida que cumple Sus promesas respecto al pueblo judío. Podemos ser, y debemos ser, colaboradores con Dios en Sus planes para que llegue la Redención anhelada.
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