“Me llevó tiempo comprender que estaba de regreso en Israel”, dijo Agam Goldstein-Almog, de 18 años, al reflexionar sobre su liberación del cautiverio hace un año en una entrevista con Ynetnews y Yedioth Ahronoth. “Siento que estoy viviendo un paso adelante y un paso atrás, incapaz de comprender que esta es mi realidad —lo que me pasó a mí y a mi familia—”.
Agam fue secuestrada de su casa en el kibutz Kfar Aza junto con sus hermanos menores, Gal y Tal y su madre, Chen, durante el brutal ataque del 7 de octubre. Su padre, Nadav y su hermana mayor, Yam, fueron asesinados en el asalto. Después de 51 días en cautiverio, Agam y su familia fueron liberados, pero ahora habla por las mujeres que conoció en los túneles que siguen cautivas.
“Si hubiera sabido hace un año que dejaría a las mujeres que estaban conmigo y que seguirían allí, me habría despedido de otra manera. Lo habría lamentado. Estaba segura de que las liberarían un día o dos después que nosotras”, dijo. “No sabía nada, ni siquiera cuándo me liberarían. Y, honestamente, todavía no me siento libre porque siguen ellas allí”.
La voz de Agam tembló mientras continuaba: “Si algo les sucede, no sé cómo viviré conmigo misma, sabiendo que fui la última en verlas, que entregué mensajes de ellas a sus familias. Allí el peligro para la vida es constante, todos los días”.
“La gente nos dice que somos un milagro, que es increíble que estemos aquí. Pero no puedo sentir esa alegría, esa sensación de milagro. La abrupta transición de Gaza a Israel… todavía no puedo comprenderla. En muchos sentidos, sigo viviendo allí, atrapada en el miedo por las mujeres que siguen cautivas. Ha pasado un año, pero esto solo amplifica el dolor y la confusión. ¿Dónde están? ¿Cómo están?”
Durante el último año, Agam ha luchado por adaptarse a un nuevo hogar y a una familia destrozada. “Mi vida diaria ha cambiado por completo. Cada acción que tomo está lastrada por una gran sensación de inquietud”, dijo. “Cada decisión, grande o pequeña, me resulta abrumadora. A menudo siento que nada tiene sentido. Es difícil levantarme de la cama porque no puedo creer la realidad en la que me estoy despertando —sin mi padre, mi hermana, mi hogar o esas mujeres que siguen cautivas—”.
Al describir el vacío, agregó: “Es difícil estar en esta nueva dinámica familiar incompleta. El hogar, que debería sentirse reconfortante y completo, a veces se siente insoportable con lo que queda. Todavía tengo mucho, pero también he perdido mucho. Me pregunto, ¿cuándo me sentiré finalmente en casa? ¿Cuándo se sentirá esto como mi familia? ¿Cuándo me despertaré por la mañana y no sentiré este dolor; no sentiré tanta desesperación por lo que he perdido? ¿Cuándo podré aceptar lo que queda y estar agradecida por ello? Muchas veces, me siento sola en mi dolor”.
Ahora, un año después de regresar, Agam tiene un mensaje para los israelíes: “Espero que el país recuerde la alegría de nuestro regreso, cómo la gente finalmente pudo respirar de nuevo cuando regresamos. Sí, regresamos al dolor y al luto, pero estábamos aquí. Recreemos esa alegría trayendo a todos de regreso. No puede terminar de otra manera”.
Agregó: “Saber que tanta gente me estaba esperando me dio fuerzas. Inmediatamente le dije a mi madre que las mujeres que todavía estaban en cautiverio tenían que ver la bondad de la gente, los soldados que me cuidaron después de Gaza. Cada uno de esos encuentros restauró lentamente mi fe, mostrándome que todavía hay bondad en el mundo. Espero que quienes quedaron atrás tengan la oportunidad de sentir esa bondad también. Debemos traer a todos los rehenes a casa. Esta es nuestra gente. Han estado sufriendo durante tanto tiempo, y esta es una realidad que nunca debemos aceptar”.
ENFOQUE DE ORACIÓN: Unámonos a Agam para interceder por la liberación de las mujeres y de todos los que aún se encuentran secuestrados en Gaza, y oremos para que mantengan sus ojos fijos en el Señor, que es capaz de liberarlos. Oremos para que la nación de Israel se alegre pronto por el regreso de los rehenes restantes. Oremos por la sanación del trauma emocional que están experimentando Agam y otros rehenes que fueron liberados el año pasado.
VERSO BÍBLICO: “Oh Señor, ten piedad de mí; mira mi aflicción por causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de las puertas de la muerte; para que yo cuente todas Tus alabanzas, para que en las puertas de la hija de Sión me regocije en Tu salvación”.
Sal 9:13-14 NBLA
Publicado en noviembre 29, 2024
Fotografía por: amir appel/flickr.com
Fotografía con licencia: Flickr
Todos los logotipos y marcas registradas en este sitio pertenecen a sus respectivos propietarios. Todos los demás materiales son propiedad de Puentes por la Paz. Copyright © 2024.
Website Site Design by J-Town Internet Services Ltd. - Based in Jerusalem and Serving the World.