Raz Cohen, que sobrevivió a la masacre perpetuada por Hamás, en el Festival de Música Nova el 7 de octubre, se ha convertido en un testigo central de las atrocidades cometidas por los terroristas de Hamás durante el ataque; que incluyeron la violación de una chica que había logrado esconderse de los terroristas. Su testimonio sobre los horrores fue publicado, entre otros lugares, en el New York Times.
En una entrevista con Ynet el lunes, dice que le habían enviado respuestas antisemitas a su testimonio. “He recibido un sinfín de comentarios antisemitas. Muchos mensajes en Instagram y llamadas desde el extranjero en los que me llamaban mentiroso. Pero no les respondo; esto no tendrá fin. Pase lo que pase, somos judíos y seremos odiados sin importar lo que digamos”.
Al mismo tiempo, Raz dice que también recibió respuestas positivas “de estadounidenses y personas de todo el mundo”, pero se pregunta: “¿Por qué nos critican por contar las violaciones? ¿Es porque no hay documentación, entonces significa que no sucedieron?”.
Raz dice que ha tenido problemas mentales, desde que escapó de la masacre. «Los últimos tres meses parecen como si todavía estuviéramos viviendo el 7 de octubre», dice Raz. “El hecho de que haya sobrevivido al ataque, el solo hecho de que esté aquí y pueda hablar de ello, significa que he progresado en mi tratamiento. Pero mientras el país esté en esta situación y sigamos en una pesadilla sin fin, no parece que hayan pasado 100 días desde entonces”.
Dice que en el primer mes de la guerra recibió tratamiento psicológico y ha vuelto a hacer una vida normal. “Estuve en un retiro en Chipre y en varias instituciones terapéuticas en Israel. En la primera semana, me sentí abrumado por la situación en la que me encontraba, pero después de un mes, creo que me di cuenta: ‘Está bien, ya pasaste por esto, sigamos adelante’”.
Raz describió la violación que tuvo lugar junto a su escondite donde se resguardó con otros en el festival de música. El testimonio contiene detalles gráficos e inquietantes.
“Unos 40 segundos después de que llegamos al monte, llegó una camioneta blanca, de la que salieron cuatro o cinco terroristas. Atraparon a alguien; no sé si la sacaron de la camioneta o la detuvieron cerca de ellos. Esconderme entre las hojas y las ramas significaba que no podía ver lo que hacían en detalle, pero cuando ves que se produce una violación, entiendes que es una violación”.
“Le quitaron los pantalones; los terroristas formaron un semicírculo a su alrededor, sujetándola para que no se moviera, y uno de ellos hizo movimientos parecidos a los de una violación. Todo esto duró aproximadamente un minuto y, en algún momento, uno de los terroristas sacó un cuchillo y la apuñaló. Pude ver que ella ya no se movía, y luego él continuó violándola por un tiempo después de haberla asesinado”.
“Después de que el terrorista la dejó, llegó una pareja que bajó siguiendo el arroyo y pasó junto al arbusto donde nos escondíamos. El terrorista llamó a los demás que violaron a la chica y les pidió que ayudaran a atrapar a la pareja. Al pasar a un lado del matorral, también sacó a rastras a algunos de nuestros amigos que estaban con nosotros porque temían que los terroristas nos habían visto”.
“Estaba a punto de salir del arbusto, pero mi amigo Shoham me dijo: ‘Espera, no salgas’. Creo que también atraparon a los que se escondieron con nosotros y salieron. No lo vi, pero escuché los gritos y no los he vuelto a ver desde entonces”.
“A partir de ese momento, nos escondimos en el matorral durante unas nueve horas con terroristas rodeándonos. No eran terroristas de Nukhba [unidad de Hamás]; eran ciudadanos de Gaza con cuchillos y hachas. No creo que portaran armas de fuego, pero había muchos terroristas armados a nuestro alrededor y hubo muchos disparos dirigidos en dirección al matorral donde nos escondíamos”.
“Afortunadamente, no miraron dentro del arbusto durante las nueve horas que estuvimos escondidos allí. Hubo un momento después de que los terroristas atraparon a la pareja y a los otros muchachos cuando regresaron y debatieron si debían entrar al matorral”.
“Miré a uno de los terroristas a los ojos mientras yacía en el suelo, y él me miró pero no reconoció que estaba mirando a una persona. Al final decidió no entrar. Por su mirada entendí que se decía: ‘No entraré al matorral porque así me será más fácil caminar más de 100 metros y atrapar a otra gente'».
Publicado el 16 de enero de 2024
ENFOQUE DE ORACIÓN: Roguemos al Señor por estos testigos que fueron obligados a ver, oír y soportar cosas que nadie debería tener que enfrentar. Pidamos al Señor que los proteja y los sane mientras enfrentan un trauma continuo y que les dé valor para continuar contando sus historias como testigos presenciales de lo que sucedió el 7 de octubre. Y oremos para que se alce un número cada vez mayor de voces no judías contra este horrible doble estándar, que le dice al mundo que la violación como arma de guerra es de hecho un crimen contra la humanidad, a menos que las víctimas sean judías.
VERSO BÍBLICO: «Castigaré al mundo por su maldad y a los impíos por su iniquidad. También pondré fin a la arrogancia de los soberbios, y abatiré el orgullo de los despiadados«.
–Is 13:11 NBLA
Publicado en enero 17, 2024
Fotografía por: Kobi Gideon/Government Press Office of Israel/Wikimedia.org
Fotografía con licencia: Wikimedia
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